Son las cuatro de la mañana y no puedo dormir. Estoy tirada en la cama con la radio de fondo, aunque ya hace mucho que dejé de oír lo que sonaba.
Me he puesto a buscar en las redes sociales el significado actual de "belleza", y sinceramente, me he reído.
Sí. Esto es una crítica a los estereotipos, pero también hacia los chicos que tildan de "perfecta" a una mujer por su cuerpo.
Vamos a ver, chicas, dejad de sentiros mal al miraros al espejo. Dejad de intentar llegar al peso ideal que pone una revista, o incluso dejad de tener gustos nuevos porque es tendencia.
¿Yo? Qué bien que me lo preguntes.
Yo me llamo Alba Isabel, pero siempre he odiado el primer nombre, aunque ni siquiera sé por qué.
Tengo 16 años y mido 1'56m, y aunque me oigáis quejarme de mi estatura, creo que se me da bien ser bajita.
Mi pelo resulta un desastre, por lo que ignoro la fase del peinado por las mañanas y opto por recogérmelo en una cola.
Mis ojos no son simétricos, pues uno tiene la tendencia de cerrarse un poco más que el otro, y se forman bolsas en ellos cuando sonrío.
Resultaba extraña la aparición de puntos negros en la nariz, hasta que aprendí a convivir con ellos.
Mis labios tampoco son correctos, pues cuando sonrío, el labio inferior hace una curva algo extraña que jamás me he explicado, y se forma un oyuelo en mi mejilla izquierda.
También tengo un oyuelo en la barbilla, lo que hace fácil la burla de parecer dos glúteos, aunque hasta yo me lo digo a mí misma.
Tengo pelo en la cara. Sí. Pelo. Pero no poco. Y con esto espero llegar a esas chicas con el mismo "problema" que yo al respecto. Hasta hace un año, solía tener patillas, barba y bigote en abundacia. Me he sometido a bastantes pruebas médicas y he terminado por optar por la depilación láser facial una vez al mes, aunque cuando pasan unas semanas ya empiece a ver pelos de nuevo.
Tengo una descalsificación en los huesos de los codos, lo que hace que al estirarlos, el brazo parezca roto, lo cual he aprendido a buscarle la gracia.
Los dedos de mis manos no están rectos, están bastante torcidos hacia los lados, y el pulso me tiembla demasiado en momentos puntuales, pero eso no me ha impedido estudiar artes plásticas.
Hasta hace poco odiaba la extraña separación que tenían mis pechos entre ellos, pero he aprendido a buscarle el lado bonito a ello.
La aureola de mis senos, también conocido como "mancha" es considerablemente grande, pero jamás me ha supuesto un problema.
Tengo panza. De esta que no se nota cuando caminas pero sí cuando te sientas, y el tema del vello aparece de nuevo en el ombligo y zona baja de la espalda.
Tengo estrías. Y no pocas. Son gruesas y de color oscuro en ambas caderas, muslos, pechos y ha aparecido una nueva rosada junto al ombligo. La he llamado Richard.
Unas caderas son bonitas. Claro que lo son. Son bonitas a la vista y atractivas al tacto, pero dejan de tener su gracia a la hora de comprar pantalones. Que si te entran de muslos pero no de cadera, que si te cierra en la cadera pero te sobra de muslo... Y al final optas por el mismo vaquero elástico que te pones siempre.
Mis muslos son gruesos, tanto, que se rozan cuando camino hasta tal punto de odiar a los vaqueros cortos o vestidos por la creación de yagas.
Mis rodillas son extrañas, puesto que al juntar mis pies, ellas se chocan, pero crean un hueco entre las canillas por el cual cabe una mano.
Tengo las piernas llenas de cicatrices de aventuras vividas con la bici las tardes de verano, o de aquellos años jugando a fútbol en el equipo local.
Y mis pies... ¿Qué decir de mis pies? Creo que son la parte del cuerpo que más he odiado nunca. Suelo ponerme tenis y zapatillas cerradas para no mostrarlos, y en la playa me gusta enterrarlos en la arena para no verlos. No debería de sentirme avergonzada de tener los dedos pequeños, a diferencia del dedo gordo, que resulta ser bastante gordo por herencia de mi madre.
Chicas, dejad de buscar la perfección en vosotras, pues no lo sois, ni lo seréis nunca, y eso es lo que os hace bellas.
Chicos, dejad de llamarnos "perfectas" cuando sabemos que no lo somos, pero es que tampoco queremos serlo. Entended eso.
Pero sobre todo, por favor, tú, que lees esto. Ámate. Eres increíble.
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Pensamientos en una Botella
Historia CortaPequeñas historias en cada capítulo donde quizás os podráis sentir identificados con algo que se relate en ellas. Aviso que esta historia está hecha desde un punto de vista personal, y no se nombrará a nadie con el nombre real, sino con apodos para...