Capítulo 48 "A los 65 años..." Parte 3 Naruto

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Sasuke está deprimido, lo que hace que me duela el corazón.

Siendo el alcalde, soy su jefe, pero sé más, y mejor que nadie, que Sasuke necesita un descanso de todo lo que ha visto.

Me gustaría que pudiera solo tomarse unas vacaciones, tal vez incluso acompañarlo, pero solo me acabo de convertir en el alcalde, y no puedo simplemente tomarme unas vacaciones en estos momentos, y Sasuke ya cumplió la edad para retirarse de la fuerza. No tiene que gustarle, ni a él ni a mi, pero es necesario que la siguiente generación avance, y para eso, la antigua generación debe dar un paso a un lado. Y Sasuke ya no es tan joven como antes, hay cosas que se le pueden pasar por alto.

Pensando en todas estas cosas, sentado frente a mi escritorio con una pila de papeles que esperan mi atención, me pregunto si tal vez yo también estoy demasiado viejo para trabajar.

Sacudo la cabeza, despejando de pensamientos negativos mi mente, y alcanzó la pila de papeles frente a mi. Tengo trabajo que hacer, y distraerme no me ayudará a mantener mi nueva posición.

*•.~.•*

Las horas se pasan volando mientras leo un proyecto y otro, concentrándome un cien por ciento en mi trabajo, hasta que el teléfono de mi oficina me sobresalta. ¿En qué momento se escondió el sol?

–¿Diga?

–¡Naruto! ¿Hasta qué hora vas a trabajar? Menma ya está aquí, y la cena se está enfriando.

La voz enojada de Sasuke me sacude hasta los huesos. Ese hombre siempre podía lograr sacudir cada uno de mis nervios.

–Lo siento, –Le digo con voz arrepentida–, estaba tan concentrado, que no me di cuenta de la hora.

–Me imaginaba que algo así pasaba. No deberías estar trabajando tan tarde.

–Lo sé. Es solo que estaba leyendo un proyecto bastante interesante, y la hora solo pasó sobre mi.

Escucho el suspiro de resignación de Sasuke en el teléfono, y sonrío al imaginarlo rodando los ojos.

–Solo date prisa y ven a casa. Estamos esperando que llegues para cenar.

Me despido rápidamente de Sasuke antes de poner el teléfono en su base, y comienzo a guardar los papeles en mi maletín.

Agarrando mi chaqueta del respaldo de la silla y el maletín por la asa, salgo corriendo de la oficina.

Me dirijo a casa mientras pienso en lo feliz que soy.

Desde que Sasuke entró a mi vida, cada día ha sido como el primero. Cuando éramos niños y el chico más popular tenía una vida tan parecida al chico que fui, el paria de la escuela. O cuando nos reencontramos en la preparatoria. Lo mucho que había cambiado Sasuke, a pesar de ser tan hermoso como cuando era un niño. Tantas cosas que vivimos juntos, que aprendimos juntos. Y aunque las cosas no siempre fueron de lo mejor, aprendimos a superar cada obstáculo que se nos presentó en el camino. Y estoy seguro que, con Sasuke a mi lado, podría superar muchos más.

Detengo el coche fuera de la casa, y me bajo, tomando mis pertenencias del asiento del pasajero. Antes de que esté frente a la puerta, ésta se abre, y Sasuke estira su mano, tomando mi muñeca y empujándome contra la pared.

Me besa ferozmente, recorriendo con su lengua el interior de mi boca, y yo me derrito en un charco. Dejo caer las cosas, y tomo su cintura cuando nos volteo. Lo levanto, y Sasuke envuelve sus piernas alrededor de mi cintura.

Empujo mi entrepierna contra él, y me mezo suavemente en su contra mientras continuo besándolo. Sasuke gime en mi boca, y se empuja contra mi.

El sonido de una persona aclarando su garganta hace que separe mis labios de los suyos, pero no me alejo demasiado.

–Cada día es mejor –. Digo, mientras miro en lo profundo de los ojos de Sasuke, y acaricio su mejilla con mi dedo pulgar.

Sasuke sonríe, y nos volvemos en dirección a la persona que ahora se está riendo.

–Hola papá –. Dice Menma, dando un paso en nuestra dirección. Bajo a Sasuke antes de estrechar la mano de mi hijo, y atraerlo a un abrazo.

–Ha pasado demasiado tiempo –. Le digo a Menma antes de soltarlo, y dar un paso atrás y recoger las cosas que dejé caer cuando llegué a casa –. ¿Cómo has estado, hijo?

Sasuke cierra la puerta de entrada y entramos en la sala de estar. Dejo las cosas en el sofá, y tiro de mi corbata antes de sacarla y desabotonar mi camisa. Es bueno estar en casa.

NaruSasu - Toda Una Vida, Alma GemelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora