"Nena, esto puede ser patético pero la razón por la que hago esto, la verdad es, te sigo amando... Nena, para ser honesto, luego que me dejaste no sabía qué hacer conmigo mismo, sigo sin saberlo. La verdad es que no tengo confianza, si no eres tú, no puedo amar otra vez. Sin ti soy miserable. Oh, nena, la razón para esto es que tú me completabas, por favor vuelve."
[The Truth Is – Jay Park]
La esperó. La esperó por días, hacía guardias en la sala de su apartamento y frente al edificio donde Charlotte vivía, pero no volvió a verla.
Mientras estaba sentado mirando la TV apagada de su sala por horas, esperando que tocara el timbre, pensaba en todo lo que había hecho mal. En general. No sólo el día de la fiesta, pensó en cómo la molestaba, en cómo la hizo enojar innecesariamente, en el Frijolito...
El bebé.
¿Charlotte estaría comiendo bien? ¿Ella iba a sus consultas mensuales? ¿Pensaba llamarlo para cuando el bebé naciera?...
En medio de todo el desastre que se había vuelto, Jay se encerró en casa. Su celular estuvo conectado al cargador y miraba la pantalla por días, esperando un mensaje, una llamada, una señal que nunca llegó. Comía lo que fuese que consiguiera, porque tenía miedo de llamar y pedir algo a domicilio y que Charlotte llamara sin que él contestara.
Su rutina por unos 18 días se basó en comer ligero para engañar el estómago, observar con cuidado el teléfono, llorar por horas, y de nuevo lo mismo.
Cuando el celular sonaba, se emocionaba al punto de que el corazón se le iba a salir por la boca, pero sólo era de la empresa o alguno de sus conocidos, como sus padres, que querían preguntar por él. Al ver que no era la Calabaza, colgaba sin dudarlo, no quería que ella llamase y la línea estuviese ocupada.
Esperó. Esperó. Siguió esperando, pero ella nunca llamó.
– ¡Mierda! Jay ¿estás bien? – gritó Hoody quitándose los auriculares al verlo entrar al estudio de grabación luego de 20 días desaparecido.
–Jay, te hemos llamado por días...– Jay interrumpió a ChaCha de su discurso de nos-preocupamos-mucho.
– ¿Podemos grabar esto? – le entregó un papel arrugado. El moreno miró con curiosidad el contenido del mismo.
– ¿Es una canción? – preguntó, pero fue interrumpido otra vez.
– ¿Quién está usando la cabina de grabación?
–Hoody, ya Ugly Duck grabó su parte y...
–Que salgan todos. La necesito.
Todos lo miraron preocupados. Siempre era así, Jay tenía un problema y la música eran sus palabras, sus lágrimas, su todo.
– ¿Has dormido bien?
–El estudio, Chase, necesito el jodido estudio.
–Ok, ok, entiendo. Entra, graba tu mierda y luego hablamos. ¿Has estado comiendo bien? Te invito a comer luego, pero dime algo, Jay. Lo que sea.
Se tenía que ver muy deplorable como para que diese esa imagen de moribundo a su amigo.
–Sí, lo que sea. – murmuró, porque ese día no había comido nada. La verdad no tenía hambre. –Tú solo graba y ya.
Luego de ese primer single que lanzó, vinieron más. Jay no quiso hacerlo conscientemente, pero después de unos meses, volvió a ser el mismo de antes. Fiestas salvajes, un montón de alcohol y cigarros, la vida ligera llena de sexo sin compromiso, ligarse mujeres por una semana y ya... Esa vida que detestaba en la actualidad se volvió su coraza contra el mundo. De todas maneras ya no había nadie esperándolo en casa.
Llegó a volverse un trabajólico otra vez. Pasaba días en la empresa haciendo lo que sea, consiguió otra asistente pero esta era ineficiente. No lo ayudaba a llevar su agenda, cada vez más apretada, así que la echó de AOMG. Le gritó, tomó una caja, con el brazo vació su escritorio y se la entregó.
– ¿Me está despidiendo?
–Largo. No sabes hacer tu estúpido trabajo y necesito una asistente, no una carga.
Y eso fue todo, la botó como una ama de casa a un gato callejero.
Contrató otra, pero quiso coquetear con él y le ofreció sexo un día que iban a una firma de autógrafos en la van blanca de la empresa. Le dijo al conductor que frenara el auto, se estiró y abrió la puerta. Le dijo que estaba despedida, que no se preocupara por buscar sus cosas en la oficina porque él iba a botarlas a la basura, y la chica coreana se fue llorando.
Una noche que estaba bebiendo en un bar junto a sus amigos, Hyukwoo no soportó más el morderse la lengua y tuvo que abrir la bocota que tenía.
–Desde que se fue Charlotte has estado muy amargado con respecto a tus empleadas, sobre todo las asistentes que contratas. ¿No has pensado en tomarte unas vacaciones? Dejar el trabajo por un tiempo. Relajarte.
–No sabes nada, ¿sí? Deja de nombrar a Charlotte en frente de mí. – se sirvió más whisky, a pesar de que estaba muy ebrio. –No quiero que la nombres a ella porque su recuerdo sigue aquí...– se señaló la cabeza con el dedo.
Todos lo miraron llorar. Nadie decía nada, Jay lloraba tan fuerte que se ahogaba con su propia saliva y tosía.
–Perdón...– susurró Hyuk. –Yo...
–Shh...– Chase le hizo una seña de que lo dejase llorar. Seguramente hace meses no lloraba por ella y acumulaba sus sentimientos.
Estuvo llorando por unos minutos hasta que se durmió encima de ChaCha. Tuvo que llevarlo a su casa y dejarlo en el sofá, no dejaría a su amigo tirado en un bar. Mucho menos después de todo lo que vivió esos meses, porque nunca decía nada al respecto, pero todos sabían que estaba muy deprimido.
Pasó un año desde la ida de Charlotte. Conoció mujeres, muchas, se cogió algunas, otras no pasaban de un beso en medio de una borrachera. Pero llegó una actriz con la que trabajó en un comercial.
No era tan linda como su Calabaza, nunca nadie sería como ella, pero esa actriz era... bueno, tenía su encanto. A veces se volvía algo insoportable y era precisamente ese tipo de mujer mediocre que Loco nunca ha soportado tener cerca (o a unas sillas de distancia), pero Jay necesitaba urgentemente otro amor.
Su error fue ese, intentar reemplazar a Charlotte. Pero su corazón lo necesitaba.
La invitaba a comer, veían películas en el sofá, le hizo el amor en todos los lugares donde se lo hizo a Charlotte, intentó reemplazar a la pelirroja. Pero esa tipa no era estúpida, se daba cuenta que en su interior Jay no la quería de la manera que su boca profesaba. Así que comenzó a sacarle provecho a la situación, lo manipulaba siendo encantadora. Así fue como Jay cayó en el mismo error de siempre... Le compró vestidos, zapatos caros, perfumes de marca, le daba todo el sexo que ella quisiera. Todo con tal que se quedara, todo con tal de no volver a sentirse solo.
Necesitaba que alguien se quedara.
ESTÁS LEYENDO
爱 (ai) | jay park
Fanfiction"Jay lo tiene todo. Él tiene talento, millones de dólares, amigos y familia que lo apoyan. Tiene una carrera musical de éxito. Jay lo tiene todo, y al mismo tiempo, no tiene absolutamente nada. Charlotte no tiene nada. Tiene belleza, tiene un buen c...