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Dos semanas atrás.

Estaba caminando por los pasillos tranquilamente, todos hablaban de la fiesta del fin de semana, mientras que él solo se limitaba a sonreír y asentir, no quería recordar el dolor que había sentido en aquella casa. Tenía miedo de que alguien le hubiese visto con JungKook, pero sabía que no había sido así.

Todo era tranquilo, aunque de igual forma algo lo inquietaba. Lo jalaron fuertemente, haciendo que chocara contra alguna pared que tardíamente reconoció como una del cuarto del conserje. La luz se encendió dejándolo ciego por unos momentos.

—JungKook...— El aliento se le fue al reconocer al menor, quien estaba en frente suyo sin expresión facial, totalmente neutro como de costumbre.

—Terminemos lo que empezamos en la fiesta— Fueron las únicas palabras que abandonaron los labios del más joven antes de atacar los contrarios.

Jimin no lo pudo detener, porque lo necesitaba. Por unos segundos el mayor creyó ver brillo en los ojos del menor, sintió esa mirada que había sido sólo suya por tantos años, creyó sentir de nuevo el mismo tacto de amor que le había dado cuando eran novios. Pero solo eran malas jugadas de su mente, JungKook ya no era el mismo.

El clímax les invadió a ambos junto con gemidos ahogados para no ser descubiertos. JungKook sostenía al mayor fuertemente contra una pared para que éste no cayera. Jimin salió del escondite en el cuello del contrario, encontrándose con el rostro exhausto del más joven.

—Nadie lo puede saber, sobre todo Yugyeom.

Algo se rompió en él, se dio cuenta que quizá al menor sí le importaba su nuevo novio.

No hubo un acuerdo, simplemente sucedió y siguió sucediendo. No hubieron palabras amorosas, se entregaban el uno al otro sin necesidad de mirarse, conocían el cuerpo del otro a la perfección, JungKook conocía todo de Jimin, sabía cómo tratarlo. También sabía que le hacían mal aquellos encuentros, pero ninguno de los dos quería parar.

Actualmente.

No hacía falta mencionar que YoungBae lo había hecho sonreír toda la tarde. El mayor se comportaba totalmente diferente con Jimin, tenía un carácter duro que nadie lograba calar dentro de él, solo aquel pequeño de mejillas regordetas.

—Hyung ya es bastante tarde, el viaje es largo, debería volver antes de que esté oscuro— Expresa preocupado por el mayor mientras salían de una humilde cafetería.

—Jimin no vine hasta aquí para solo verte una tarde, estoy quedándome con unos amigos, planeo estar aquí por toda una semana, no te librarás tan fácil de mí, pequeño.

—Créame Hyung, lo último que quiero es librarme de su presencia— Con una sonrisa abraza al contrario, que como siempre le gruñía diciendo que "odiaba" las demostraciones de cariño.

Luego de un pequeño tour por la ciudad, un café y una caminata por algún parque cercano, YoungBae se encargó de dejar al más joven en su hogar, aprendiendo el camino ya que suponía que no sería la última vez que lo visitaría.

—Cuídate ¿si? Sabes que puedes llamarme por cualquier motivo— YoungBae se rendía a los pies del más joven, ambos sabían en la situación en la que estaban y Jimin se entristecía de no poder corresponderlo.

—Lo haré, ¿Mañana también nos veremos?— Pregunta ilusionado aún dentro del auto con el contrario.

—No eres la única persona que conozco en esta ciudad, niño mimado, te hablaré si tengo tiempo para verte, pero te aseguro que el resto de los demás días estaré contigo— Jimin sonríe, porque sabía que su Hyung siempre guardará un tiempo para él.

Ambos se despiden del otro, Jimin espera que el auto partiera para entrar a casa, hace bastante que no se sentía tan feliz. Claro, pero cada vez que parecía estar contento algo arruinaba todo.

—¿Quién era él?— Aquella única persona que le ha estado fastidiando y que no puede detener.

—¿Importa realmente?— Suelta un suspiro, sabiendo perfectamente lo que se avecinaba.

—No mucho, solo que me llama la atención que hayas cancelado nuestro encuentro por alguien más— Se gira sobre sus talones para ver al menor frente suyo, quien mantenía sus brazos cruzados viendo al mayor con algo de altanería.

—Ese alguien es un buen amigo, tú también has cancelado por tu noviecito— Jimin maldijo al segundo cuando vio la sonrisa egocéntrica.

—¿Celoso?

Sus manos se hicieron puños, no podía negarlo, estaba demasiado celoso de Yugyeom, tenía al más joven y aquello le carcomía por dentro.

—De todas formas, creía que te había sucedido algo más importante que la visita de algún amiguito para que no me hayas visto— Suelta sin importancia bajando sus manos guardándolas en sus bolsillos. —ChanYeol Hyung todavía no llega, así que puedes entrar tranquilo.

—¿Quién dijo que estaba intranquilo? No puedo creer que aún exista la palabra Hyung en tu vocabulario.

—Recuerdo perfectamente todas las veces que estabas ansioso si no llegabas a la hora, siempre ha sido muy protector por ti y se preocupa si llegas tarde— Sella mostrando su reloj de muñeca, haciéndole caer en cuenta lo realmente tarde que era. —Y sí, le mantengo respeto a tu hermano, Hyung no tiene la culpa de que seas un desconsiderado y que le haya tocado un lamentable hermano que no se detiene a pensar en el bienestar de los demás.

Desde que había vuelto nunca le había hablado tanto y mucho menos de esa manera, podía sentir al JungKook que conocía, pero con un aura diferente. Y se sentía culpable de ello.

—¿Aún cantas?

—¿Importa realmente?— Usó sus propias palabras para responder.

—No preguntaría de ser así.

—De vez en cuando, ya no le tomo importancia, ya no tengo motivo para cantar— Quiso seguir preguntando, quiso seguir hablando, pero el teléfono del menor les interrumpió. —Me tengo que ir.

—JungKook está semana no podré— Dice con algo de miedo frente a lo que el más joven podría decirle.

—Haz lo que quieras Jimin, no es como si me importase mucho lo que haces o dejas de hacer.

Con esas palabras, el menor se marchó y Jimin odiaba que le afectaran tanto.

I'm yours #2 →kookmin;yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora