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[Taehyung]

Si antes me sentía sobreprotegido, ahora había alcanzado un nuevo nivel con Jungkook, uno que no llegaba a desagradarme del todo. Me acompañaba a todos lados, incluso al baño. Nunca se separaba de mí, y por extraño que pudiera parecer, no me agobiaba en absoluto. Me gustaba estar con él, así que a excepción de cuando bufaba a alguien que se me acercaba mínimamente, estaba contento con el cambio.

- Yo creo que es demasiado bajito para ser malo –declaré como argumento definitivo. Estábamos hablando de Jimin, porque al parecer era el único que se había pasado el ultimátum de Jungkook por donde le placía y seguía intentando hablar con el pelinegro a pesar de los violentos rechazos que solía recibir. Me llegaba a dar pena hasta a mí. – No tiene mofletes de mala persona tampoco.

- Taehyung, solo tú eres demasiado algo para ser malo. Acéptalo. Todos los demás podríamos recaer en algún momento –declaró dando un trago a su batido. Por algún motivo, desde el incidente los traía para cada descanso, y siempre me daba uno a mí. Yo los acepté con la condición de tomarlos siempre que no hubiera personas cerca, y él aceptó a regañadientes.

- ¿Demasiado qué? -sostuve mi rostros y mostré una bonita sonrisa, acompañándola con un aleteo de pestañas. Solía hacer infinitas peleas de estas con mi hermana, para saber quién era más lindo de los dos. Obviamente solía ganar yo. – ¿Puro como un ángel caído del cielo de los algodones de azúcar?

- No, demasiado tonto. Y siento decirte que ese cielo no existe.

- Y tú que sabrás. Nunca has estado en él.

- Ni voy a estarlo, porque no existe.

Inflé los mofletes con indignación y tomé aire para comenzar a soltarle de carrerilla los motivos existentes que defendían irrefutablemente diferentes cielos para cada tipo de comida. Era una teoría creada por mí, y dijera lo que dijera Jungkook, también totalmente cierta.

De ese tema recaímos en un debate sobre perros y gatos. Luego hablamos de la adopción de animales sobre la compra de ellos. Seguidamente pusimos en común nuestra depresión en lo referente a la semana de exámenes que se acercaba cada vez más rápido, y finalmente la conversación volvió a recaer en el ser humano demasiado bajito como para guardar maldad en su interior.

- ¿Eres consciente que lo que me digas no va a cambiar en absoluto lo que pienso?

- Pero tu opinión es muy triste.

- No por nada me llaman emo –sonrió y yo le pegué un pequeño golpe en el hombro, harto de esa broma tras haberme enterado de lo que realmente significaba. Él no era así. Quizás lo aparentaba, pero después de conocerle la imagen cambiaba totalmente. Era muy triste que lo calificasen de algo sin conocerlo siquiera. – Además, no es triste, es realista. Si alguien es un asco de persona lo es y punto.

- ¿No puede ser un asco de persona y un amor de persona al mismo tiempo?

- No. Cuando es lo primero, se anula lo segundo. Puras matemáticas.

- Odio las matemáticas –declaré formando un pico con mis labios, molesto por la forma de pensar de mi amigo. – ¡No, no me hables, soy un asco de persona!

- No eres un asco de persona porque no te gusten las matemáticas, idiota.

- ¿Ah, no? –negó sonriente, con esa mirada divertida, expectante a ver qué era lo siguiente que yo tenía pensado decir. Normalmente solía avergonzarme, pero ese día estaba tan seguro de mi punto de vista, que no me intimidaría ni un poquito. – Tampoco me gustan las judías. O los champiñones. O acompañar a mi madre en vacaciones a ver los pájaros con prismáticos porque me quedan pequeños y hacen daño en la cabeza. –Jungkook enarcó una ceja, mirándome sorprendido y desconcertado a partes iguales, pero siempre con aquella entretenida sonrisa curvándole el rostro y dándole una apariencia más madura. – Ni me porto bien todos los días del año a pesar de que escriba que sí en la carta de Papá Noel, ¡Ah, y siempre le escondo el cepillo de pelo a mi hermana para que tarde en encontrarlo y yo tenga más tiempo en el baño para mí solo! –el pelinegro soltó una carcajada, cubriéndose inmediatamente la boca por la mirada que le otorgué. – ¡Que lo digo en serio, no te rías!

- Oh dios mío, eres una horrible persona Kim Taehyung.

- ¡Para de bromear! –fui a pegarle pero se apartó a tiempo, colocándose a mi espalda y haciéndome cosquillas de improviso. Reí, chillé y me aparté de un salto, alejándome de esa maldita tortura. – ¡Jungkook, para, estate quieto!

- ¿Se puede saber por qué me acabas de hablar como si fuera un perro? –preguntó entre risas, ya sin preocuparse en reprimirlas, lo que me molestaba cada vez más. Realmente quería tomarme el tema con seriedad. – No te enfades, bobo.

- No me enfado, simplemente me entran ganas de pegarte un puñetazo porque te estás riendo en mi cara mientras te explico algo. –volvió a reírse y yo apreté los puños con fuerza, frustrado de que no me escuchara. – ¡Que no entiendes que no todo es como tú dices, tan blanco o negro!

- Pero Taehyung, los tonos grises no existen –sonrió resacoso de la fiesta de risas que acababa de otorgarse él solito. Por suerte ya podía hablar como una persona normal. – O malo, o bueno. Si te esfuerzas por hacer el bien, eres bueno, y si no, pues lo contrario. No hay más.

- Pues yo soy completamente gris, ya te lo he dicho. Todos los somos, y si me escuchases lo entenderías. Pero no escuchas.

- Sí escucho, pero no estoy de acuerdo.

- ¿Entonces tú que eres? ¿Blanco?

- ¡Claro que no! –volvió a reír, pero esta vez de forma amarga, y por suerte apenas duró unos segundo –Hay muy pocas personas que lo son, y yo no estoy entre ellas.

- Tú no eres negro.

- Lo soy.

- ¡Jungkook, te prometo que eres gris, hazme caso aunque no sepa explicarme bien! –exclamé exasperado. Él sonrió y negó.

- Esta conversación está empezando a carecer de sentido, así que mejor cambiemos de tema.

- ¿Pero aceptas que tengo razón?

- De ninguna forma –se encogió de hombros en una especie de disculpa tras escuchar el bufido de frustración que solté. – Solo puedo confirmar dos cosas. Una, es que Jimin no me va a caer bien. Jimin y todos sus amigos están en la cerca negra, con casi el noventa por ciento de la población.

- ¿Y la otra? –pregunté esperanzado de que al menos coincidiera conmigo en algún punto. Algo, cualquier cosa me servía.

- La otra es que tú eres la persona más blanca que he conocido en mi vida.

Suspiré y al menos terminé coincidiendo con él en algo, en que sería mejor dejar el tema si no quería terminar hecho un manojo de nervios.

Y a pesar de lo convencido que estaba sobre mi teoría de tonos grises, cuando volví a clase y saludé a Hoseok, esta se tambaleó ligeramente. Cuando me miró fijamente y apartó la vista sin responderme, volvió a balancearse. Y cuando al final del día se acercó en clase y me soltó unas palabras.

"No me mires o saludes, y mucho menos me hables. No somos amigos, no te confundas y sobre todo, no hagas nada que pueda confundirme a mí también. Maldito niño raro."

Ahí, justo en ese momento, mientras salía por la puerta dándome a espalda y sin girarse en algún segundo, comencé a plantearme que quizás Jungkook tenía algo de razón. Quizás sí que existían personas de solo un color, sin tonos grises.

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Esté capítulo sonó mazo racista. No lo malinterpretéis por favor. VIVA EL NEGRO. NO ES MALO. CALIFICAR ESA PALABRA DE MALO SI QUE ES MALO. Por capítulos como este luego quieren bañar en lejía a nuestros coreanos ;_; 

#UpBlack 

Ya me calmo. Pero en serio, no significa nada. Simplemente que desde siempre se ha atribuido el color negro al mal comportamiento y el blanco al bueno, a la pureza e inocencia. No es mi culpa. Si yo eligiera los colores serían rosa y rosa, pero la vida no es así. 

Mírate [Vhope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora