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El calor de su cuerpo se comparte con el mío y, de alguna forma, consigue contener la adrenalina que con Dimas se convierte en una nube rodeándolo. Nunca antes un abrazo de Eric me transmitió tantas emociones imposibles de descifrar y tampoco percibí con tanta claridad nuestra diferencia de estatura; bueno, aquella vez en el departamento lo noté... No debería recordar esas palabras al decirme que merezco a alguien que sólo me vea a mí, pero ahí están arremolinándose en mi pecho y jugando con las que usó para su confesión... ¿Cómo sabe usar las frases adecuadas para removerme así los pensamientos?
Algunas personas quieren hablar con él mientras nos dirigimos al pasillo, pero se disculpa y escucho el tono mecánico de su voz. Prefiero su voz llena de energía con el poder de hipnotizarte.
—Lo hiciste genial —digo cuando noto que nos dirigimos a camerino—. Me encantó.
—¿En serio?
—Sí, tienes mucho talento...
Abre la puerta y deja que pase primero. Encendemos las luces y observo las mochilas desparramadas en el suelo, como si un grupo de niños de primaria acabara de llegar del colegio a casa.
—¿Debería pedirte un autógrafo? —bromeo cuando cierra la puerta.
—Puedes tener más que un autógrafo de mí, Aura.
El corazón me da un vuelco y clavo la vista en el suelo. Él camina hasta el sofá y se sienta; yo no sé qué hacer o dónde ponerme... ¡No puedo moverme!
¡No debe de ir por ahí soltando frases como esa!
Mis manos están sudando y debo verme muy cómica de pie al medio del cuarto, como salero, sin poder articular palabra alguna. Suspiro y obligo a mis pies a moverse uno detrás del otro hasta el sofá, pero dejando una distancia considerable entre nosotros.
¡Y de todas formas no tengo idea de cómo empezar...! Debí pedirle consejo a Dimas porque no tuvo problemas para romperme el corazón...
¡Alto, alto! ¡No le estoy rompiendo el corazón! Sólo dijo que era yo, o sea, puede que sólo le agrade y mi mente complicara todo hasta hacerlo parecer una historia de amor.
Amor, no, no, no ¡Palabra prohibida! ¡Prohibida!
—Eric.
Enciende un cigarro, aunque ahí no nos permiten fumar. No importa, saco uno de su cajetilla y espero que lo encienda con el suyo. No puedo mirarlo a la cara, me siento miserable y...
Eric merece a una chica sin mil problemas arriba que no consigue solucionar. Eso me ayuda a mirarlo a la cara, pero de inmediato vuelvo a bajar la vista. No ayuda que se vea tan bien y siempre me dejara un poquito nerviosa su físico; pero es sólo un poco, como a cualquier chica con dos ojos en la cara.
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La Melodía de Aura 1 - Preludio
RomanceAura terminó con su amor de la infancia la misma noche en que habían decidido mudarse juntos a la capital. Esa noche observó a Dimas partir, a su mejor amigo, la única persona que amaba. Los años pasaron, Dimas no quiso volver a hablar con ella...