Capítulo 17.

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Narra Sofia. 🔹

Trago el nudo que en mi garganta se ha formado & balbuceo algo extraño. Me quito del camino de Mario & voy directamente a la puerta, donde podré despedirme de Daniela para irme ya.

- T-tengo que...irme. - Sonrío.

- Si, yo...bueno, ¿nos vemos mañana? - Pregunta ella. Asiento.

- Si quieres puedes quedarte, de todas formas, has arruinado más que esto. - Oigo la voz de Mario tras Daniela.

Bajo la mirada & niego con la cabeza. Me giro sobre mis talones, viendo mis pies moverse fuera del edifico. Me detengo un segundo a procesar por qué el odio de Mario hacia mi, pero luego comienzo a caminar de nuevo.

- ¡SOFÍA! - Sentí mis piernas como un par de gelatinas.

Me doy la vuelta, con el corazón en la boca & mi alarma entre las manos. Sus ojos color marrón penetraban hasta lo más profundo de mi ser, me siento pequeña frente a él, siento que me voy...

- ¿Qué pasa, M-Mario? - Tartamudeo.

- Lo siento... - Escupe bajando la cabeza. - He sido un idiota ¿no?

- No hay cuidado, en serio. - Trato de darme la vuelta.

- Dime que estoy disculpado por ser tan estúpido. - Dice tomando mi rostro suavemente.

- A-adiós Mario... - Salgo corriendo.

Me golpeó mentalmente por haber eso ahora, joder. Miro a cada lado de la calle, cerciorándome de que nada malo pueda pasarme & muera, para luego volver a correr lejos de Mario, en específico.

Mi corazón rule con fuerza contra mis costillas, puesto que he corrido muy rápido. Me detengo detrás de un árbol controlado mi respiración.

Si lo amas ¿por qué huyes?, cobarde, ña, ña, ña, cobarde.

Mi conciencia es muy infantil en ciertas ocasiones. Restregó mí espalda en el troncó del árbol, dejándome caer al suelo, con frustración & un deje de tristeza.

Las ramas se mueven, pero no me inmuto, mi siquiera ahora que está Mario recargado detrás mío & del troncó en mi misma posición....esperen, ¿MARIO?, Santa virgen....

Me remuevo incómoda, tratando de irme, pero no quiero hacerlo en realidad. Lo único que hay es silencio, uno de esos silencios que dicen todo lo que las palabras no expresarían. "Te he extrañado", "He sobrevivido sin ti", "Aún me gusta verte a los ojos", "Necesitaba oírte", "Te...amo".

Dejó el nerviosismo de un lado & me concentro en el silencio que reina entre nosotros dos. Puedo oír los latidos de su corazón, obligando al mío a latir con más fuerza.

Recapitulemos esto, hace semanas, estaba odiándome por llegar de nuevo a México, & ahora...está aquí, acompañándome en la soledad de la noche, sin decir nada, pero diciendo todo a la vez. Es extraño saben, porque jamás, desde que regresé, imagine esta escena, ni siquiera pasó por mi cabeza.

Me mentiría a mí misma si dijera que no le extrañé, & que me agrada estar lejos de él en el sentido amoroso. Me aleje, si, pero...creo que, por un momento sería lindo volver a ver la sonrisa sincera que me dedicaba cada vez que me veía.

- Te he extrañado mucho, Sofía. - Dice por fin. Sonrío en silencio.

Demon. ‹‹ Mario Bautista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora