Taylor
Sabía perfectamente donde íbamos, a la mansión Novotny. Ellos eran muy problemáticos y sabíamos que querían el collar. Cuando llegamos a la casa nuestros guardias abrieron la puerta a golpes. Entramos armados, pero para nuestra desgracia había reunión familiar. Toda la familia Novonty estaba reunida. Pero no me importaba, yo solo quería a Leire, quería tenerla entre mis brazos. No podía imaginarme que sería de mí si la perdiera, y me moriría si la pasara algo.
- ¿¡¿Dónde está?!? - Dije gritando y enfurecido.
- Tranquilo, amigo - Dijo Tony Novonty, un chico de 25 años, futuro heredero de la mansión Novonty y también un hipócrita odioso.
- Donde está - Dije frío.
- Mira, si tu la quieres a ella solo nos tenéis que dar el collar. O la mataremos como hicimos con su padre - Mi padre se acercó a mí para hablarme.
- Nosotros nos encargamos, tú busca a Leire - Dijo mi padre susurrándome al oído. Yo asentí y salí de la sala. Empezaron los disparos.
Pasé por mil pasillos entrando en todas las salas, hasta que encontré unas escaleras que bajaban a un sótano. Bajé y me encontré con una puerta blindada. Pegué cuatro tiros y se abrió. Su seguridad no era muy buena. Abrí la puerta de golpe. Estaba oscuro, encendí las luces y pude ver todo el suelo lleno de sangre. Alcé la vista y la vi en una silla, inconsciente y desangrándose. Se me partió el alma al verla. La desaté de la silla, me quité la camiseta y se la até en el corte para que dejara de sangrar. La cogí y salí de allí. Al salir vi a Alex y le dije que se retiraran. Y así lo hicieron. Fuimos a casa y la tumbamos en la cama y la intentamos curar.
Leire
Me dolía la cabeza, no podía moverme, estaba agotada, me quería morir. Abrí los ojos lentamente y me desperté en otro lugar, no era el deprimente cuartucho, era una habitación más luminosa. Intenté levantarme de la cama pero no pude, me desplomé como si no tuviera vida y fuese un objeto.
- Cuidado, no hagas esfuerzos - Reconocí esa voz, era él, ¿me habría sacado Taylor de aquel lugar?
- Gracias.
- No las des - Dijo el mientras se acercó a mi y me besó suavemente.
Al día siguiente ya me encontraba mejor y podía caminar. Taylor había dormido en mi cama, me gustaba sentir que tenía a quien abrazar por las noches. Me acerqué a el.
- Buenos días - Dije susurrándole al oído. Taylor abrió los ojos perezosamente y me sonrió.
- Buenos días princesa - Dijo dándome un beso.
- ¿Qué tal te encuentras? - Dijo el bostezando.
- Muy bien, creo que ya puedo caminar.
- Me alegro - Dijo mientras se levantaba de la cama. Estaba en boxers, solo boxers, me encantaba ver su perfecta figura. Bajamos a desayunar. Luego la madre de Taylor me dejó algo de ropa y fuimos a mi casa. Cuando entramos me quedé asombrada, estaba todo desordenado, no quería que mi madre viera así la casa, así que Taylor me ayudó a recoger. Cuando terminamos de recoger toda la casa terminamos agotados, y, por suerte, no habían robado nada. Cogimos mis libros de clase y metí en una maleta ropa. Luego volvimos a casa de Taylor, pero antes cerramos bien todas las puertas y ventanas de la casa. Coloqué mi ropa en el armario y me desplomé en la cama, Taylor trancó la puerta y se acercó juguetón a mi.
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Solo mía
RomanceLeire, una joven que se muda a Londres por problemas familiares, conoce a Taylor, al principio decide ignorarle completamente, pero poco a poco Taylor se la va ganando. ¿Terminará surgiendo el amor entre ellos dos?