2 T. Capítulo 2. Freya

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Alguien golpeaba la puerta de mi habitación, uno, dos, tres golpes traté de calmar ese ruido tapándome los oídos con la almohada pero sin éxito, con pereza me levanté de la cama poniendome las pantuflas de león, giré la perilla encontrándome con unos ojos color hazel fijándose en mi.

-¿Qué haces aquí? ¿quién te dejó pasar? -pregunté muy confundida al ver a Austin parado frente a mi, una sonrisa se formó en su rostro, me envolvió en sus fuertes brazos pegando por completo nuestros cuerpos, me sentí bien por el abrazo e inmediatamente le correspondi y lo abracé tan fuerte como podía.

-Te extrañé -murmuro en mi oído haciendo que su respiración choque contra mi cuello.

No respondí.

-¿no vas a decir nada? -se separó, negué con la cabeza.- Estás tan hermosa -me miró de arriba hacia abajo.- tan cambiada, y por lo que veo también te olvidaste de mi ¿no?

-no.

-Te presentaré a mi novia -dijo emocionado, lo miré aún más confundida que antes, ¿quién mierda dice eso y más con ese entusiasmo?

-Maldito idiota -fue inevitable que no se formara un nudo en mi garganta y mis ojos comenzaron a nublarse, no tardó nada en hacerse presentes las lágrimas.

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Me desperté asustada pegando un brinco en la cama, mis mejillas estaban mojadas y mis ojos hinchados, envolví mi cuerpo en las sábanas que se encontraban en el suelo, soy un desastre para dormir. Miré el reloj, las 10 de la mañana, conociéndome sabía que no iba a poder volver a dormir, por lo que opte en levantarme y darme una ducha pensando en ese feo sueño.

Mi jeans azules pegados al cuerpo combinaban con mi suéter de hilo rosa un poco holgado, mis converse, nada de maquillaje y mi cabello húmedo caía por mi espalda, bajé las escaleras para abrirle la puerta a Billy, salió a hacer sus necesidades y yo me dirigí hacia la cocina a preparar mi desayuno.

Diez minutos después mis tostadas con mermelada de frutilla, café y un zumo de naranja estaba listo arriba de la barra del desayuno, antes de comer iba a buscar a Billy quien seguramente ya habría terminado de hacer todo.

-Billy -silbe para que venga pero nada, repetí la acción reiteradas veces hasta que salí a buscarlo, gritando su nombre, crucé la calle algo asustada porque no aparecía.

-¿______? -preguntó alguien a mis espaldas, su voz la conocía a la perfección, me armé de valor y me giré haciendo contactos visual después de dos años con Austin, lucía bien, igual que antes, lo raro era que no sentí nada al verlo.

-Austin -dije asintiendo con la cabeza el salio completamente de la puerta de su casa para después acercarse a mi y darme un beso en la mejilla.

-Tanto tiempo, creí que no volverías.

-Yo tampoco -murmure, pasé mi mano por mi cabello.

-¿qué estabas haciendo?

-Buscando a mi perro -di un último vistazo en los alrededores y a lo lejos lo pude ver jugando con otro perrito.- vaya, ahí está, bueno, nos vemos -dije preparándome para ir.

-Espera, cuéntame que es de tu vida

-Nada interesante ¿y la tuya? me contaron que tienes novia -maldita sea, no tendría que haber dicho eso

-si, se llama Freya -rascó su nuca algo ¿nervioso?

-Que lindo nombre -y no estoy mintiendo, personalmente me gusta.

-¿Austin? -pregunta una voz femenina desde la puerta de la casa del chico, miro para ver quien es y ahí estaba ella, una chica realmente bonita, cabello castaño completamente lacio y brilloso, tez media, mi misma altura y su voz era dulce, ojos color café claro.

-Freya ella es ______ una amiga, -ouch- _____ ella es Freya, mi novia.

sonreí ampliamente a lo que ella también lo hizo y ambas musitamos un "hola"

-Bueno Austin, voy adentro a poner la película así la miramos juntos, un gusto conocer _____.

-Igualmente -sonrío y su sonrisa también era perfecta, demonios.

Entró y un silencio incómodo se hizo presente entre nosotros.

-Yo también me voy, nos vemos pronto.

-Claro.

Y nos retiramos cada uno por su lado.

Compañero de clases- Austin Mahone y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora