Capitulo 3

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Leire

Cuando llegué a casa me di una ducha, necesitaba relajarme un poco. Al terminar de ducharme hice los deberes y fui al comedor para la cenar.

- ¿Qué tal tu primer día de clase? - Me preguntó mi madre.

- Bien - Dije esbozando una sonrisa.

- ¿Ya has hecho amigos? - Mi madre confía en mi, y la dije que sería sociable.

- Sí, se llama Maika, es muy simpática.

- Me alegro Leire.

- ¿Que tal el caso que estás llevando mamá? - Ella es abogada, y nos mudamos a Londres porque encontró trabajo aquí (y también por lo de nuestros problemas familiares).

- Muy bien, me dieron la bienvenida y unas flores - Dijo sonriente. Me alegraba saber que a mi madre le había ido bien el día.

- Me alegro, ¿y que tal tu día Eric? - Él iba a la universidad.

- Muy bien - Me alegraba saber que a ellos les iba bien, yo no se por qué, pero no paraba de pensar en Taylor, ¿me había sentido culpable haberle dicho aquello?

Cuando acabamos de cenar subí a mi habitación y me puse a ordenar el escritorio, me había mudado hace poco y todavía lo tenia todo lleno de cajas. Cuando acabé con el escritorio me puse a ordenar la ropa en el armario y así con el resto de cosas, al terminar de ordenar toda la habitación era muy tarde, así que me metí a la cama.

A la mañana siguiente me puse unos jeans y un crop top gris con una cruz negra, junto con unas vans negras. Bajé a desayunar y como el día anterior cogí mi mochila y Eric me llevó a clase. Vi a Maika con sus amigos, me hizo una señal para que fuera.

- Hola Leire - Dijo ella sonriente.

- Hola - Dije yo sonriendo.

- Mira, te presento a mis amigos, Alexia, Dylan, Emily, Cameron y Bianca - Mientras les nombraba unos me sonreian y otros me saludaban con la mano.

- Encantada - Dije sonriendo.

- ¿Tienes móvil? - Preguntó Alexia.

- Sí - Les di mi número y entramos a clase. Bianca y Dylan iban conmigo a clase. Taylor no fue al instituto, me preguntaba si le había pasado algo, ¿le habría afectado lo que le dije? No creo que le hubiera afectado aquello, ¿no? No paraba de pensar que le habría pasado.

Cuando por fin acabaron las clases fui con Bianca y Dylan a la salida, donde nos juntamos con Alexia, Emily, Cameron y Maika.

- ¡Hola! - Dije yo.

- Hola - Dijeron Alexia y Emily a coro.

- Leire, este sábado inauguran un nuevo local, nosotros íbamos a ir, ¿quieres venir? - Dijo Bianca sonriente.

- ¡Claro! - Genial, ya tendría entretenimiento para el sábado. Solo tenía que soportar el viernes y poder relajarme un poco.

***** 

Por fin llegó el sábado, me desperté casi a la hora de comer. Bajé a desayunar, Eric estaba viendo la tele y mi madre haciendo la comida. Yo como de costumbre me cogí una manzana y me fui al sofá con Eric. Cuando terminé la manzana me fui a vestir, me puse unos leggins negros, una camiseta ancha blanca y unas deportivas blancas. Fui al baño para peinarme y hacerme una coleta.

- Me voy a correr mamá.

- Vale, ten cuidado, no te pierdas.

- No me pierdo - Dije sonriendo.

Salí a correr y cuando llevaba 10 minutos corriendo pude observar que un hombre me seguía, empece a correr más rápido, pero el hombre también empezó a correr más rápido, giré por un callejón y fui todavía más rápido, pero de repente un hombre salió de detrás de un contenedor con una pistola, como si de una película se tratase. Pero esto no era una película, y yo estaba acorralada por dos hombres. El que me venía siguiendo me agarró de las manos fuertemente, yo me resistía, pero me obligaron a caminar a un local, le propiné una patada en los huevos al que me sujetaba y le intenté quitar el arma al de al lado que me apuntaba, pero el de la patada me dio en la cabeza haciendo que cayera. De repente oí un disparo, el que tenia el arma cayó al suelo. Junto a mí estaba su arma, la cogí y me levante. Me di la vuelta y vi correr al hombre que le di la patada, sonreí y pensé "miedica". Cuando me di la vuelta no pude creer lo que estaba viendo, él, tenía delante mío esos ojos verdes, tenía a Taylor, con un arma en su mano.

- ¿Estás bien? - Dijo él serio, pero tímido.

- Sí - Dije yo fría.

- Vamos, aquí corremos peligro - Dijo cogiendo mi brazo y obligándome a subir en su coche. 

- ¿Que está pasando? - Pregunté ansiosa.

- Si te lo digo correrás todavía más peligro.

- Si ya corro peligro, ¿qué más da un poco más?

- ¿Te acaban de apuntar con un arma dos tipos que no conoces, y estás tan tranquila? - Dijo sonriendo.

- Se podría decir... que soy una chica dura - Dije sonriendo.

- Eres diferente.

- ¿Diferente?

- Sí, las demás chicas estarían gritando, pero tú... Tú estás tranquila - No respondí a eso, solo le sonreí.

- Oye, no me cambies de tema, ¿qué está pasando aquí? 

- No se si me creerás.

- Te digo que sí, de alguien que me ha salvado la vida confío - Dije sonriendo.

- Mafia.

- ¿Mafia? - Ahora mismo estaba confusa, pero no tenía miedo.

- Es una larga historia de explicar.

- Pues empieza ya a explicar - El sonrió, pero no me respondió.

Solo míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora