Capítulo 26.

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Narra Mario. 🔹   

Suelto un suspiro lleno de frustración antes de pasar mis palmas a lo largo de mi rostro con desespero. Mis manos están sudando, he palidecido & estoy asustado. Sofía no aparece por ningún lado, ademas de que no responde mis llamadas después de haber llamado cientos de veces minutos atrás. Juanpa & Mau entran por la puerta del gimnasio llamando mi atención. 

- ¿Qué hacen aquí? - Digo confundido. 

- Sofía, es ella...mierda, ¿cómo te lo digo sin que quieras matarte? - Cuestiona con ojos llorosos. 

- Dilo de una jodida vez o voy a patearte tan fuerte que vas a acabar en milán. - Grito.

- Está en el hospital, joder, no despierta, tuvo un accidente mientras venía para acá intentando salvar tu trasero. - Responde de la misma manera. - Mateo venía dispuesto a matarte, pero, intento llegar antes & ella... - Su voz se corta. 

Siento la bilis subir por mi garganta & el sudor frío en mi frente. Mi espina dorsal siente un cosquilleo doloroso, siento que en cualquier segundo me desmoronaré frente a todos, mi respiración cada vez está mas escasa & no puedo respirar, no puedo hacerlo. 

Mis ojos se llenan de lagrimas que temo soltar, porque si lo hago, se que no podré detenerme después. Hay algo dentro de mi que intenta relajarse & no salir corriendo como una niña, pero otra parte mas poderosa está arrancándome el corazón, sin piedad, trozo por trozo mientras una voz gruesa en mi cabeza me grita mil veces que debo llorar. 

- Llévenlo al hospital. - Dice Tadeo detrás de mi. 

- Tadeo, sabes que te quiero, pero ahora mismo no es... - Intenta decir Mau, pero no lo dejo. 

- Quiero ir, & no es algo que ustedes decidan, van a llevarme. - Ordeno con voz áspera. 

- Mario, estas actuando como un imbécil, vas a causar un desface allí si te atreves a ir. - Me reprime Juanpa. 

- Dije, que no es algo que deban decidirme, & si no me dicen donde diablos está Sofía, yo mismo me encargaré de que se vayan al infierno, ¿escucharon? - Mi voz suena tan fría que no puedo reconocerla. 

Me giro sobre mis talones & comienzo a caminar fuera del gimnasio, claro que a Mau & Juanpa no les queda otra opción & caminan tras de mi. Limpio una lagrima que se ha escapado por el rabillo de mi ojo derecho, con el corazón entre las manos & un desgarre terrible en el alma. 

Parece que no siento nada, pero no es así, lo siento todo, por ser un idiota, ni siquiera me molesté en contestar sus llamadas. Mi labio inferior está temblando, tanto como yo por dentro ahora mismo. No puedo soportar la idea de que ahora esté en el hospital, luchando con su propia vida solo por querer detener a su hermano de darme una paliza. 

Aunque, mierda, no lo había pensado, ¿por qué Mateo querría golpearme?, no había notado que tengo un mundo de problemas encima. 

Demon. ‹‹ Mario Bautista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora