Capítulo 16

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—Una noche especial (parte 1)—

—¿Estás seguro de que quieres ir? —preguntó la madre de Kenny  mientras lo ayudaba a arreglar su cabello.

—Sí, estoy seguro —respondió Kenny. Era el primer baile al que asistía, por eso entendía que su madre estuviera nerviosa. Especialmente, porque no tenía cómo contactarlo en caso de emergencia. Su celular se había dañado el día que cayó a la fuente.

La mamá de Kenny suspiró.

—Te ves muy guapo, mi niño —lo halagó. Kenny sabía que lo estaba observando en ese momento, incluso, suponía que sonreía mientras lo hacía. ¿Cómo se vería en ese momento? Se preguntó. Desearía poder tener una imagen de sí mismo que no fuera la del niño pálido que dejó de ser hace mucho tiempo.

—¿Hay alguien especial en tu vida? —preguntó la mujer apretándole el cachete—. Sabes que ya no eres un niño, por eso quería hablar contigo sobre algo…

—Yo… —empezó a decir Kenny. Pero fue interrumpido por la bocina de un auto.

—Ya están aquí —avisó su madre plantándole un beso en la frente—. Hablamos después —se despidió.

—Te ves muy bien —lo saludó Rosa, mirándolo de pies a cabeza mientras silbaba y observaba su smoking completamente negro. Kenny sostuvo su bastón con fuerza para que no se le cayera al subir a la camioneta. Estaba muy nervioso.

Enric aumentó el volumen de la radio y comenzó a conducir. Poco después, hizo una parada.

—¿Qué hacemos aquí? —preguntó Rosa—. Esto es una enorme mansión…

—Recogeremos a alguien más —explicó Enric antes de apagar el auto y tocar la bocina.

—¿A quién? —insistió Rosa. Luego suspiró—. Ya veo —dijo.

Pronto, Kenny escuchó la voz de Joselyn que los saludaba. Anthony estaba con ella. Se dieron cuenta que los cinco no cabían en el auto, por lo que decidieron sentar a Kenny en las piernas de Anthony, por ser el más delgado del grupo.

Mientras estaban camino a la escuela, conversaron acerca del baile con entusiasmo. Las únicas que se mantenían en silencio eran Joselyn y Rosa. La tensión entre ambas era tan densa que se podía cortar con un cuchillo. Al llegar a la escuela, se estacionaron y se vistieron sus máscaras antes de bajar.

—Tengo el presentimiento de que este será un baile inolvidable —afirmó Enric con voz pícara. Kenny sintió cómo daba un par de golpes a algo en su bolsillo y se preguntó qué podría ser.

—Eso espero —dijo Rosa ayudándole a Kenny a ponerse su máscara.

Al entrar al gimnasio, la música retumbó en los oídos de Kenny.

—Parece un baile de cuento de hadas —escuchó que alguien susurró cerca de él, pero no supo identificar quién.

Rosa apretó su mano, contenta de escuchar cómo apreciaban su trabajo. Como aún era temprano, cada quién se fue por su lado a conversar. Rosa y Kenny se sentaron en las gradas del gimnasio. Anthony y Joselyn desaparecieron, probablemente buscando algún aula desocupada para  besarse. Enric fue a encontrarse con Nick y Larry.

Mientras tanto, Nick estaba en su casa ayudándole a su hermano a arreglar la corbata. A pesar de no tener muchas ganas de ir al baile, después haber presenciado la declaración de Kenny a su mejor amiga, Sebastian lo había convencido de asistir. Ambos estaban un poco preocupados, ya que llevaban días sin ver a su padre. Pero decidieron restarle importancia, no querían que eso les arruinara la noche.

En cuanto ambos llegaron al baile, tomaron rumbos diferentes. Nick se encontró con Larry, quien se veía realmente apuesto con su máscara. Había sido fácil reconocerlo por su cabello rojo.
Enric se acercó a ellos, sonriendo con suficiencia.

—¿Ahora qué hiciste? —preguntó Larry. Conocía esa expresión en el rostro de su amigo. Enric sacó algo de su bolsillo, tratando de que nadie más lo viera. Era una botella de alcohol, uno muy fuerte.

—Le echaré un poco al ponche, para animar la fiesta— explicó con picardía.

Larry rodó los ojos.

—Eres muy predecible —dijo—. ¿Ahora de qué película sacaste la idea?

—De ninguna. —Se encogió de hombros—. Es tan obvio que nadie sospechará. Puede ser mi única oportunidad para tener algo con Joselyn.

Nick gruño, enojado.

—Eres un idiota —dijo, frunciendo el ceño—. ¿Lo sabías?

Enric volvió a sonreír con suficiencia guardando el alcohol de nuevo en su bolsillo.

Más tarde, la fiesta comenzó a ponerse un poco más movida. Enric tomó dos vasos con ponche y se los ofreció a Rosa y Kenny. Kenny le dio un sorbo a su bebida, sabía extraño, pero no le importó. Tenía mucha sed.

—Vamos a bailar —pidió Enric a Rosa, arrastrándola hasta la pista de baile.

Kenny se quedó solo, escuchando la música y moviendo la cabeza a su ritmo. Deseó más ponche. Menos mal no estaba muy lejos de la mesa, por lo que se dirigió hasta allá disculpándose con las personas que chocaba. Se sirvió un poco, haciendo lo posible por no regarlo.

—¿Cuánto has tomado? —lo saludó la voz de Sebastian. Kenny sonrió al escucharlo. Lo había echado de menos. Contó con los dedos.

—Como cuatro —respondió—. ¿Por qué?

Nick le quitó la bebida de la mano y la arrojó en una planta que había detrás de ellos. Kenny se quejó, pero él no le puso cuidado. Lo tomó de la mano y lo llevó hasta una mesa cercana.

—¿Cómo supiste que era yo? —preguntó Kenny, juguetón. Luego, señaló su rostro—. Tengo puesta una máscara.

—No puedes enmascarar esa cara de tonto —respondió Nick. Luego, mirando a Rosa que bailaba con Enric, añadió—. ¿Trajiste una cita al baile?

Kenny negó con la cabeza.

—¿Y tú? —preguntó.

—Quería invitar a alguien —dijo Nick con melancolía—. Pero no creo que sienta lo mismo por mí…

De pronto, comenzó a sonar una canción muy popular que hizo que varios chicos corrieran a la pista de baile. Kenny escuchó cómo su amigo se levantaba de su asiento. Le extendió la mano.

—¿Quieres bailar? —preguntó
Kenny asintió. Nick lo tomó de la mano para llevarlo a la pista. Ambos se movieron al ritmo de la música. Kenny estaba tenso por culpa de los nervios y su falta de práctica, pero poco a poco se fue soltando gracias a la ayuda de su compañero. La música cambió a una más tranquila. Nick se acercó a Kenny y puso sus brazos en las caderas del ciego. Kenny recargó su cabeza sobre el hombro del chico, sin importarle si los miraban o no.

Algunos estudiantes se preguntaban quiénes eran esos dos hombres bailando juntos. Como traían puestas sus máscaras, no era fácil identificarlos.

En cuanto la música terminó, ambos se separaron, pero mantuvieron sus brazos entrelazados. Nick lo miró a los ojos, sabiendo lo que quería. Lo había deseado desde hacía tiempo. Kenny sintió cómo acariciaban su rostro suavemente por encima de la máscara. Sebastian rozó sus labios con su dedo índice, pidiéndole permiso para besarlo.

Ambos acercaron sus bocas lentamente y se fundieron en un apasionado beso. Los suaves labios de Nick se movieron con delicadeza. Kenny se sentía extraño ante todas esas nuevas sensaciones. El tiempo se había detenido para ambos, era su primer beso.

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*Grito de fangirl*
Que lindos ❤️

Voten si esperaban su primer beso ⭐

Amor A Ciegas [GAY] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora