22.

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[Taehyung]

Jamás pensé que iba a apreciar un cigarro como lo hacía ahora, que lo iba a ansiar de esta manera, pero al parecer me equivocaba. Y no para mí, de ninguna forma, sino para Jungkook. Justamente cuando más estresado se encontraba el pelinegro, nos colocaban a un profesor cerca del lugar donde siempre nos íbamos a que se fumara un cigarro.

- ¿No tiene algo más importante que hacer? Joder, que se vaya a corregir exámenes o algo –se quejaba mi amigo con frustración. En realidad era comprensible la posición del profesor, pero dadas las ganas que tenía de nicotina, no podía pensar de manera objetiva. – ¡Necesito un maldi-

- ¡No grites bobo! –le tapé la boca corriendo, justo al mismo tiempo que el profesor se giró hacia nosotros, mirándonos con extrañeza. Le sonreí inocentemente y saludé agitando mi mano, como si no ocurriera nada extraño. No se si funcionó, pero tras saludarnos con un ligero movimiento de cabeza, volvió a apartar la vista. – ¿No puedes esperarte a la salida?

- No –le miré levantando una ceja y él suspiró, apoyándose sobre el impecable muro de la escuela. – Bueno, supongo que sí, pero no quiero.

- Siempre podemos saltar la valla del colegio, igual que hacen Hoseok y sus amigos.

- Antes lo fumo en medio de clase y le pido fuego a profesor –casi escupió las palabras por la forma en la que lo dijo. Supuse –y esperé –que fuera ironía, aunque en el fondo no dudaba que fuera a atreverse. Últimamente Jungkook parecía guardar mucho más rencor al ese grupo que de lo normal. Imaginaba que tenía que ver con aquello que había pasado en la fiesta y no quería ni mencionar, pero tal y como prometí, no iba a preguntar. – ¿Tienes un chicle? –rebusqué en mis bolsillos y negué al no encontrar más que pequeños trozos de goma de borrar. Él suspiró y dio una patada a la primera piedra que se le cruzó por el camino. – Genial.

- Podemos ir a comprar a la cafetería.

- ¿Sabes qué? –se puso la chaqueta y me agarró de la muñeca, comenzando a tirar de mí en quien sabe que dirección. – Se me ha ocurrido algo mejor.

- ¿Mejor que la cafetería?

- Vamos a saltarnos las clases.

Le miré sonriendo, aún sin asimilar lo que había dicho. De hecho, hasta que no vi el total convencimiento de su mirada, no creí que lo diría en serio. Es decir, éramos estudiantes, debíamos estar en clase, no saltárnosla. Comencé a mirar a mi alrededor, agobiado por lo que mi amigo pretendía hacer, y lo peor, arrastrarme con él.

- ¡No,no,no,no, ni hablar!

- ¿Por qué no? –preguntó sujetando la puerta de entrada al colegio. Inconscientemente entré. De hecho, aún a pesar de mi negativa, aún seguía tras su espalda a cada paso que daba. – Solo tenemos que coger las mochilas e irnos.

- ¿A dónde?

- A cualquier sitio fuera de aquí.

- ¿Y las clases?

- Nos las saltamos, ya te lo he dicho –él no me prestaba mucha atención, tan solo caminaba decidido por los desolados pasillos. Estaba todo tan silencioso que cualquier persona podría escuchar nuestra conversación desde la otra punta del colegio. – Ve a por tu mochila y nos vemos en la salida.

- ¿Hablas en serio? –se detuvo en seco y asintió como si mi pregunta fuera la más estúpida del mundo. Y no lo era, definitivamente no lo era, al igual que el miedo que me invadía. – ¿Y si nos ve alguien?

- Esa es la cuestión, salir sin que nos vean.

- ¡Pero fuera hay gente!

- Pero fuera ya dará igual quien haya.

Mírate [Vhope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora