Capitulo Treinta: Petición

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MARATÓN (3/3)

Narra Harry:

Dos semanas han pasado desde que salí del hospital, los golpes y el dolor en la espalda han disminuido notoriamente, mientras que la demanda continúa amenazándome. En estos últimos días he asistido a mi empresa, ya que las discusiones y los pleitos entre Marisol y yo han aumentado. Ella no pudo irse de mi casa ya que el médico le menciono que debía cuidarse en estos últimos días de su embarazo y yo no podía permitir que mi hija estuviera en riesgo. Lo cual me lleva a que no he podido reclamar acerca de lo último que me dijo Luther sobre su familia.

Lo que respecta a Blake, no tengo la menor idea si respondió mi mensaje, o si solamente lo escucho, o si no hizo nada para responder, ya que la pantalla de mi celular quedo añicos y tuve que comprar uno nuevo. Durante las noches el recuerdo de aquel sueño me atormenta y no puedo conciliar dormir, lo cual me está volviendo loco ya que en ocasiones pienso que es verdadero.

Marisol: ¿Ya te vas? - me mira con nerviosismo

Harry: Si - termino de colocarme la corbata - ¿Por qué? - mi frialdad hacia ella ha sido persistente y es obvio que ella lo ha notado

Marisol: Por nada... yo solo - guarda silencio y desvía la mirada - Vamos a terminar ¿No es asi?

Harry: Es lo mejor - la miro directo a los ojos - Pero mientras estés embarazada yo no voy a sacarte de aquí

Marisol: ¿Por qué dejaste de amarme? - Su rostro está cubierto por las lágrimas que caen de sus ojos, que desaparecen cuando las quita con su mano - Yo aún te amo

Harry: ¿Y tú por qué cambiaste tanto? - me mira con tristeza - Yo creí que nuestro amor seria inquebrantable, pero me di cuenta muy tarde que no sería asi.

Marisol: Perdóname... No quiero perderte - camina hacia mí y me toma de las manos - Eres el amor de mi vida, el padre de mi hija... Eres todo lo que tengo - y es ahí cuando mis ojos la miran con desprecio

Harry: ¿De verdad soy lo único que tienes? - Asiente con desesperación - No te creo, siento que me estas mintiendo - me alejo de ella

Marisol: ¿Asi como tú me has mentido a mí? - la miro confundido - ¿Crees que no me he dado cuenta que en las noches te quedas pensativo mientras mencionas su nombre? La sigues extrañando y no sabes cómo duele saber que no puedes olvidarla... ¡Y no mientas! Que de nada te va a servir.

Harry: Tienes razón, no voy a mentirte - La miro con rabia - Si la extraño y extraño estar con ella, extraño su cercanía y... Extraño su profundo amor hacia mí. Yo ya no te voy a mentir, pero tampoco quiero que tú me mientas.

Marisol: ¡Yo nunca te he mentido! - me grita con rabia - Jugaste conmigo, como lo hiciste con ella

Harry: No, nunca te mentí respecto a lo que sentía por ti - Respiro con pesadez - Pero si mentí respecto a lo que siento... a lo que sentía por ella.

Marisol: ¡ERES UN MALDITO! - se acerca con velocidad a mi cuerpo y comienza a golpear mi pecho con rabia - ¡Ay...! ¡Ahhh! - Detiene sus golpes y coloca sus manos debajo de su vientre abultado, la tomo de los brazos con preocupación al verla caer hacia el suelo

Harry: ¡¿Que ocurre?! - Me acerco hacia ella con rapidez cuando grita con desesperación y profundo dolor, confundiéndome aún más de lo que ya estoy, pero un líquido rojo comienza a bajar desde su entrepierna y es ahí cuando me doy cuenta de lo que está ocurriendo.

Marisol: ¡Harry! Estoy sangrando... tengo miedo - Comienza a llorar mientras se sostiene con fuerza de mis brazos - No quiero que le pase nada a nuestra bebé

Un Marido Infiel H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora