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Decir que se sentía sucio era poco. La esponja se pasaba furiosamente por su cuerpo, como si quisiera borrar todo de su piel, aunque Jimin estaba muy consciente de lo que había hecho no se borraría. Lo único que lograría sería que su piel se colocara roja, no podría borrar las caricias ni los toques que JungKook había dejado.

Con un sollozo suelta la esponja, sintiendo la puerta principal de su casa cerrar. Débilmente se comienza a hacer pequeño, sentándose en la tina abrazando sus piernas, ahora entendía cuando decían que la carne era débil, porque él mismo no se había resistido cuando su ex novio había llegado a él.

Entre lágrimas había dormido, lágrimas silenciosas para no molestar a su hermano, que era lo último que quería en ese momento. A la mañana siguiente hizo como si nada, se alistó lo antes posible para marcharse y no encontrarse con BaekHyun, pero al parecer cada vez que le pensaba, lo veía.

—¿Ya te vas?— Fue lo único que dijo al encontrarlo ya medio girando la perilla de la entrada, solo se limitó a dejar sonar un ruido afirmativo. —Toma— Escucha el ruido de papel sonar a la vez que percibe al mayor moverse. —Supongo que anoche no tuviste tiempo de hacer nada entre tu sufrimiento, sobró comida de la que hice para nosotros, así que llévatelo, es tu almuerzo.

Con el corazón en su mano lo recibió, hizo una reverencia silenciosa saliendo de casa, nunca le dijo nada a BaekHyun, pero suponía que el mayor sabía que estaba agradecido. Ambos se conocían a la perfección, tanto como para saber que no había sobrado comida ayer y se había dedicado a hacerle una lonchera con comida para la escuela.

A vista gacha caminó hacia la escuela y su aula. No prestó atención a nada, aun estaba perdido en los pensamientos del día anterior y ver a JinYoung no ayudó para nada, después de todo él era amigo de Yugyeom y ese pobre chico no se merecía lo que JungKook le hacía. Apenas sabía de su existencia y podría apostar que cuando se enterase de lo que sucedía, lo odiaría como todos.

TaeHyung no podía saberlo, pero ya comenzaba a sospechar, todas las declinaciones a salir juntos en las tardes no era normal, pero le era inevitable, ya hace bastante había mandado a la mierda todo el tratamiento y con una pequeña meditación caía de nuevo en lo mismo.

Apenas era el receso corrió a los baños, debía refrescarse, sentía que en cualquier instante aparecería Yugyeom gritándole y él debía estar totalmente despabilado para enfrentar al chico. Esa sensación la tenía desde hace un par de semanas, a pesar de que la escena era una creación de su mente. Nunca aparecía aquel chico y nunca le gritaba.

—Ya, ¿Qué diablos te ocurre?— Se sobresalta, aunque sabía a la perfección qué voz era. —Me he atragantado esta pregunta desde la fiesta y no la he querido hacer por respeto, pero no soporto verte tan demacrado.

—Qué cosas dices, Tae— Trata de darle un tono de humor, pero el ambiente ya era lo suficientemente denso como para poder suavizarlo.

—¿Tiene que ver con Jeon? ¿BaekHyun?— Su amigo no se iba a ir hasta tener una respuesta, sentía que Jimin se marchitaba y no había visto nada extraño como para que se comportase así. —¿Le pasó algo a HoSeok?

—No, ni siquiera vendría a clases si algo le pasara a Hyung, no es nada Tae, solo estoy cansado, aún no me acostumbro al ritmo de último año— En parte era cierto, tenía cientos de trabajos y exámenes.

—Nunca has sido un matado, así que esa excusa no sirve conmigo ¿Qué sucede? No te veo bien, lo que sea en lo que estés, te ayudaré, pero necesito saber.

Cerró los ojos, por unos segundos se le pasaron todas las imágenes, desde los días después de la fiesta hasta ese momento. Lágrimas se acumularon en sus ojos, las mismas del día anterior, estaba cansado, quería ser fuerte y decir no, pero a veces uno no tiene el control.

—Me acuesto con JungKook, tenemos relaciones todas las tardes y luego él se va con su novio como si nada, mientras que a mí sí me afecta esto.

Suelta sin más, revelando lo evidente. En su mochila llevaba una base para tapar su cuello, porque debajo de ese maquillaje tenía toda su piel marcada, marcas que JungKook dejaba todas las tardes.

Suelta un gemido al sentir las posesivas manos en su cintura, hundiéndose en el colchón junto al cuerpo sobre suyo, que estaba empinado en su cavidad dejando todos los chupetones posibles.

—Mío— Gruñe el menor, y no lo niega, aunque el contrario ya no hiciera aquel acto con amor, Jimin continúa entregándose porque quiere seguir perteneciéndole.

Vio el cambio de colores y emociones en el rostro de su mejor amigo, sabía que no le entendía, como también sabía que su amigo quería reprenderlo, le gritaría, que fue lo que exactamente ocurrió.

—¿Quieres ser el juguete de Jeon? Porque eso es lo único que estás logrando, ser su juguete, mientras tiene a su novio de pantalla, es contigo con quien se acuesta, solo te está usando y tú te dejas— No sabía cómo interpretar la mirada de TaeHyung, no quiso hacer suposiciones, simplemente no quería saber que le daba asco. —Después de todo dejas que él haga lo que quiera.

—¿Tú no harías lo mismo con HoSeok? Si tuvieras la oportunidad de acostarte con él, a pesar de que sabes que él no lo hace porque te ama ¿No lo aceptarías?

Silencio. TaeHyung estaba tan jodido en el amor como él.

—¿Lo verás esta tarde?

—Si no hay razón para no verlo, supongo que sí— Se encoge de hombros y mira hacia abajo, se sentía patético al hablar en voz alta sobre el tema.

Por fin pudo identificar la mirada de su amigo, lo miraba con lástima. Lo envolvió entre sus brazos con consuelo, mientras acariciaba su cabello, enredando sus dedos en la nuca del mayor. TaeHyung tenía miles de palabras atoradas, pero no podía decir ninguna, porque entendía a la perfección a su amigo, y criticarlo, era criticarse a sí mismo.

Durante el día todavía sentía la nube gris sobre suyo, no cruzó palabra con nadie más que su amigo, se mantuvo lo más alejado de las masas, porque sabía que en ellas se encontraría con JungKook y a la vez, con su inocente novio. Simplemente esperó con ansias la campana de salida, quería ir corriendo a casa y enviarle un mensaje al menor excusándose, aunque sabía que luego se arrepentiría de no haber ido al encuentro.

—Mañana quiero una sonrisa, no es mucho lo que pido, solo quiero verte radiante— Fueron las palabras de Tae, mientras caminaban hasta la salida de la escuela.

—Lo mismo digo, mañana seremos unos chicos renovados— Muestra una sonrisa tímida, sabía que no se cumpliría lo que decía, porque nada borraba lo que estaba haciendo.

Con un leve abrazo se despiden, separándose a los pies del instituto. Cada uno fue por su lado, Jimin esperaba no encontrarse con JungKook camino a casa, era lo último que quería ese día. Aunque el sonido de un motor lo distrajo, pero no lo sacó de su burbuja de pensamiento, no fue hasta que tocaron una bocina que se dignó a girar la cabeza.

—Hyung.

—¿A poco ya te olvidabas de mí? ¿Es muy pronto mi visita? Recuerdo perfectamente que dijiste que podía venir a verte cuando quisiese— Fue la dulce voz de su mayor, la cual usaba únicamente cuando se trataba de él.

Entre todo el sufrimiento de Jimin, Young-Bae llegaba iluminando su camino, siendo la excusa perfecta para deshacerse de JungKook por una tarde.

I'm yours #2 →kookmin;yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora