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[Taehyung]

Después del delicioso desayuno preparado por Jin hyung, ese mismo nos mandó al piso de arriba para ordenar las habitaciones y dejarlas impecables antes de que sus padres llegaran. Yo hice la de Jungkook pensando que él mismo estaría ayudando a Jimin con la de invitados, pero cuán fue mi sorpresa al terminar y bajar al salón, encontrándomelo viendo la tele con un cuenco lleno de galletas de chocolate sobre el regazo.

- ¡JUNGKOOK!

- ¡¿QUÉ?! -exclamó asustado, pegando un rebote en su asiento y haciendo que varias galletas terminaran desparramadas por el sofá. No tardó ni medio segundo en agarrarlas y metérselas todas en la boca mientras me miraba en silencio.

- ¡Jungkook! -volví a repetir con indignación.

- ¡Tafyung! -respondió él con desconcierto y la boca a rebosar de galletas de chocolate. Rodé los ojos y le lancé un cojín del sillón que tenía a mi lado. - ¡Auch! ¡Déjame, aún tengo hambre!

- ¡No lo digo por las galletas, idiota! ¡Me dijiste que estabas haciendo la habitación con Jimin! -me quejé al tiempo que apropié un sitio junto a él en el sofá. Inmediatamente también adentré la mano en el gran bol de galletas y liberé unas cuantas, tantas que terminé teniéndolas que dejar sobre mi regazo para que no se me cayeran. - Yo ya terminé tu habitación, maldito desgraciado.

- Buen trabajo -me respondió con indiferencia, sin despegar la vista de la tele. Fruncí el ceño por su déspota reacción y le volví a golpear, solo que esta vez con mi puño y en su hombro. Él tan solo se pasó ligeramente la mano por encima, como si estuviera quitando polvo de aquella zona, y siguió mirando la tele, lo que me enfadó aún más. Lo mejor de todo es que el pelinegro ya veía mis intenciones de lanzarme encima de él, y no podía evitar una pequeña sonrisa a la espera de ello.

- Ahora verás, maldi-

- ¡YA TERMINÉ JUNGKOOKIE! -una dulce voz me interrumpió, seguida de unos pasos bajando por la escalera y segundos después la mismísima presencia de Jimin en el salón, buscando a Jungkook, quien estaba tirado en el sofá conmigo encima, listos para una de nuestras batallas. - ¿Necesitas que haga alg-

- Hola Jimin -saludé cuando nos vio, intentando romper el silencio que se creó una vez nos encontró en el sofá.

- ¿Qu-qué hacéis? -consiguió responder, apretando los puños que apenas le salían de las mangas, y mirándome como si quisiera matarme ahí mismo. Definitivamente, los celos eran muy peligrosos.

- Nada -añadió tranquilamente Jungkook al tiempo que se deshacía de mí tirándome al suelo con un pequeño empujón. Solté un quejido, y desde la alfombra me coloqué de rodillas para mirarle con indignación y hacerle sentir culpable. Pero no funcionó, porque el muy desgraciado me ignoró, así que tuve que cambiar mi venganza a una que consistía en quitarle el cuenco de galletas. - Taehyung, devuélveme eso ahora mismo -ordenó cuando me vio ponerme en pie con las pastas. Yo negué y me metí cuatro de golpe en la boca. Él se giró de nuevo a Jimin y bufó. - No hay nada más que hacer, tan solo espérame un momento aquí.

Y después de eso se puso en pie y yo supe que debía correr por mi vida si la apreciaba tan solo un poquito.

Corrí al tiempo que hacía desaparecer las galletas del cuenco de plástico con ayuda de mi boca y estómago, y mientras escuchaba a Jungkook de fondo gritando mi nombre y amenazándome con patearme el culo hasta la muerte si no me detenía. Obviamente no me detuve, e hice bien, porque unos minutos después, mientras yo me escondía en su cuarto, escuché como llamaron al timbre.

- ¡¿ESPERAS A ALGUIEN, JIN?! -preguntó el pelinegro, asustándome al escucharle tan cerca del armario donde me encontraba escondido. El mayor de la casa negó con el mismo tono de voz, sin salir de su habitación, y Jungkook suspiró. - ¡Jimin, abre la puerta!

Mírate [Vhope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora