Aura terminó con su amor de la infancia la misma noche en que habían decidido mudarse juntos a la capital. Esa noche observó a Dimas partir, a su mejor amigo, la única persona que amaba.
Los años pasaron, Dimas no quiso volver a hablar con ella...
La dedicación sólo me deja agregar a una persona, pero este capítulo es para AlexisN11 y RochiBarbadillo . Muchas gracias por todo el apoyo 💗.
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Someone's gonna fall in love in here tonight,
Someone's gonna let their guard down
One last time.
Maybe they once locked eyes,
Perhaps they just decide,
But someone's gonna fall in love in here tonight.
It's Just Begun — She Wants Revenge
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El susurro de una voz conocida despeja las tinieblas que me envuelven y, entonces, el característico olor a hospital inunda mi nariz. Abro los ojos y espero encontrarme con el techo blanco que siempre se describe, pero descubro a Eric.
No obtengo ni un momento de desconcierto, sino que sé lo que ha sucedido con León. Desvío la mirada y aprieto los puños, merecía unos segundos de desubicación.
—Aura...
Entrelaza sus dedos con los míos y, sólo así, reúno el valor suficiente para mirarlo a la cara.
—¿Por qué?
Cierro los ojos al recordar lo inadecuada que es esa pregunta para Eric, pues lleva un tatuaje en la espalda como respuesta.
—No lo sé.
Me incorporo, en contra de todas las indicaciones que dice ha dejado la enfermera, pero no quiero permanecer más tiempo acostada.
—Federico está afuera con la familia.
Asiento e intento peinar mi cabello con los dedos, pero es inútil. Estoy hecha un desastre y mirar mi reflejo, en los bordes metálicos de la cama, sólo me hace llorar.
—Lo último que me dijo León fue que las cuidara.
Eric se sienta a mi lado y pasa un brazo sobre mis hombros. El calor y cariño, que caracterizan cada uno de sus contactos, son como un bálsamo para mitigar el punzante dolor que empieza a abrirse paso en mi pecho.
—Ellas están bien.
—Pero fue mi culpa... Si yo no le hubiera llamado por lo de Dimas... ¡Si tan solo pudiera madurar de una jodida vez!
Me cubro el rostro porque la vergüenza que siento es tan grande como el dolor que me corroe. Eric toma ambas manos y me obliga a bajarlas.
—Lo último que me dijo Ángela fue Espérame, te veo en veinte minutos y han sido los veinte minutos más largos de mi vida...
