"Tu toque, que me cuidaba. Te extraño tanto. Los días que pasaba contigo, ya no están aquí, no más."
[I Miss You – MAMAMOO]
Charlotte volvió a Canadá por un mes, necesitaba alejarse de todo por un tiempo. Sus padres la recibieron con puertas abiertas, le dejaron la habitación de visitas y estuvo allí descansando y llorando por los 30 días más largos de su vida. Escuchó a su padre decir que siempre supo que algo con Jay estaba mal y por eso no le inspiraba confianza, pero ella sí confiaba en él. A pesar de todo, confió hasta el final.
Su madre la obligaba a comer siempre, porque ella no quería, y su único recordatorio de que el dolor era real fueron los momentos en que se volteaba en la cama y su vientre no le dejaba. Se cubría con la sábana, imaginando que ese calor eran los brazos de Jaebeom y no una simple manta.
Lloró todo lo que tuvo que llorar, se alejó del mundo por un tiempo suficiente, y estuvo lista mental y físicamente para volver a Seúl. Se despidió de sus padres, se montó en el avión, y volvió al lugar donde todo empezó y terminó, y ahora, tendría que continuar sin él. Un hombre no significa todo en la vida, y ella no iba a depender de nadie para salir adelante.
Lo primero que hizo en su primera semana en Seúl fue llamar a su ginecobstetra y pedirle una consulta, ya que se había saltado la del mes anterior. En esa consulta supo que esperaba un niño.
Lo segundo que hizo en Seúl fue conseguir otro trabajo. Remodeló usando algo de sus ahorros el cuarto contiguo al suyo, decidió quedarse con los regalos de Jaebeom. De todas formas le harían falta.
Comenzó a cuidarse mucho más. Comía en las horas que debía comer, descansaba las horas necesarias, no se esforzaba demás en su empleo como secretaria para el edificio principal de la Samsung, y consiguió un pequeño cachorrito al que llamó Wizard.
En su trabajo se dedicó sólo a eso, a trabajar, hasta que llegó la hora de tomarse unos días libres usando su permiso de maternidad. En diciembre nació el bebé. Era una pequeña bolita sonrojada de amor, con ojos rasgados y unos labios finos.
Al momento de registrarlo se quedó en blanco.
–El nombre, señorita.
–Olliver.
– ¿Apellido?
–Su padre no está conmigo ahora. – le dijo a la mujer del registro en Corea del Sur.
Luego de meditarlo un rato, y un discurso de aceptación y feminismo por parte de la encargada del registro civil infantil sobre que ella también era madre soltera con dos hijos, el registro contó con su firma y su hijo con sólo su apellido.
Así es como el pequeño Olliver existe en este mundo legalmente.
El primer mes fue lo peor. Ella no dormía, y cada vez que conciliaba el sueño no podía hacerlo por más de dos horas porque Olliver despertaba armando un alboroto debido al hambre.
Llegó un momento en el que los puntos de sutura le dolían tanto a Charlotte que no pudo siquiera hacer esfuerzo, además de cargar al pequeñito. Así que descuidó su apartamento que se ensució rápidamente por el smog del "milagro del río Han", excepto su habitación, la cual hacía el máximo esfuerzo de mantener impecable ya que era la que compartía con su hijo.
–Shh... mami necesita dormir, Ollie, por favor... ¿Puedes dormir al menos tres horas corridas? Necesito descansar...– se lo puso en el pecho y ella fue la que se durmió.
Despertó al rato, con un bebé de ojos entrecerrados mirándola rudamente. Ella bostezó y lo observó en silencio.
–Eres idéntico a Jay, no me mires así. – se quejó.
Antes de contar tres, Olliver se durmió.
El día que Olliver cumplió un año de edad, compró un pequeño pastel y celebraron solos en casa, huyendo del invierno frío que arropaba la península. Ella ya no se contactaba con nadie de AOMG, así que no tenía amistades en Corea, no ahora. Solamente ella y su hijo, con un pastel y jugo de frutas.
Al cumplir dos años, lo llevó al parque de diversiones de Pororo, que por suerte era techado. Pasaron un día agradable los dos, entre atracciones, dulces y hamburguesas.
Al salir de allí, pasaron por un restaurant al grill para comer algo. Allí Charlotte conoció a Logan, quién era el propietario de la gran cadena de restaurantes. Hicieron click al instante, y se enamoró del pequeño achinado con cabello castaño claro. Al saber que era su segundo cumpleaños, vociferó un gran "¡la casa invita! Todo lo que pidan es gratis".
Charlotte quiso hacer las cosas bien, no como su relación fallida con Jay, así que comenzaron a salir en citas antes de cualquier decisión precipitada. Seis meses después fue que decidieron ser una pareja formal.
En un principio, luchó contra ella misma, porque la verdad no quería que la vieja historia volviese a la vida de nuevo. Jaebeom la había dejado tan herida que (justo cuando pensaba darse otra oportunidad), Charlotte notó que la herida seguía tan punzante como siempre. No había superado absolutamente nada, ni siquiera al propio Jay. Pero valía la pena tener a alguien cerca, ese tipo de compañía que dejó hace dos años le hacía falta. Sobre todo porque cuidar a un niño pequeño le costaba todas las energías que tenía.
Decidió ser clara con Logan, le contó todo lo que le había pasado y cómo fue que Olliver llegó a su vida. Él escuchó atento, sentado en esa mesa del café, con un cappuccino tibio en mano mirando los ojos azules de su novia. Asentía en momentos claves, y luego guardó silencio. Charlotte dio un trago a su café, abrazó la taza con sus manos pálidas para hacer que el frío escapara de ellas.
–Quiero que sepas que entiendo todo lo que sientes, de alguna forma, Charlotte. – masculló. –Yo soy divorciado...
–Lo sé. – soltó ella de manera lasciva.
–Pero quiero empezar de cero. Igual que tú. Y ambos tenemos ciertos temores, es normal, el miedo es lo que nos hace sentir humanos.
Tomó la mano de ella por encima de la mesa.
–Me gustas mucho y amo demasiado al chinito que tienes esperando en la guardería. – ambos rieron. – ¿No quisieras empezar de cero y darte otra oportunidad?
–Sí, me gustaría mucho. Pero también quiero pisar sobre seguro, ¿entiendes?
–Entiendo.
Varios días luego de esa conversación, su relación avanzó debido a que ambos se quitaron un peso grande de encima. La vida de Charlotte era dedicarse a su trabajo, a ser mamá y ahora, a ser una novia y a tener un buen apoyo y sustituto de su viejo amor. Estaba "pisando sobre seguro" y le gustaba esa sensación hasta que Logan comenzó a presionarla varios meses después para que se casaran.
De nuevo la misma mierda.
Le explicó múltiples veces que ella no cree en el matrimonio y que no quiere pasar por ello, pero Logan pensaba que esa manera en las que ella hacía las cosas no eran las correctas. Tenía que ser por medio del matrimonio. Y su relación comenzó a peligrar en el momento que a Charlotte en medio de una de sus tantas peleas se le escaparon las palabras: "al menos Jay aceptaba mi punto de vista".
Le pidió disculpas pero Logan era cabeza dura y bastante orgulloso. A los días aceptó sus disculpas, pero luego de tener sexo con Charlotte, cuando él se quedó dormido, ella lloró a escondidas en el baño.
Noimporta cuánto tiempo pasara, no podía perdonar a Jay, pero tampoco podíaolvidarlo. ¿Qué debía hacer?
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爱 (ai) | jay park
Fanfiction"Jay lo tiene todo. Él tiene talento, millones de dólares, amigos y familia que lo apoyan. Tiene una carrera musical de éxito. Jay lo tiene todo, y al mismo tiempo, no tiene absolutamente nada. Charlotte no tiene nada. Tiene belleza, tiene un buen c...