Querida Flor

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Querida hija:

Hola, cariño. Espero que estés bien y que todo te vaya genial.

No te extrañes de esto, te lo escribo desde mi más profundo pensamiento y emoción.

¿Cómo estoy? Seguramente con el pelo de algún color extraño o arrugas en el rostro, pero es normal, los años no los puede parar nadie.

Ahora mismo, mientras te escribo esto, tengo 16 años, soy una adolescente en potencia, como espero que lo seas tú cuando leas esto.

Cariño, lo siento. Siento mucho las veces que he podido gritarte o alzarte la voz en lugar de escucharte.
Siento no haber podido darte todos los caprichos que me has pedido.

Perdóname. De verdad que lo siento.

Siento haberte traido a este extraño lugar llamado mundo, donde la gente se fija más en el físico que en el interior, donde te tratan de yonki perroflauta por llevar dilataciones en las orejas y tatuajes en la piel, donde las chicas como tú casi ni se visten para que los demás las miren, donde los carnavales son una excusa muy clara para emborracharse y besar a todo el mundo.

Este lugar antes era mejor, ¿sabes? Antes los jovenes solían ir al parque con los colegas y llenar el suelo de pipas mientras hablaban sobre la chica de clase que le gustaba, y la única droga disponible eran botellas de coca-cola y regalices. Ahora no, cariño. Ahora los chicos de tu edad se reúnen para chatear por sus móviles, sin mirarse a la cara, fumando cigarrillos y bebiendo botellines de cerveza.

Lo siento, flor, pero te partirán el corazón más de una vez. Te enamorarás, te ilusionarás, llorarás por amor y harás locuras a mis espaldas por hacer lo que crees correcto, aunque no lo sea.

Y te entenderé. ¿Sabes por qué? Porque yo también lloré por amor. Yo también sentí lo que es que te partan el corazón, y ver alejarse al que creías "el amor de tu vida".

Estaré aquí para ti, en todo momento. Cuando rías, cuando llores, cuando necesites una amiga, cuando necesites un abrazo, un beso, un hombro en el cual llorar.

Perdona mi mal humor por las mañanas, jamás se me ha dado bien eso de despertarme contenta. Disculpa mi falta de paciencia, creo que jamás pude gozar de ella.

Y sobre tu padre... Bueno, no sé qué decirte de él porque a estas alturas no sé quién será, pero sí quiero que le mires a los ojos y le quieras con toda tu alma, porque es un hombre fuerte, valiente y responsable.

¿Que cómo lo sé? Porque tú te pareces a él.

Pensamientos en una BotellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora