Capítulo 6

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—El amor es una danza frágil—

—¡Corre! —gritó Joselyn mientras corría lo más rápido que sus piernas se lo permitían.

—¡Espera! —pidió Rosa, sin aliento.

—¡Vuelvan aquí!

Un hombre las perseguía colina abajo. Trastabilló y estuvo a punto de caer.

Rosa ya no podía más, no estaba acostumbrada a correr demasiado. Joselyn, al darse cuenta de la dificultad de su amiga para llevarle el paso, regresó hasta ella y la tomó de la mano para dirigirse juntas hasta un callejón, donde se escondieron. Se quedaron ahí algunos minutos hasta cerciorarse de que el hombre les había perdido el rastro.

Ambas se sentaron un momento a recobrar el aliento. 

—¿Por qué nos perseguía? —preguntó Rosa, confundida. Tenía la respiración agitada. Joselyn no respondió. La miró fijamente a los ojos y ambas se echaron a reír.

—Me quería a mí —confesó, finalmente, cuando ambas se calmaron—. Hace tiempo le tomé una fotografía un poco indecorosa —explicó sacando de su mochila un álbum de fotografías. Buscó en ellas hasta dar con la que acababa de mencionar.

Rosa volvió a estallar en risas al ver la fotografía. Si supiera que Joselyn tenía una foto de ella así, también la habría perseguido.

No dejó de notar el álbum estaba casi lleno. Se dio cuenta que su amiga era una apasionada de la fotografía.

—Mira lo tarde que es —anunció Joselyn al darse cuenta de la hora. Tenían que llegar pronto a la escuela si no querían meterse en problemas. Para acortar la distancia que las separaba de su destino, caminaron por un callejón lleno de grafitis. Joselyn parecía impresionada por los dibujos coloridos de las paredes. Por su parte, Rosa no era capaz de quedarse observándolos más que fugazmente. Temía encontrarse con algún delincuente que las atacara. Para su horror, Joselyn sacó la cámara y empezó a fotografiar todo lo que le llamaba la atención. 

—Ponte ahí —pidió a Rosa amablemente. La rubia se negó apenada, nunca le gustaba como salía en las fotografías, además no se sentía cómoda en el callejón. 

—Vamos —insistió Joselyn. La sonrisa llena de dulzura que le regaló, le dio confianza—. Necesito una linda modelo. 

Cuando Rosa trató de refutar lo que su amiga acababa de decir, Joselyn la tomó de la mano y la llevó hasta una de las paredes.

—Tu solo ponte ahí y déjame hacer mi magia. 

Rosa se quedó tiesa, temiendo que si respiraba mucho dañara la foto. Nunca se había sentido cómoda posando. No recordaba una sola foto tomada por otros en la que saliera bien. Sin embargo, después de un rato en el que Joselyn le sonreía y la felicitaba por lo bien que lo estaba haciendo, empezó a ganar confianza, soltándose.

—Saliste hermosa —afirmó Joselyn, emocionada, al ver las fotografías. 

Se las mostró a Rosa para que ella lo comprobara. Tenía que admitirlo, sí había salido muy bien. Joselyn era muy buena fotógrafa. Poco después, ambas llegaron a la escuela. Cuando entraron se toparon de frente con Enric. 

—Por fin llegas, mi amor —saludó dándole un beso en la mejilla a Joselyn. Luego añadió—: Tarde como siempre. 

—Es mi problema si llego tarde —se defendió la chica—. ¿Por ser la hija del director no puedo llegar tarde? 

—Me encanta cuando te pones ruda. 

Joselyn rodó los ojos y tomó a Rosa de la mano para salir de ahí, no le agradaba que Enric coqueteara con ella. Ambos eran grandes amigos desde niños pero, con el tiempo, él fue desarrollando una atracción hacia ella que no pudo ser correspondida. 

Amor A Ciegas [GAY] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora