-¿Tu qué opinas Victoria?- escuche decir a lo lejos a Sam.
No estaba concentrada en la plática que estaban teniendo Sam y Helena, ya que no le tomaba mucha importancia. Estaba demasiado sumida en mi libro que no prestaba atención a nada.
En eso, sentí como mi libro era arrebatado de mis manos.
-¡Oye!-grite, en señal de protesta.
-¿Podrías prestarme atención?- pregunto molesta- eres mucho mas aburrida que Helena-dijo guardando mi libro en la mochila.
-Sam-dijo la morena en forma de advertencia, a lo que la castaña solo rio por lo bajo.
Gruñí enfadada mientras me cruzaba de brazos. No hay nada que peor que quitarme mi libro, eso se convertía en el fin del mundo para mí.
-Bien…-comenzó la castaña-retomando la conversación de antes, ¿Qué opinas, Vic?-me pregunto de nuevo.
La mire desconcertada. La verdad era que no estaba poniendo ni la más mínima atención en su conversación anterior, a lo que solo asentí poco convencida de mi respuesta.
-No estabas prestando atención, ¿cierto?-dijo Helena con una sonrisa divertida.
Asentí un poco avergonzada.
-Bueno, te decía, ¿Qué opinas del chico nuevo?- pregunto ahora Sam.
-¿Chico nuevo?-conteste desconcertada.
-¡Sí!-dijo entusiasmada la castaña- el chico nuevo de cabellera negra y ojos miel-.
Me dispuse a buscarlo por el salón. Gire mi mirada por todo el salón en busca del responsable a esa descripción; hasta que lo encontré. Fruncí el ceño al enterarme quien era.
-Que es un chico con el ego subido hasta las nubes-opine mientras me levantaba del asiento de mi pupitre-además de ser un arrogante y creído de primera-.
Ambas chicas me miraron con sorpresa. Comencé a caminar en dirección al bolso de Sam y saque mi libro haciendo una disimulada mueca de burla.
-¿Y por qué dices eso?- pregunto Helena curiosa.
-Simplemente lo sé- conteste con simpleza.
Obviamente no iba a decirles que lo conocía, bueno solo un poco; que iba conmigo a ballet y no hay que mencionar el incidente ocurrido después de las practicas sabatinas. Corría el desafortunado riesgo de que ambas chicas comenzaran a bombardearme con preguntas y comenzar a hacer suposiciones como: oh, le gustas por eso te molesta. Y cosas por el estilo.
Suspire con tan solo imaginarme el agotador interrogatorio.
Camine a paso lento hacia la salida del salón. Mi estómago estaba comenzando a rugir.
-Oye Vic, ¿A dónde vas?- pregunto Sam a mi espalda.
-Tengo hambre-dije sin más y salí de ahí.
Avance unos cuantos pasos por el pasillo, cuando escuche los fuertes gritos de Sam.
-¡VOY CONTIGO!- salió corriendo del salón y me abrazo por la espalda fuertemente.
Suspire resignada. Esta chica no se rendía, ni ella ni Helena tampoco.
-Sam, no me dejes atrás- dijo la pelinegra saliendo del salón y poniéndose a nuestro lado mientras miraba a Sam extrañamente- Sam, suéltala, la incomodas- dijo como si fuera su madre.
-Pero, pero…- protestaba la castaña.
-Nada de peros-.
Enfadada, la morena me soltó e hizo un puchero a lo que la pelinegra rio por lo bajo. Me encogí de hombros sin importancia.
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Be my valentine.
RomanceElla es una solitaria chica, aficionada al ballet, sin amigos y sin nadie en quien confiar. Su vida da un giro cuando aparece el genio pianista y bailarin, Ian Anderson, que la hara experimientar cosas que nunca antes.