Capitulo 11: ¿Visitas?

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-¿M-Mama?-pregunte aturdida.

-Hola Victoria-dijo de nuevo con una sonrisa en el rostro.

-Pero…-continúe diciendo aun sin creer quien estaba frente a mí-¿Qué estás haciendo aquí?-.

-¿No te parece obvio?-respondió levantándose de su asiento-La gira por Paris termino cariño-me estrecho entre sus brazos mientras acariciaba mi cabello.

-Me sorprende que Damen te haya dejado venir a Sídney otra vez-dije soltando una pequeña risita, mientras respondía a su abrazo. Mi madre también comenzó a reírse pero a carcajadas.

-Si, a mi también me sorprende y no te imaginas cuanto-me contesto separándose de mi y acomodando uno de mis cabellos detrás de mi oreja.

-Y, ¿Cómo te fue en la gira?-pregunte, mientras la llevaba al sillón a sentarse.

-Pues, lo normal cariño-comento sentándose en el acolchonado sofá.-¿ Y a ti, pequeña?- me pregunto.

Di un respingo e intente evadir el tema.

-¿Quieres algo de comer, madre?- pregunte dirigiéndome directamente a la cocina.-E aprendido a cocinar platillos distintos en tu ausencia-termine con felicidad.

-Tranquila-dijo con calma a lo que yo me gire con curiosidad.-Si no me quieres decir está bien, no te voy a presionar.-sonrió un poco ante mi mirada.

Fruncí el ceño e infle mis mejillas. ¿Cómo es que se da cuenta de todo? Tenía que ser mi madre.

Comencé a preparar una pasta, ya que era el platillo favorito de mi madre. Puse los fideos en agua caliente, saque la salsa del refrigerador y un poco de especias de la alacena para condimentar.

Una vez listos los fideos, comencé a calentar la salsa que, en poco tiempo, estuvo lista. Serví rápidamente los fideos en los platos,  los bañe en salsa y puse un poco de especias encima. Tome los platos en ambas manos, empuje la puerta de la cocina con mi trasero y coloque los platillos en la mesa.

-Te tardaste.-reclamo mi madre como niña pequeña.

-Si me hubieras avisado antes, no me habría tardado tanto.-dije yo divertida sirviéndonos a ambas un vaso con jugo. Mama rio por lo bajo para después acercarse a la mesa y sentarse.

-Tiene buena pinta.-dijo observando cuidadosamente su plato. Levante una ceja, mirándola acusadoramente.-Esta bien, no diré nada antes de probarlo-.

-Eso espero.- dije enredando en el tenedor algunos fideos y luego metiéndolos en mi boca.

Mi madre con cuidado introdujo el tenedor en la pasta, movió algunos fideos haciendo que se enredaran en él, lo levanto con cuidado, lo olfateo como si fuera un perrito, al último los metio en su boca y mastico.

-¿Y bien?-pregunte ansiosa por su respuesta.

-No está mal.-hablo aun con la boca llena.-Pero me sale mejor a mi.-continuo con diversión.

-Oh, madre-dije riendo un poco.

Así continuamos el resto de la cena con bromas, risas y muchas anécdotas que le ocurrieron a mi madre haya en Paris. Hasta que el sueño comenzaba a llamarnos.

Mi madre se levantó de la mesa, mientras yo recogía los platos y los llevaba directo a la cocina, dirigiéndose directamente al sofá y lanzándose perezosamente en este.

-¿No iras a tu cuarto a dormir?-le pregunte con la puerta de la cocina entreabierta.

-No pequeña, estoy bastante cansada como caminar a mi habitación.-dijo soltando un gran bostezo.

Be my valentine.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora