Narra Sofía. 🔹
Dejo mi bolso sobre el sillón de la sala, en el departamento de Daniela. Aun me asusta estar cerca de ella, porque puede que solo me haya engañado & ahora quiera matarme. Casi nada a cambiado, a excepción de la que era mi habitacion, esta convertida en un vestidor.
Fuera de todo el tiempo que pasó, Dani sigue siendo una chica risueña, & claro, aun le afecta todo lo que tenga que ver con la muerte de Emiliano. Lo de "La compañera de departamento", fue una mentir, solo quería que me fuera.
Oh, duele si lo digo así...
- & bien, olvidadas todas las porquerías que hice... - Sonríe. - ¿Qué ha pasado en México?
- No mucho, bueno, lo sabes, si es que leíste los correos después de haberte corrido. - Dice cabizbaja.
- Los leí, & siento mucho no haberlo hecho antes. Aunque, sobre Leo, me entere un poco antes. - Me encojo de hombros.
- ¿H-has...ya sabes, hablado con él...? - Baja la vista.
- Hace unos días, si. ¿Tu has hablado con él? - Cuestiono. Ella niega. - Debemos llamarle, si no en la vid a arreglaran sus diferencias.
- No, me mandará a la mierda, después de como lo traté...
Ignoro sus palabras & saco mi teléfono de mi bolsillo, Javier no ha llamado, bueno, tal vez este divirtiéndose. Busco entre mis contactos el nombre de Leo, dudo en llamarlo, pero, tal vez sea lo mejor...¿no?
Miro a Daniela antes de presionar la pantalla, ella me observa con preocupación, yo río un poco & ella hace lo mismo. Leo contesta al tercer chillido. Suspiro & le tiendo el teléfono a Daniela, quien lucha por no tomarlo, pero al final lo hace, escuchando la voz de Leo.
- ¿Bueno...? - Dice con voz aguda. Se aclara la garganta. - Digo, Mhm, ¿bueno?, s-si, de hecho ella esta aquí, te la paso...¿que?, ¿no?, pero ella te extraña...okay, habla. - Ella se queda callada muchos minutos, hasta que explota en llanto. - También te extraño petardo, regresa ya. Te amo.
Río negando con la cabeza & me levanto del sillón, para ir al vestidor de Dani, que antes fue mi habitación. Mi mejor amiga siempre ha sido una top model, tiene muchísimas prendas, zapatos, me harta algunas veces. Busco entre las gavetas algo que pueda prestarme algún día.
Entre las paredes de madera del armario, hay un trozo gigante de papel, de color blanco. Lo miro durante unos segundos, mientras escucho los gritos de felicidad de Daniela, después lo tomo entre mis dedos, lo abro con delicadeza & mi corazón se encoje una talla más...
En el cartel, esta la foto que algún día las cámaras de seguridad tomaron, fuera de la casa de Mario, ¿por qué lo conservo Daniela?, o ¿por qué no simplemente lo destruyo?. Siento las lagrimas quemarme por dentro, pero no las dejo salir, ahora todo esta en silencio. Vuelvo a poner el cartel en su lugar. Me siento terrible, aun mas, joder, debería sacarlo de mi cabeza de una puta vez.
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Demon. ‹‹ Mario Bautista.
Fiksi Penggemar» Ese sentimiento, de observar a todos a los ojos y no saber a quien correr para desahogarte. «