I'm yours #2 →kookmin;yoonmin

01

—¿Te vas?— Dijo con voz exaltada la más joven entre sus amigas, Somi, la cual también se había convertido en su confidente desde que llegó a esa ciudad.

—Sí, ya sabes, creo que es hora de volver y pues, ya acabó mi tiempo aquí. A ella no le importa que me vaya, y su marido estará feliz, solo era un gasto— Sonríe para sí mismo, desde que llegó les había hecho la vida imposible a propósito, todo había sido una excusa para alejarse un tiempo, no era como si de un día para otro, hubiera perdonado todo lo que esa señora había hecho.

—Jimin, te costó bastante adaptarte aquí y ahora te vas, puede que tu psicólogo diga que ya tienes una estabilidad mental, pero no confío que sea así— Habló esta vez Woo-Young, quien también se había transformado en una parte importante.

Desde que se había mudado seguía yendo a sus terapias. Tenía un desorden emocional, que luego de muchas sesiones pudo comenzar a sanar, según sus últimas visitas, ya estaba estable. Todos sabían aquello, Jimin tenía que tomar algunos medicamentos para nada desapercibidos, donde se vio obligado a revelar su situación.

—No pasará nada, después de todo, ahí está mi casa ¿no? El lugar donde pertenezco...— Provocó un silencio, ese pequeño grupo se había transformado en su familia previsora, lo había acogido y ayudado en todo lo que necesitaba —No es como que dejemos de hablar.

Quiso ignorar el brillo en los ojos de Somi, peligrando un llanto, la extrañaría, tanto como a los demás. Woo-Young había sido un gran apoyo, su mejor amigo ahí, su casa era su verdadero hogar, podía ir cuantas veces quisiera y su madre lo recibía con una sonrisa, pero claro, el lugar de mejor amigo lo seguía teniendo TaeHyung. Jae-Bum y YooJung no se quedaban atrás, también habían ayudado bastante, cada uno aportando su granito de arena para hacerlo sentir cómodo.

—Ya lo han escuchado, así que nada de caras largas, Jimin es nuestro amigo, tenemos que estar feliz por él— Habló la voz de mando en el grupo provocando una pequeña sonrisa en Jimin.

Young-Bae o TaeYang era así generalmente, escuchaba atentamente todo lo que hablaban, y luego daba su opinión para el tema. El chico se había enamorado de Jimin, triste ¿no? Perdió las esperanzas cuando el menor contó su historia, pero eso no fue impedimento para cuidar su espalda, convirtiéndose en su protegido, haciéndoles saber a todos que si llegaban a tocar un mechón de esa cabellera naranja, estarían muertos.

—¿Cuándo te vas?— Fue la suave voz de YooJung quien lo sacó de ese pequeño pensamiento, la chica como todos se habían acostumbrado a su presencia.

—Pasado mañana— Una exclamación sorda se escuchó entre todos —Debemos aprovechar el tiempo que tenemos juntos.

Durante esos dos días, el grupo de amigos se dedicó a estar juntos, no podrían pasar su último año escolar juntos, pero sí su último verano. Jimin había ocupado un lugar importante en cada persona, y no querían dejarlo ir, pero ya era hora, tenía que volver al lugar donde pertenecía y solucionar todo lo que había dejado pendiente. Un par de lágrimas de las chicas del grupo, sonrisas que ocultan la emoción de los chicos, abrazos de cariño y protección de todos. Llegaba la hora, Jimin tenía que irse.

—¿No te despedirás de mí, Hyung?— Pregunta al ver al mayor del grupo un poco alejado, su forma de demostrar la tristeza —Para ti es lo mismo, puedes ir visitarme cuando quieras, no debes sentirte así— Sonríe leve, también le dolía despedirse.

—Solo... Si te molestan, no dudes en llamar— Dijo Young-Bae, siendo esa su manera de decir que le quería.

Subió al bus que lo llevaría de vuelta a su provincia natal, dejando atrás a las personas que lo acogieron en sus momentos difíciles. Ahora era un Jimin renovado, uno que se dio cuenta de sus errores y ahora sabe actuar de buena forma. Ya no sería más ese idiota que solo sabe hacer daño. Mira a sus amigos a través de la ventanilla, todos despidiéndose y gritándole cuánto lo querían, el bus arrancó, avanzando hacia su nuevo destino, dejando atrás a las personas que lo quisieron como un hermano.