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[Hoseok]

Lo mejor del día de convivencia deportiva, era pasarla fuera del colegio. Se realizaba una por año y consistía en que cada curso competían entre clases a diferentes -pero igual de aburridos- deportes hasta que quedaba una como vencedora. El premio consistía en una pequeña y cutre copa de metal que se quedaba durante todo el año en la vitrina de la clase ganadora.

¿Ahora se entiende mejor por qué mi parte preferida era faltar a clases ese día?

En mis primeros años en el colegio, al ser más pequeños y estar más apegados a las normas, todo el grupo asistíamos a los juegos. Luego más adelante decidimos que valía la pena arriesgarse a las consecuencias de no ir, y ya fuera por suerte o milagros, esas consecuencias nunca llegaron.

Al menos hasta este año.

Todos los tutores de cada clase se encargaron de informar de que la participación mínima era de un deporte por persona, y sobretodo, que era de asistencia obligatoria o el correspondiente alumno quedaría suspendido de clases durante una semana entera además de ficharle en su expediente. Era obvio que lo dijeron por nosotros aunque no pronunciaran directamente nuestros nombres.

Y así, tras cuatro años faltando, ahora me encontraba en la explanada de la escuela, sentado en lo banquillos y maldiciendo mentalmente la existencia de cada docente del colegio. Por ello, cuando Namjoon se tumbó a mi lado, lo agradecí enormemente, pues de esa forma podría quejarme en voz alta.

- No me han dejado –declaró con desánimo. Yo ya sabía a qué se refería, y no me sorprendió en absoluto la información.

- Era obvio. Solo puedes competir con clases de tu mismo curso.

- ¿Qué mierda les importará? –el rubio se había empeñado en hacer la lucha libre con Jin, aquel castaño del que se había encaprichado con creces. Era gracioso, hasta que comenzaba a volverse obsesivo. – Ni que me fuera a hacer daño.

- De hecho, le he visto pelear, y podría ser una posibilidad.

- Que va, es demasiado precioso como para hacer daño a alguien –omití más comentarios y decidí dejar el tema de lado. Yo había visto minutos antes una de las peleas de la diva de la escuela, y fuerza no le faltaba. Por mucho que Namjoon quisiese negarlo, a nadie le convenía pelearse con Jin. – ¿Y tú?

- ¿Y yo qué?

- En que participas.

- Ah –me acomodé, sentándome correctamente en el pequeño banco de piedra, y me tapé el sol que venía de frente. – Atletismo. En relevos.

- ¿En esa no estaba también el rarito? –asentí con cierto desinterés, aunque en el fondo ese fuera el nombre que no dejara de rondarme desde que había comenzado el día de convivencia. – Por cierto, no le he visto en todo el día.

- Está en las fuentes con el emo. Llevan toda la jodida mañana juntos.

- Tampoco se diferencia mucho a un día normal –rió y yo fruncí más el ceño de forma inconsciente. No me hacía ni maldita gracia que se juntara tanto con un chico de años menores. Cierto que nosotros teníamos a Yugyeom, pero él era una excepción. Lo del chico depresivo era caer muy bajo. – Igual deberíamos intentar caerle bien.

- ¿A Taehyung? –pregunté sorprendido.

- No. Al otro. Al hermano de Jin. – eso ya me encajaba más. De seguro que solo lo decía para conseguir una forma de acercarse a la diva del colegio.

- ¿Te harías amigo del emo solo para follar? ¿En serio, Namjoon?

- No, claro que no –le miré enarcando una ceja, esperando en silencio un par de segundos, los justos para que añadiera sonriendo. – Para follarme a Jin, que es diferente.

Mírate [Vhope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora