Capítulo 12

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—Fósforo en la lluvia—

Rosa esperaba en el club de arte, junto a los demás, a que Joselyn llegara para que pudieran comenzar la sesión del día. Estaba tardando más de lo normal. Rosa tenía miedo de que algo le hubiera sucedido, ya que ella nunca llegaba tarde al club, así que salió a buscarla. No tuvo que ir muy lejos. Nada más salir del salón, la encontró.

Estaba besándose con Anthony.
De nuevo, Rosa sintió esa horrible presión en el pecho. Pero esta vez no huyó.

—Al parecer, esto es más importante que el club… —comentó, mordaz.

Joselyn dio un respingo. No esperaba ser descubierta. Sin embargo, no hizo nada para alejarse de su novio. En vez de eso, pidió a Rosa, con un gesto de la mano, que entrara al salón y cerrara la puerta detrás de ella. Eso le hizo hervir la sangre. Aun así, le hizo caso a su amiga.

Al volver adentro del salón empezó la reunión sin ella. Al ver que volvía sola, algunas personas empezaron a murmurar entre sí. Hubo uno que otro comentario de descontento en voz alta. Cuando Rosa empezó a hablar, el grupo parecía no escucharla, por lo que tuvo que soltar un estruendoso silbido para poder captar su atención.

—Todos saben que el baile de invierno se acerca ¿verdad? —dijo Rosa. El grupo asintió—. El director habló con Joselyn y conmigo el otro día. Quiere que nos encarguemos de los preparativos. 

De nuevo se escucharon murmullos en el salón. Esta vez sonaban preocupados. No creían ser capaces de organizar el baile ellos solos. Varias personas hablaban al mismo tiempo, causando un gran estruendo. Era difícil entender qué decía cada uno por separado. Por más de que Rosa lo intentaba, no podía tranquilizarlos. De pronto, la puerta se abrió y entró Joselyn haciendo que el grupo se calmara al instante.

—¿No quieren escoger el tema del baile? —preguntó la recién llegada parándose al lado de Rosa con los brazos cruzados.

Después de un momento de silencio, se empezaron a escuchar ideas. Al comienzo tímidas, pero luego cada vez más emocionadas. Joselyn anotaba todo en la pizarra. Algunos sugirieron una temática navideña, otros, películas o disfraces. Finalmente, una chica levantó la mano:

—¿Qué les parece un baile de máscaras? —propuso. 

—¿De máscaras? —repitió Rosa—. Halloween fue hace un mes. 

—No de ese tipo de máscaras —explicó la chica—. Sería como en las películas de princesas… Y los chicos podrían llevar coronas, como los príncipes.

A Rosa le gustó la idea. Por lo que pudo ver en las expresiones de sus compañeros, pudo intuir que a ellos también.

  —¿Quién vota por el baile de máscaras? —preguntó Joselyn, levantando la mano ella misma. 

Como Rosa lo esperaba, casi todo el grupo levantó la mano. Así que comenzaron a planear el baile, animados. Joselyn le dirigió una sonrisa a Rosa, pero ella solo la ignoró.

Kenny llegó a casa solo. No encontró a nadie. Seguramente, su madre había ido por Sarah a la escuela.

Tenía mucha hambre así que dejó sus cosas en su habitación y luego bajó a la cocina, tocando todo a su alrededor para guiarse. Su familia sabía que no debían cambiar las cosas de su lugar para no desorientar a Kenny.
Cuando terminó de prepararse el sándwich y le dio el primer mordisco, lo escupió todo. No sabía cómo un sándwich. Se dio cuenta que le había untado mermelada en vez de mayonesa. Era asqueroso. Caminó molesto hasta el bote de basura. En el camino, tropezó con una botella que cayó al suelo y se rompió. Al sentir el olor, supo que era de vino.

«Este no es mi día». Pensó, soltando un suspiro.

Para no hacer más desastres, decidió irse al sofá a esperar a que alguien llegara. No pudo evitar pensar en Sebastian. No entendía muy bien sus cambios de humor. En un momento era muy agradable con él y al otro lo trataba con indiferencia. Anheló, por un momento, que ese día en su habitación, él no se hubiera detenido y lo hubiera besado. Meneó la cabeza tratando de alejar la idea. Aún no lo conocía muy bien.

Poco después sintió a alguien cruzar la puerta.

—Llegaste temprano —se sorprendió su mamá al encontrarlo en el sofá—. ¿Ya comiste? 

—No —respondió Kenny pensado en su intento de sándwich—. ¿Y Sarah? 

—En el patio trasero. Su pez murió en la escuela.

Kenny sintió tristeza. Era el pez que le había regalado Rosa a su hermana el primer día de clases. Para ella era como su mejor amigo, casi nunca se separaba de él. Caminó hacia el patio trasero para buscar a su hermana. Apenas llegó al lugar, la encontró con facilidad gracias a su llanto. 

—¿Qué pasó? —preguntó acercándose a ella para abrazarla. Al hacerlo, pudo sentir que ella aún sostenía su pecera entre los brazos. Kenny sabía que ahí adentro debía estar Gus. 

Sarah limpió sus lágrimas e intentó parar de llorar, pero no pudo. 

—Las niñas que siempre me molestan sacaron a Gus del agua —explicó Sarah entre lágrimas—. Vine a enterrarlo aquí. —Sarah suspiró y se limpió las lágrimas de nuevo—. ¿Me ayudas, hermano? 

Cuando terminaron, ambos entraron a la casa dejando una pequeña tumba en el patio trasero. 

Nick no había querido regresar a su casa todavía, por eso, en ese momento, estaba en la casa de Larry. Temía que su padre lo volviera a lastimar. Como ese día no trabajaba en el cine, Nick había decidido pasar el resto de la tarde viendo películas junto a su amigo. 

—Tengo una idea para saber si eres gay —dijo de pronto Larry, apagando la televisión. Se acomodó de lado para mirar fijamente a su amigo.

Nick lo observó, sin decir nada. Sabía que lo que Larry iba a proponer sería una estupidez.

Larry sonrió. Tomó la laptop de Nick qué estaba en su mochila. Luego de buscar algo en Internet, se lo mostró. Era un video pornográfico entre dos hombres. Nick volteó la mirada, apenado.

—¿Por qué mierda pones eso? —preguntó. 

—¿Qué sientes al verlo? —insistió su amigo. Luego, al no obtener respuesta de Nick, se encogió de hombros—. Creí que te gustaría, es mi video favorito.

Nick se dio cuenta que tenía una erección, pero la ocultó.

— ¿Qué sientes cuando estás con el ciego? —preguntó Larry.
Nick pensó por un momento su repuesta.

—Siento algo cálido dentro de mí —respondió.

Larry sonrió, triunfal.

—Entonces, dilo —lo retó.

—¿Qué cosa? —preguntó Nick.
Larry señaló al bulto en su pantalón.

—Que eres gay. 

Amor A Ciegas [GAY] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora