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Sofía es de las personas que adora ir de compras y saturar sus tarjetas de crédito. La mejor parte es verla desfilando por los pasillos del centro comercial con varias bolsas en cada mano, tiene cierto estilo envidiable.
—¿Segura que todo está bien?
Evado su dulce mirada y, por eso, no me percato que hemos entrado a una tienda de lencería hasta que choco con un sostén que se enreda en mi cara. Sofía ríe, intentando quitármelo, hasta que una de las vendedoras me libera.
—Gracias —murmuro avergonzada y dejo mi bolsa de compras en paquetería, al lado de las ocho bolsas de So—. ¿Vas a comprar lencería?
—Sí —sonríe, me parece sorpresivo y maravilloso—, pero no contestaste mi pregunta.
Sofía empieza a revisar varias prendas y se detiene a examinar un conjunto de encaje azul turquesa.
—Estoy tan bien como se puede estar viviendo con tu ex novio y con su novia modelo paseándose en ropa ajustada por las mañanas.
Sofía levanta una ceja.
—No estás muy bien, entonces.
—¿Qué crees? —suspiro.
Esa mañana se repitió el numerito de Minerva en ropa deportiva ajustada esperando por Dimas para ir al gimnasio. Me encontraba leyendo la carpeta del bar y comiendo cereal, sólo intercambiamos un saludo entre los tres.
—Deberías hablar con Dimas... ¡O sea, antes se comunicaban casi con la mirada! ¡Era aterrador!
Río, embargada con los recuerdos de un par de adolescentes bromeando dentro del que fuera el automóvil de Dimas.
Sofía elige unos conjuntos demasiado provocativos y me sonrojo sólo de imaginarme con uno de esos.
—¿Por qué estamos en una tienda de lencería?
—Porque es importante sentirnos lindas todo el tiempo.
—Sí, bueno, tú eres linda todo el tiempo.
—Gracias —me sonríe—. Tú también, Aura... ¿No quieres elegir algo?
Lanzo un suspiro cansado, esos que me dominan los últimos días, y me paseo por la tienda. Sofía tiene razón, como siempre, y elijo unos cuantos conjuntos de encaje que además se ven cómodos. Ya no es necesaria la ropa sexy porque no hay nadie con quien usarla...
¿Por qué siempre pienso en cosas así?
Pagamos y nos dirigimos a uno de los restaurantes que están dentro del centro comercial, pero que entran en la categoría de aceptables para mi amiga. Es un poco quisquillosa con esas cosas y, además, necesita espacio para dejar sus bolsas sin temer que alguien se las robe.
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La Melodía de Aura 1 - Preludio
RomanceAura terminó con su amor de la infancia la misma noche en que habían decidido mudarse juntos a la capital. Esa noche observó a Dimas partir, a su mejor amigo, la única persona que amaba. Los años pasaron, Dimas no quiso volver a hablar con ella...