"Vivir"
Dolerá. Esto le dolerá. Desde un principio pensé que era una mala idea y no sé por qué demonios no dije que no, pero claro, Cori me dijo que todo saldría bien y yo de obediente no pude decir un maldito no. Si por esto luego me queda un trauma por daños él tendrá la culpa. No es lo mismo hacerlo a que te lo hagan. Tal vez yo no esté hecho para estas cosas.
—Deja de moverte que sino nunca podré meterlo—le digo tratando de calmarlo.
Cori se mueve demasiado y si no se calma puedo lastimarlo. Se lo dije antes de que comenzáramos, le insistí que nunca antes lo había hecho con alguien más pero él era el necio, así que ya estamos en mi cuarto y ahora que se aguante.
—Sasha, es demasiado grande, no va a entrar.
—Que sí hombre, ahora solo date la vuelta, te calmas, me dejas meterlo y fin de la historia.
—¡Pero es que va a dolerme!—advierte él con preocupación.
—Oye, esto tampoco es fácil para mí, pero una vez esté dentro te prometo que el dolor pasará de apoco.
—Bien, pero si te digo que te detengas cuando ya no soporte, ¿te detendrás?
—Eso debiste haberlo pensado antes de pedírmelo. Así que te aguantas.
—¡Carajo!—exclama Cori.
Él respira profundo y trata de relajarse un poco, me mira a los ojos por unos segundos y finalmente se recuesta en la cama.
—Bien, ahora no te muevas. Relájate que así entrará más fácil.
Cori simplemente se tapa los ojos con una mano y me hace señas para que prosiga y en menos de lo que piensa, he terminado. Fue bastante rápido. Desde hace un buen tiempo me viene diciendo que quería hacerse un piercing en su labio inferior, uno como el que yo tengo y pues ahora que ha podido comprarlo me digné a concederle ese capricho.
—Listo—le digo quitándome los guantes de látex blanco—. Ahora solo toma alguna capsula de antibiótico y estarás bien.
—¿En serio ya?—me dice descubriendo sus ojos y tocando su labio.
—Sí, solo no te lo toques por un buen rato hasta que el agujero haya cicatrizado y así no te dolerá.
Cori toma un espejo y por el gesto en su rostro parece estar bastante contento con el piercing. Solo es una pequeña bolita pero luego la cambiara por un pequeño arete circular. Realmente se mira bien, solo es cuestión que se acostumbre.
Ya hace un mes más o menos desde el festival de deportes y todo ha ido con bastante calma. Mis padres han tenido que regresar nuevamente a su trabajo, y esta vez en quien sabe qué país del extranjero estarán. La última vez que me llamaron estaban en un laboratorio de investigación en Japón. Dijeron que intentarían no moverse tanto, pero por cuestiones de laboratorio y equipos necesarios para sus investigaciones tienen que andar de un lugar a otro a cada momento.
—Ten—le digo a Cori, pasándole una pastilla antibiótica y un analgésico
—¿Es droga?—me dice a modo de broma.
—Sí, claro, solo hazla polvo en un mortero y la inhalas que seguramente hará que se te aflojen los mocos.
Cori suelta una carcajada seguida de un "Auch" y una maldición que hace que me ría al ver su expresión. Le dije que no hiciera movimientos bruscos con su boca por un rato o le dolería más de lo habitual. El coge ambas pastillas y con dos tragos de agua las hace llegar a su estómago.
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Sasha: Diario de un chico adolescente. (Vol. I)
Teen FictionSasha es un chico de 17 años con una vida adolescente bastante normal, pero la adolescencia no es una etapa común y corriente; está llena de muchas emociones y vivencias que presionan su vida. Las experiencias vividas y las sensaciones a flor de pie...