NaruSasu - Toda Una Vida, Alma Gemela

Capítulo 24 "A los 22 años... " Parte 2 Sasuke

Escapo. Una vez más, intentando evitar la conversación. Se lo que quiere saber, y se que no quiero hablar de eso. Ya fue lo suficientemente duro verlo con Gaara por ese año y medio que estuvimos en la misma clase. Por lo mismo puse todo de mi, y me gradué antes. No podía soportar verlo con alguien más. Nunca he podido superarlo.

Salgo al exterior, y tomo un profundo aliento. No podía respirar. Dejé de respirar en cuanto entré y vi a Naruto. El aire simplemente se quedó entre mi nariz y mis pulmones, sin avanzar, sin retroceder.

Naruto se ha convertido en un hombre arrebatadoramente masculino. Todo él. Con un cuerpo firme. Y yo sigo siendo un poco escuálido, sin importar cuanto ejercicio haga. Él se ve hermoso. Y yo, sólo soy yo.

La puerta se abre tras de mi, devolviéndome a la realidad. Y el hombre de mis sueños se materializa a mi lado.

Nos miramos, yo incómodo, y él parece molesto.

Se aclara la garganta, y yo preparo todos mis nervios y músculos, preparándome para la conversación que nunca he querido tener.

-¿Puedes hablar conmigo un minuto? -Dice, pero parece más una exigencia.

-No puedo, lo siento, tengo que volver al cuartel.

Me alejo rápidamente, pero sin voltearme a mirarlo, se que Naruto me sigue.

Apresuro más el paso, sin embargo me da alcance rápidamente, y camina junto a mi, con la mirada en sus pasos.

Me detengo en un semáforo, y lo miro, su mirada fija en mi, poniéndome totalmente nervioso y alerta.

-¿Qué es lo que quieres, Naruto?

Mi voz sale ronca y grave, delatando mis nervios. Él se ve un poco incómodo, haciendo que toda mi fachada se derrita.

Suelto un suspiro y camino a un paso lento hasta la cafetería de la acera del frente.

Entro y me siento en una mesa. Una chica se acerca y le pido un café. Naruto se sienta frente a mi y le pide un vaso de agua.

-Bueno, habla. Tengo unos minutos más -. Le digo, fríamente, dejándole saber desde ya que no quiero tener esta conversación.

-Sólo dime la verdad ¿está bien? -Dice, juntando y soltando sus dedos. -¿qué fue lo que pasó? ¿por qué me dejaste así?

Meto mi mano en mi bolsillo y saco mi billetera, sólo para tener algo que hacer, mientras pienso en qué decir.