Capitulo 10

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Leire

Me desperté a las 18:00.

- Por fin despertaste bella durmiente - Dijo sonriendo pícaro. Yo le sonreí y le hice un hueco en la cama. Nos besamos y cuando estábamos a punto de hacerlo Derek dijo que ya sabían donde estaba el disco. Siempre nos interrumpían, y como es normal, Taylor se enfadaba. Cuando se enfadaba era muy mono, estaba guapísimo. Taylor se puso unos pantalones y bajamos al salón, donde nos esperaban todos.

- El disco está en New York - Dijo Gabriel.

- ¿New York? - Dije confusa. ¿Cómo podía mi padre esconder el disco en New York? Me estaba quedando impresionada, no entendía por qué mi vida había cambiado tanto en tan poco tiempo, aun que me gustaba bastante mi nueva vida, me estaba enterando de muchas cosas, pero por otra parte, me dolía que mi madre nunca me hubiese hablado de esto.

- Hemos investigado y tu padre tiene una pequeña propiedad allí, y según los datos, el disco se encuentra ahí - Dijo Fran muy serio.

- De acuerdo, y, ¿pensáis viajar hasta allí?

- Sí - Dijo Eddy.

- ¿Podré ir?

- No - Dijo Taylor frío.

- ¿Por qué? - Dije algo molesta por su comportamiento.

- Correrás peligro - Dijo sin siquiera mirarme.

- Se cuidarme, ¿sabes? - Ahora estaba más molesta con el. No lo entendía, primero estaba bien y juguetón y ahora se comportaba como un egocéntrico de mierda.

- ¿Por eso te secuestraron, y de no ser por mí casi te matan? - Dijo ya con valor a mirarme a la cara. Yo enfadada fui a vestirme, me puse unos pitillos blancos, una camiseta azul claro corta por delante y larga por detrás, junto con unos botines marrones. Metí toda mi ropa en la maleta y me fui a mi casa. Por lo que había entendido, Taylor decía que era incapaz de cuidarme sola, así que decidí irme y dejarle en paz. Así no tendría que hacer canguro de nadie.

Entre en mi casa y dejé la maleta en el salón. Iba a entrar a la cocina cuando de repente oí algo arriba. Decidí subir a ver qué era. Era el gilipollas que me había secuestrado, estaba sentado en la cama de mi habitación.

- Bueno, bueno, preciosa. ¿Qué tal tu discusión con Taylor? - Dijo él mientras jugaba con su pistola.

- A ti qué coño te importa - Dije enfadada.

- Mira, preciosa, no me seas borde, ¿de acuerdo? Quiero que sepas que vengo a proponerte un trato.

- ¿Trato? - Dije mirándole con asco.

- Mira, Taylor no sufrirá si te portas bien - ¿QUÉ? ¿Iba a hacerle daño a Taylor? No podría permitírselo. Le odiaba, pero... también le quería.

- No vamos a hacer trato, y no vas a hacerle daño a Taylor - Dije enfadada.

- Oh, con que esas tenemos, subimos la oferta, ¿vale? Si no haces lo que te diga Taylor, tu querido hermano y tu preciada madre sufrirán las consecuencias - Me quise morir al escuchar eso. No podía permitir que les pasara algo. Eran lo único que tenía en esta vida, mi única familia.

Solo míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora