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[Hoseok]

No había casi gente. La mayoría de alumnos se habían esfumado nada más sonó la alarma de final de día, como era de esperar, y lo profesores otro tanto de lo mismo. Los únicos idiotas que aún quedábamos en el centro éramos Jimin, la directora –probablemente encerrada en su despacho aislada de cualquier átomo externo a este- , el personal de limpieza y yo.

Ah, bueno, y el grupo de idiotas que tenía por amigos, a los cuales llevábamos esperando casi quince minutos. Se me estaba haciendo eterno, y más teniendo a Jimin al lado, contándome los progresos que estaba haciendo con Jungkook.

- Te lo juro, últimamente me ha cogido confianza.

- Ajá.

- Después de la fiesta, estamos mucho más unidos.

- Sí, claro.

- A penas me insulta cuando me ve –le miré enarcando una ceja, haciéndole ver la mentira que acababa de soltar. Ni siquiera entraba en la categoría de mentir, pues se acercaba más a una distorsión de la realidad abrumadora. – ¡Es verdad!

- Bufa cuando te ve.

- Pero no me insulta. Es un avance.

- Jimin –di una calada a mi cigarro y sonreí amargamente, rompiendo la esperanzadora mirada de mi amigo. No iba a ser condescendiente. No tenía ganas. – Das mucha pena.

Él frunció el ceño y empezó a farfullar palabras a toda prisa, quejándose sobre la poca credibilidad que tenían sus amigos sobre él, alegando que no entendíamos a Jungkook y por lo tanto malinterpretábamos su comportamiento, que el humo del tabaco nos aplastaba las neuronas y no nos dejaba pensar con claridad.

Y todo eso de carrerilla, ni siquiera se detuvo cuando apareció el mismo pelinegro del que tantas maravillas hablaba, a su espalda. Pero lo habría hecho de ver la cara que traía, tan agobiada que parecía haberse encontrado a la mismísima muerte de frente.

- ¡Jimin!

- ¿Eh? –el mencionado se giró extrañado, probablemente desconcertado al escuchar por primera vez la voz del pelinegro pronunciando su nombre sin estar seguido de un insulto. Quizás no estaba tan loco y sí que había hecho avances. – ¡Jungkookie! –sonrió abiertamente, destellando felicidad en la mirada y aún así controlándose para no establecer contacto físico con el menor. Realmente me estaba sorprendiendo muy gratamente en los últimos minutos. – Justamente acababa de hablarle de ti a Ho-

- Jaebum está en los baños con Taehyung –mi sonrisa desapareció al escuchar esos dos nombres juntos en la misma frase. El pelinegro no me miraba a mí, pero yo me sentía incluso más implicado que él mismo en la conversación tras escuchar el comienzo. – Acabo de encontrarme a Namjoon y me ha dicho que vaya a por él, que puede acabar mal.

- ¿Y qué mierda hacían esos dos en lo-

No escuché el final de la frase, pues antes de poder hacerlo eché a correr a toda prisa, dejándoles atrás, sorprendidos con mi salida. Incluso yo, mientras avanzaba a rápidas zancadas, no llegaba a comprender el agobio que comenzaba a invadir cada centímetro de mi pecho. Había sido una reacción totalmente inconsciente.

Y la mejor que podía haber tenido, pues la escena que vislumbré al entrar en los baños, me dejó hecho piedra.

Miré a mi amigo, quien parecía desconcertado, pero en ningún caso molesto o asustado por mi interrupción. Al contrario, ni siquiera parecía tener intención de detenerse. Seguía con sus manos puestas sobre el tiritante cuerpo de Taehyung, decorado a base de golpes.

Mírate [Vhope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora