Hoy es mi primer día de clase, me he mudado a Londres con mi familia, sufrimos la perdida de mi abuela, que murió por cáncer, pero antes, mi padre, que murió en la guerra cuando tenía 5 años y mi hermano 8. Mi madre nos tuvo que criar sola y todavía sufre, asique decidimos mudarnos a Londres. Por cierto, me llamo Leire y mi hermano Eric.
Como os he dicho es mi primer día de clase, así que me duché y me puse unos pitillos y una camiseta blanca ancha que ponía en letras rojas SWAG, junto con unas vans rojas.
Bajé a desayunar y me encontré a mi madre, Linda, y a mi hermano, Eric, desayunando en la cocina. Yo no tenía mucha hambre, así que me cogí una manzana.
- Tienes que comer algo más, comes muy poco - Dijo mi madre con una media sonrisa.
- Sabes que como poco.
- Por eso estas así de delgada.
- Estoy así por que hago deporte, y no estoy tan delgada, tengo un cuerpo normal - Dije dando un pequeño suspiro. Cuando vivía en mi otra ciudad, salía todas las mañanas a correr (excepto cuando tenía clase, que salía media hora por las mañanas), también pensaba hacerlo en Londres.
- Bueno, aún así, tienes que comer más.
- Vale. Eric, ¿me llevas a clase?
- Me da pereza - Dijo mientras bostezaba.
- Vago, llévame que llego tarde.
- Vale... - Yo no tenía carnet de conducir, tenía 17 años y todavía no podía sacármelo, pero Eric si tenía.
Cogí mi mochila y me subí al coche con él.
- No te metas en problemas - Me advirtió Eric. En mi otro instituto de vez en cuando me metía en algún problema, no soy peligrosa, ni estoy loca, tampoco soy muy sociable, siempre estaba con dos personas o una, y contestaba a los profesores (pero solo cuando tenía motivos), y no es que fumara mucho, pero a veces sí, para olvidar un poco mis problemas, pero no muy a menudo. De vez en cuando también bebía, pero solo en fiestas, y una copa, no mucho. Pero de todos modos, por mucho que bebiéra tardaría bastante en emborracharme, el alcohol casi no me hace efecto. Pero aun así, tenía, y tengo, que tener cuidado. Hace unos años tuve mononucleosis, o como más se conoce a ésta enfermedad "la enfermedad del beso", me afectó al hígado y ahora tengo que tener cuidado con lo que tomo, por suerte ahora estoy bien.
El viaje hasta el instituto había estado muy callado, no habíamos hablado nada más que la frase que me dedicó al inicio del trayecto. Al llegar Eric me dio dinero para que comiera algo más tarde, aun que sabía perfectamente que sería raro que comiera mucho.
Entre al instituto, me sentía rara, empecé las clases como 1 mes después que los demás y todos me miraban, pero, a decir verdad, me daba un poco igual. Un grupo de chicos se me quedó mirando, me guiñaban el ojo y me silbaban; me pareció patético. Y por otro lado, un grupo de chicas me miraban y susurraban entre ellas, parecían las dueñas del instituto. Iban con ropa de marca ajustada y bolsos, caminaban moviendo el culo exageradamente, parecían cómicas. Me hicieron gracia, y se me escapó un poco la risa, debido a eso ellas me miraron mal y se acercaron a mí.
- ¿Te estas riendo de nosotras? - Dijo una que parecía la jefa del grupo y con un kilo de maquillaje (igual que las demás).
- No - Dije intentando parecer seria y evitando la risa. La chica tenía una voz demasiado aguda que me dejaba sorda.
- ¿Queréis algo? - Dije con una sonrisa, no quería meterme en problemas, mi madre estaba mal y no quería darla un disgusto.
Las chicas se me quedaron mirando, creo que pensaban que era extraño que alguien las plantase cara y que no las hiciera caso. Claramente se creían superiores al resto del instituto. Pero para que supieran que no me mandaban, pasé en medio de ellas empujándolas y con una sonrisa. Todo el pasillo se quedó mirándome. Pero me daba igual.
Entré a mi clase y me senté en una silla del fondo, así podía estar con el móvil sin que me vieran. Cuando sonó el timbre indicando el inicio de la clase entró el profesor y comenzó a dar la clase unos 5 minutos, luego se dio cuenta de que estaba. El profesor me mandó levantarme y presentarme.
- Soy Leire Smith.
- Yo soy Robin, tu tutor, tratarla bien chicos. Puedes sentarte Leire - Dijo con una sonrisa. Mientras iba a mi sitio alguien abrió la puerta, me giré para ver quien era. Un chico alto, moreno, de ojos verdes, resumiendo, sexy. El profesor no le dijo nada, yo camine a mi sitio ignorándole. Él venía detrás de mí. Me senté y él me miró sonriendo, luego, se sentó a mi lado. Estuvimos los 2 al móvil, sabía que me miraba a ratos, pero yo también le miraba a veces.
Cuando sonó el timbre del patio salí de las primeras, quería salir de allí cuanto antes. Ya fuera, sentí una mano en mi brazo, me giré y vi esos ojos verdes.
- ¿Cómo te llamas? - Dijo con una voz grave y ronca.
- No te importa - Dije con una sonrisa.
- ¿No te han enseñado a hablar con respeto? - Dijo sonriente.
Yo no le respondí, solo me di la vuelta y me fui, me tiró del brazo bruscamente, entre nosotros no había ningún espacio, estabamos pegados.
- Soy Taylor, ¿tú? - Dijo susurrándome al oído y provocando que se me erizara la piel de la nuca. Por un momento tuve el impulso de besarle. Era raro en mi, no es que fuera besando a todos con los que me encuentro.
- Leire - Dije sonriente, luego, me fui.
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Solo mía
RomansaLeire, una joven que se muda a Londres por problemas familiares, conoce a Taylor, al principio decide ignorarle completamente, pero poco a poco Taylor se la va ganando. ¿Terminará surgiendo el amor entre ellos dos?