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"Estoy asustada por lo que veo, pero de alguna manera sé que hay más cosas por venir

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"Estoy asustada por lo que veo, pero de alguna manera sé que hay más cosas por venir. Inmovilizada por mis miedos, y muy pronto estaré cegada por las lágrimas."
[Whisper - Evanescence]


Charlotte abrió los ojos con pereza, encontrándose con un león pintado de negro. Levantó su cabeza con curiosidad, algo desorientada, para darse cuenta de que estaba acostada encima de Jay.
Él no había podido dormir nada. Porque ver a Charlotte dormir siempre sería más interesante que imaginarla en sus sueños.
Quitó las pinzas que sostenían el cabello de ella, con cuidado. Charlotte lo miraba a los ojos, mientras él con paciencia hacía que el cabello ahora liso pero enmarañado por los efectos de la plancha y secadora cayera en su rostro.
-Deberías dormir. - soltó él con voz ronca. -Es de madrugada aún.
Ella se encogió en su pecho, abrazándolo, suspirando.
-El sol está por salir. - murmuró mirando la ventana. Rayos color naranja se asomaban por entre los edificios.
-Sí. - afirmó. -No dormiste más que una hora.
- ¿Tú no has dormido nada? - se alarmó. -Jay, tienes que...
-Mañana todos tenemos el día libre de todas formas.
Se intimidó al sentir los dedos de Charlotte paseándose por su piel, miró su rostro con curiosidad, ella parecía deleitarse con cada tatuaje. La miró a los ojos, mientras ella tocaba cada una de las piezas de arte en piel como si las dañara al presionar fuerte. Apenas un roce, que bastaba para que Jay sintiese escalofríos.
-"Corazón de león". - leyó susurrando, tocando el tatuaje en el pectoral del achinado.
Luego sus dedos rozaron el camino hasta otro tatuaje, ella sonrió.
- ¿El mundo es mío?
Los dos rieron.
-Ajá. - balbuceó.
- ¿Qué tanto me miras? - sonrió, besando su pecho y apoyando su barbilla en su mano.
-Eres hermosa, y me di cuenta mientras que te observaba dormir que me gustas mucho.
Y Jay se dio una bofetada mental con una silla, porque nunca en su vida fue tan estúpido al expresarse o al hablarle a alguien.
Charlotte lo miró pensativa.
-Y tú, ¿en qué piensas?
Los ojos de Jay estaban irritados y enrojecidos, quizás por privarse a sí mismo el sueño en dos días. Pero a los ojos de Charlotte, eran interesantes y hasta emanaban misterio.
-Quisiera saber más cosas de ti, porque quiero saber de quién me estoy enamorando.
-Bien. ¿Qué quieres saber?
-Quiero saber si te has drogado alguna vez. Como Hyukwoo hoy... Él...
-Eso era cocaína. - le interrumpió él. Lo miró algo temerosa. -Una vez inhalé una mierda rara que me dieron, pero no lo hicieron ellos. Fue cuando entrenaba en una empresa.
- ¿Entrenar? ¿Iban a darte un cargo?
-No realmente. Mi "cargo" era bailar y cantar hasta desfallecer. Por eso, los adolescentes que estábamos entrenando nos metimos en muchos problemas. Como consumo de drogas ilegales, o alcoholización, siendo menores de edad. Fue en una reunión en un club. Ahora sé que eso que inhalé probablemente era cocaína.
Hubo silencio mientras se miraban a los ojos.
-No me gusta la droga, y sé que Kwon Hyuk Woo está enfermo. Me gusta tomar alcohol pero no me emborracho. Tendría que acabar con 7 botellas de whisky yo sólo para...
-Jay... esto... esto no es sano. - murmuró la pelirroja levantándose de su regazo y sentándose a su lado. La sábana se deslizó por su pecho, cubriendo sólo su cintura, permitiéndole a él ver su espalda con algunos cabellos color naranja caer para darle un toque angelical. -Vives rodeado de mucha gente pero... creo que te sientes solo.
Frunció el ceño.
-No me siento solo. - se sentó a su lado. -Yo creo que sí.
-Para nada, estoy bien...
-Vives... tomando alcohol, yendo a clubes, pasas días trabajando dentro del estudio y vuelves a casa realmente tarde...
-Charlotte...
-...me pregunto si de verdad has tenido una relación seria antes porque...
-No la he tenido nunca. Pero quiero tenerla.
Charlotte se mantenía mirando al frente, quizás a un punto vacío de la pared.
-Déjame enseñarte a vivir...
-Esta es la vida que siempre soñé, Charlotte...
-No... este es tu modo de esconder tus miedos.
La vio frotándose los ojos, probablemente estaba llorando en silencio. Tomó su hombro y la acostó en la cama de nuevo, ella se sonrojó porque recordó que aún estaban desnudos, aún más cuando él la abrazó fuertemente y entrelazó sus dedos con los de ella.
-Quizás tengo miedo de estar sólo. - susurró en su oído. -Porque... es inevitable pensar si todas esas mujeres con las que estuve querían a Jaebeom Park o a Jay el chico adinerado.
Dejó un beso en la mejilla de Charlotte.
-Pero siento que de verdad te quiero, Calabaza.




Una semana después:
Gira de conciertos "AOMG is The Movement"
Último Día.

- ¿Todo está listo? - preguntó Charlotte al encargado de seguridad, abriendo la puerta trasera del teatro.
-Sí.
-Bien...
Se dio media vuelta, para mirar a Jay y a todo su "crew".
-Vamos a casa. - sonrió la pelirroja. -Las van esperan.
-Adelántense. - les sonrió Jay al resto. -Olvidé mi móvil en el camerino. No tomaré más de dos minutos.
Una vez solos, Jay tomó a Charlotte del hombro.
- ¿Quieres que busque tu móvil en el camerino?
-No olvidé mi móvil. - susurró. -Quiero decirte que no iré a casa aún, para que no te preocupes.
La pelirroja frunció el ceño, apretando el agarre a la carpeta que tenía en mano.
- ¿No? ¿A dónde irás?
-Iremos a casa de ChaCha a tomar un poco para celebrar que todo en el concierto salió bien. Tiene algunas botellas de cerveza en su nevera que nadie quiere que se pierdan.
Intentó sonreír como el niño inocente que no era.
-...Bien. - se rindió.
- ¿Quieres celebrar mañana conmigo?
Ella lo miró sin expresión alguna.
- ¿Iremos a comer?
-Podemos comer algo mientras estamos en mi bañera. - sonrió pícaramente.
-Ah, lo pensaré.
Le dio un beso en los labios a su chica.
-Te quiero, ve a dormir. Yo iré a mi apartamento en unas tres horas.




-Si gano, me darás ese reloj tan lindo que tienes, CEO Park. - bromeó Ugly Duck. -Vamos, quítatelo, ponlo en el pozo.
El tatuado tuvo que lanzar la prenda al centro de la mesa. Mientras barajeaban las cartas, le dio la última calada a su séptimo cigarro, lanzándolo al suelo junto a las otras colillas apagadas. Tragó largo de la botella de cerveza alemana y maldijo al meter la mano en la cajetilla y ver que no le quedaba más nicotina.
- ¡Loco! ¿Tienes uno? - mostró la cajetilla vacía.
Esperó a que su amigo inhalara las margaritas blancas para que se dignara a lanzarle una caja. Claro, la droga primero, cabrón.
-Mierda, deja las flores, Hyukwoo. Vas a acabar con tu organismo.
El mareado rapero en el sofá le sacó el dedo medio.
- ¿No te das cuenta que esos cigarros hacen lo mismo, Jay? - fue lo último que dijo antes de abrazar una almohada y dejarse llevar por la droga.
El tatuado se volteó para encender su cigarro, mientras que Ugly Duck repartía las cartas.
- ¿Qué apostaremos los demás? - bromeó ChaCha.
-Una cita con Charlotte. - soltó Gray.
Todos guardaron silencio y lo miraron, para luego mirar a Jay, cuyas facciones faciales se endurecieron y apretó el cigarro con sus dientes.
- ¿Cita? - el moreno quiso calmar el ambiente. -Si te atreves a invitarle un vaso de agua, Jaebeom te corta las bolas.
Todos rieron, menos Jay y Gray, que se miraban retándose.
-Seré sincero. - el CEO inhaló el humo del cigarrillo, y lo dejó salir suspirando relajadamente. -Nunca pensé que terminaría en tan malos términos internos con alguien que consideré amigo. Sunghwa- tomó sus manos en modo de súplica fingida. -le tocas un jodido cabello a Charlotte y descuartizaré todo menos tus malditas bolas.
-Esos celos de nuevo...- sonrió Sunghwa tomando sus cartas sin prestarle atención a Jay. Lanzó una, haciendo el primer movimiento del juego.
-Te estoy hablando, maldito perro. - la paciencia se le acababa.
- ¿Al menos tu mujer sabe que estás aquí entre drogas y cigarros? ¿O no fuiste sincero para al menos admitirle tu obsesión con la nicotina?
Y con eso mató el orgullo de Jay. Porque la verdad le mintió a Charlotte.
La primera de muchas, muchas mentiras...

爱 (ai) | jay parkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora