2 T. Capítulo 7. Imagen

364 29 4
                                    

-Scott -se supone que mi voz tendría que estar apagada, pero salió como si no hubiese dormido.

-¿Qué mierda, _____? -se quedó en el umbral de la puerta, no avanzó.

-Ugmh...

-______ ¿qué hace el aquí? -esta vez habló Austin. Tierra tragame.

-Yo... eh

-Vete -dijo Austin mirando a Scott.

Me levanté de la cama, tenía que intervenir. Caminé hacia Scott, sus manos estaban en forma de puño.

-Vamos abajo y hablamos ¿están mis padres?

-No, tu mamá salió a hacer las compras.

Bajamos las escaleras y nos sentamos en el sofá, le pedí a Austin que por favor se quede arriba.

-¿Y bien? -rompió el silencio.

-Somos novios -apretó su mandíbula y se tenso.

-¿Ya te olvidaste de todo lo que te hizo? -no respondí, miré hacia otro lado, claro que no me olvidé.- Te va a seguir haciendo daño, entiéndelo. ¿Por qué a él y no a mi?

-¿Y por qué tu si?, lo único que hacíamos era... ya sabes, nunca te tomaste nada en serio.

Miró hacia abajo, tenía razón.

-Somos amigos, Scott. No quiero que eso cambie -murmure, me envolvió en sus brazos.

-Lo siento.

-Ya, ya, señor cursi, suéltame -obedeció dejándome.

-¿Desayunamos? -preguntó levantándose del sofá, asenti sonriendo, ya era costumbre.

-Voy a llamar a Austin -me miró por un segundo pero terminó aceptando.

...

Fue un desayuno bastante incómodo, quería sacar temas de conversación pero alguno de los dos hacia un comentario fuera de lugar.

Me encontraba acostada en el sofá boca arriba, aburrida, sin nada que hacer. Suena estúpido pero extraño ir a la escuela, hablar con mis amigas en clases, estar ocupada durante muchas horas.

Recibí un mensaje en Whatsapp, contenía una imagen, era un número desconocido.

¿Y si abro la imagen y me aparece un pene? ¡que asco! ya me ha pasado, lo peor fue que estaba comiendo, casi vomito los raviolis.

Abrí el mensaje preparada para salir rápidamente si es lo que yo pienso que es.

Pero algo mucho peor apareció en la pantalla, en ese momento preferí que haya sido un maldito pene de un acosador de mierda.

Tenía ganas de tirar el celular, romperlo en pedacitos, desaparecer.

Austin y Freya ¡desnudos! mierda y más mierda.

En la imagen se podía ver como Austin le tapaba los pechos a la puta zorra. Lo siento pero vomité.

Me levanté del sofá, tenía que actuar como una persona madura de veinte años.

Toqué la puerta de la casa de Austin, no abría. Toda madurez que había conseguido se esfumó.

-¡Austin te cortaré las putas pelotas! ¡Ábreme! -grité a todo pulmón.

-¡Hey, hey! -abrió la puerta, sin más le mostré la imagen poniendo el celular casi en la punta de su nariz.

-Explícame.

Se puso a reír como loco.

-Eso es viejo -dijo entre risas, lo miré con seriedad, le cambió la cara al instante viendo lo enfadada que estaba.

-Viejo o no lo vi con mis propios ojos, es un asco.

-Lo podemos hacer tú y yo -levantó ambas cejas, rodé los ojos.

-Adiós. -murmure dando la vuelta.

-No digas adiós -tomó mi mano.- hasta luego es mejor.

-Hasta luego.

Me empujó contra el pegándome a su pecho, cerré los ojos ante su proximidad, me besó desesperadamente, me fue difícil seguir su ritmo, parecía hambriento. entramos a su casa, cerró la puerta de una patada.

-Quiero hacerte el amor -dijo contra mis labios. Algo en mi estómago se revolvió al escuchar sus palabras. No era simplemente sexo, era amor. Sonreí en sus labios.

Me levantó como si no pesara nada, rodee su cadera con mis piernas, subió las escaleras fácilmente hasta llegar a su habitación.

Con cuidado me recostó en la cama de sábanas azules, se apoyó en sus codos recargando su peso allí.

-Te amo. -susurré en su oído, una sonrisa se dibujó en su rostro.

-Te amo. -repitió mis palabras besándome nuevamente.

(...)

Austin me abrazaba con fuerza. Estábamos en su habitación.

En un mes volvía a la universidad, ¿que pasaría con nosotros? ¿Austin se quedaría aquí solo? ¿Qué haría mientras yo no estaba? ¿Qué haría yo sin él?

Pregunta tras pregunta aparecían en mi cabeza, no quería irme y repetir lo mismo. No quería estar sin él.

Una lágrima cayó siguiendo su rumbo hasta mi mejilla. Toqué el rostro de Austin con mi pulgar. Se despertó, frunció el ceño al verme llorando.

-¿Qué pasa? -Tocó mi mejilla secando mi rostro con su pulgar, sonreí ante aquel gesto.

-Nada -era obvio que pasaba algo, me conocía.

-Cuéntame.

-En un mes vuelvo a España -sollozos salían de mi boca.- ¿Qué haremos?

-Te voy a esperar porque nada me apura. -besó la punta de mi nariz, me tranquilicé.- No quiero que te vayas, pero es algo que no se puede evitar. ¿No me vas a dejar, quiero decir, nuestra relación no se va a terminar?

-Nunca -negué con la cabeza.

-Está todo bien. No pensemos en eso, vivamos el ahora.

.
.

Tardé bastante en subir capítulos, por esa razón subí dos. 😚

Cuídense, ángeles. ✨

Compañero de clases- Austin Mahone y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora