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[Hoseok]

Con el paso de los días Jimin volvió al grupo. Cierto era que la relación no seguía siendo la misma, pues a pesar del esfuerzo de todos los demás, no terminaba de vérsele igual de integrado y cómodo que tiempo antes, pero mejor era eso a nada. Sobretodo para mí, quien recaía en él más que en ningún otro.

Todo esto no tenía nada que ver con Jungkook, con que las cosas hubieran mejorado, porque no lo habían hecho. De hecho, ese día de la limpieza, terminé limpiando yo solo todo el comedor ya que Jimin se encerró en los baños a llorar sin avisar siquiera. Al menos podía haber pasado a informarme, pero no lo hizo, y durante casi una hora mi única compañía fue la escoba, la fregona y el trapo que antes había estado usando Taehyung. Lo mejor de todo era que probablemente esos objetos sintiesen más amor hacia mi persona que el castaño.

¿De qué me servía que le gustase mi sonrisa si sus ganas se inclinaban más a querer romperla que besarla? Pero vamos, que tampoco me importaba. Si el castaño quería odiarme, allá él, mucho mejor para mí. Tan solo tendría que reprimir mis ganas de acostarme con él, y estaba seguro de que con el tiempo se me curarían. Había demasiada gente en el mundo como para quedarme encaprichado toda una vida del rarito.

- ¡De queso!

- Todas llevan queso, idiota.

- ¡Pues la que más queso lleve de todas! ¡A mí esa!

- ¿Podéis calmaros? Me estáis arrugando el uniforme, estúpidos.

- Bambam, aparta o pide elige de una maldita vez... ¡No, joder, las pizzas están por detrás!

- No me chilles, te escucho perfectamente. Eres tú el que no me has oído as ocho veces que he dicho que quiero una vegetal.

- ¿Vegetal? ¿Qué clase de problema tienes?

- ¡CARNE, CARNE, CARNEEEEE!

- Yugyeom, deja de meterte en conversaciones ajenas y pide lo tuyo también de una vez.

Y básicamente ese era el panorama en el mostrador de la pizzería.

Acabábamos de salir del colegio, y aprovechando que Mark le había conseguido sacar casi todo el dinero de la billetera a uno de su clase, decidimos darnos un festín en el pequeño local que había cruzando la calle. Había sido una buenísima idea, aunque seguro que el hombre que nos tenía que atender no opinaba lo mismo.

Finalmente Jaebum terminó de hacer todos los pedidos, uno por cada persona del grupo. Sí, cada uno de nosotros se comería una pizza entera, y aun así probablemente habría alguno que se quedaría con hambre. Si tuviera que apostar por alguno, sería Yugyeom o Namjoon. Esos dos devoraban más que comer.

- A-ah, no, espera –Jimin se hizo un hueco hasta llegar al mostrador y dejó un par de billetes, pagando su parte. Todos le miramos extrañado y tan solo se encogió de hombros, como si los que actuásemos raro fuésemos nosotros. – Prefiero poner mi dinero.

- Pero Jimin, ya te he dicho que nos invita Jackson –le recordó Mark, sonriendo por su hazaña.

- Da igual, prefiero poner mi parte. Me da pena ese chico.

- ¿Pena? Solo he dejado que me diera su dinero.

- Eso, ni que le hubiésemos pegado una paliza –intervino Yugyeom por el fondo riéndose. De igual forma Jimin negó y acercó el par de billetes al hombre que iba a cobrarnos, quien escuchaba disimuladamente la conversación.

- Te estás aprovechando de él, de que está coladito por ti.

- ¡Y por mí! –añadió Bambam, cogiendo el sitio junto a la ventana nada más llegamos a la mesa. Las pizzas no tardarían en estar listas, y las comeríamos en el local. Yo cogí un lugar al lado de Jimin, más pendiente de las reclamaciones de mi estómago que de las palabras de mi amigo, pues no me sorprendían en absoluto. Yo había presenciado mucho más de cerca el cambio que estaba dando estos últimos días.

Mírate [Vhope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora