Capítulo 21

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Sí. Eran dos personas, hombres, por lo que podía notar, eran altos y delgados. Logré ver el cabello del primero era rubio, y el otro era castaño bastante claro. Eran jóvenes, de eso estaba segura.

Llevaban una máscara.

-¿Q-ui- quienes -antes de que pudiera terminar la frase el chico rubio me tomó de la muñeca fuertemente.

Grité del dolor con la esperanza de que alguien me escuchase.

Fue inútil, me taparon la boca con un pedazo de tela.

Lágrimas comenzaron a caer de mis ojos. Si tan solo Austin siguiera aquí.

Sin que pudiera reaccionar me tiraron al sillón más cercano.

Malditas bestias, animales.

No podía hablar.

De la nada comenzaron a arrancarme la ropa. Cada roze de su piel en la mía me daba asco, repugnancia y a la vez ganas de llorar.

Trataba de gritar con todas mis fuerzas, sin embargo no podía.

Sentí una mano en mi mejilla, me ardió, me golpearon.

-Ahora te callas perra

Esperen, esa voz la conocía, mis pensamientos no podían florecer con claridad debido a la situación. Piensa, piensa.

Mateo.

Esa voz pertenecía a la de el y su aspecto físico era el mismo.

Narra Austin:

Bajé del coche y me dirigí a la pequeña casa, si es que se podía llamar así.

Entré por la puerta y ahí estaba ella, perfecta ante mis ojos, no importa lo despeinada que estaba ni su maquillaje corrido. Esta era la chica que me había hecho mucha falta... Espera, ¿y _________? Esta claro que también la amo. Luego tendré más tiempo de pensar en eso.

Fui hacia Nicole, le saqué el pedazo de tela quee tenía en la boca.

La abraze, un abrazo que hace dos años no nos dimos, si, a pesar de las circunstancias me sentía bien de volver a verla.

-Oh Austin, te extrañe tanto -susurro en mi oído, esa voz tan suave que no había escuchado hacia años. Sentí que su voz estaba temblorosa, estaba llorando.

-También yo, tranquila -puse mis manos a casa lado de su rostro, era preciosa.

No lo pensé dos veces, la besé. Sus labios eran tan suaves, ella siguió mi beso, no nos importó nada. Éramos nosotros dos.

Nos separamos y juntamos nuestras frentes.

-Vamos -dijo Nicole con su perfecta voz.

-Claro -la levante, salimos de esa casa y nos subimos al coche.

Compañero de clases- Austin Mahone y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora