Capítulo Treinta y Ocho: Lazo inquebrantable

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Narra Harry: 

La confesión de Luther ha provocado que me sienta muy abrumado, es imposible que mi madre y mi hermana sobrevivieran a ese accidente. Ellas murieron calcinadas y no se pudo hacer nada para ayudarlas, no puede ser que ahora todo este tiempo estuve viviendo engañado. 

Harry: ¡No lo pongas tan rápido! - Me quejo con Alisa cuando coloca una bolsa de hielo en mi mejilla

Alisa: ¡Lo siento! - Me responde de la misma manera - ¿Por que siempre debes de llegar a los golpes con ese hombre?

Harry: Porque no lo soporto, por eso... - Cierro los ojos con fuerza, pues en verdad que cada que la bolsa toca mi piel arde demasiado - Y menos después de lo que me dijo

Alisa: ¿Y tu en verdad crees lo que te dijo? - Me encojo de hombros - Ha mentido tanto que en realidad yo creo que es mentira, tal vez lo dijo para lastimarte.

Harry: O tal vez sea verdad 

Alisa: Deberías irte, necesitas descansar

Harry: No, lo que necesito es buscar respuestas - Trato de levantarme, pero Alisa me detiene y me mira molesta.

Alisa: ¿Acaso ya te viste el rostro? Estas todo golpeado y estas todo manchado de sangre.

Harry: No puedo quedarme de brazos cruzados, tengo que hacer algo... Tal vez ellas estén con vida y... - Guardo silencio - Necesito saber si es verdad.

Alisa: No puedo obligarte a que no lo hagas, pero acabas de tener una pelea a golpes con Luther... Quien te ha lastimado de todas las maneras posibles - Bajo la mirada - Sé que no vas a hacerme caso, pero solo te pido que tomes un baño porque necesitas quitarte esa suciedad y esa sangre de tu cuerpo y de tu ropa.

Harry: Espero que sea verdad... - Me levanto con dificultad pues tengo un gran golpe a un costado de mi cuerpo, solo espero que no sea una fractura - Porque durante todo este tiempo, necesite tanto de mi madre.

Alisa: Pues entonces, esperemos que asi sea - Me muestra una pequeña sonrisa - ¿Te duele? - Asiento con lentitud - Bueno pues entonces, te voy a acompañar... Le pido a mi amiga que termine los pendientes que tengo y nos vamos ¿Okay? - Cuando estoy por negarme y decirle que se quede, me mira con seriedad - Y no acepto un No por respuesta.

Harry: De acuerdo... - Acepto molesto, pues realmente ocupo que ella este en la empresa, pero bueno....

Al llegar a mi casa, me bajo del auto con mucho dolor en el cuerpo. Camino hacia la puerta y espero a Alisa, quien esta terminando de acomodar el auto. Abro la puerta y cuando estoy por cerrarla, Alisa la empuja con fuerza y logra golpearme a un lado de donde se encuentra mi costilla derecha.

Alisa: ¡Oh por dios! ¡Lo siento! - Camina hacia a mi con preocupación

Harry: Esta bien... - Cierro los ojos con fuerza para controlar un poco el dolor. 

Alisa: Deja te ayudo a quitarte ese saco - Asiento con lentitud, me levanto un poco la camisa y al ver la cara de Alisa, se que tengo un gran moretón.

Harry: ¿Como se ve?

Alisa: Terriblemente mal, esta de color purpura y en las orillas esta de color verde y amarillo... - Toca con delicadeza el área lastimada y de solo sentir el roce de su piel, inmediatamente me alejo.

Harry: ¡Duele! 

Alisa: Deja que te ponga una pomada - Me ayuda a quitarme la camisa y trato de ver el golpe.

Harry: Espero que no sea una fractura... - Me mira con preocupación - Ya he faltado demasiado en la empresa.

Alisa: Pues esperemos que no sea el caso - Cuando esta por colocarme la pomada con olor desagradable que lleva siempre en su bolso, el timbre comienza a sonar en repetidas ocasiones - ¿Pues quien será que con tanta desesperación toca el timbre?

Un Marido Infiel H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora