Victoria
-Ian…-comencé a hablar, aun atrapada entre sus brazos.
-Solo un momento…-hablo otra vez en mi oído.-déjame quedarme así solo un momento…-decía mientras me apretaba contra sí, si es que se podía apretar más.
Mi cabeza reposaba sobre su pecho con delicadeza. Podía escuchar su corazón. Estaba latiendo bastante rápido, muy rápido, como si fuera a salirse de su pecho. Sus manos, de vez en cuando, pasaban por mi cabellera, haciéndome sentir tranquila y protegida.
-Ian…por favor…-suplique, pero no hacía caso.
-No digas nada,-comenzó a hablar de nuevo.- sé que te encanta estar así conmigo.-contesto con una voz llena de sensualidad. Me estremecí un poco.
-Ian, basta.-dije lo más firme posible para ocultar mi nerviosismo.
Estire un poco mis brazos tratando de empujarlo, pero los suyos rodeaban mi cintura con fuerza. Sus ojos estaban puestos en mí. Me miraba con tanta insistencia que hasta me asustaba. Tiempo después, sus manos se posaron en mis pómulos, su expresión cambio: ahora era relajada, sus ojos demostraban ternura y, muy vagamente, el brillo de un chico enamorado. Abrí mis ojos sorprendida ante sus acciones, cada día me impactaba más. Relaje mis manos en su pecho y me dedique a admirar esos hermosísimos y profundos ojos color avellana.
-Prométeme que lo pensaras.-soltó de repente, depositando un suave beso en mi frente.
No respondí. El suave toque de sus labios me había hecho quedarme en shock de forma rotunda. Esto está mal, muy mal, no podía ser esto, no puede estar pasando. Moví mi cabeza con mucha fuerza, tratando de sacar aquellos pensamientos de la mente, esto solo podía significar una cosa…
-¿Qué…cosa?-pregunte confundida a la vez que Ian volvía a depositar otro beso en me frente.
El chico me inclino el rostro hacia arriba haciéndome fundirme en su mirada. Su dulce, suave y aterciopelada mirada. Ladeo su cabeza un poco y después dijo:
-Prométeme que me darás una respuesta.-dijo con dulzura.
Sorprendida, lo mire. Sabía exactamente a lo que se refería: quería una respuesta a su confesión, pero aún no estaba preparada para dársela, ni siquiera estaba segura de lo que sentía. Todo esto es demasiado confuso. Jamás había experimentado tales sentimientos…
-Ian…yo…-.
-Promételo.-me interrumpió, mientras depositaba un beso en la punta de mi nariz.
No sabía que decir…
-Ian, no puedo…-.
-Promételo.-soltó con decisión, con insistencia.
Sus manos apretaron un poco más mi rostro, froto suavemente una de mis mejillas y levanto todo lo que pudo mi cabeza, haciéndome quedar de puntillas. Su mirada no se apartaba de la mía y pude sentir como mis mejillas comenzaban a arder; inmediatamente intente girar mis ojos en otra dirección, pero el chico pego su frente con la mía sin darme oportunidad de apartar mis ojos de los suyos. Nuestras respiraciones se entre mezclaban y su aliento me producida cosquillas en los labios. Pude notar un leve color rojo en su rostro, señal de que estaba sonrojado, un gesto que lo hacía más atractivo de lo que ya era.
-Promételo.-sus ojos comenzaban a cerrarse con tranquilidad. Cerré los míos con fuerza al sentir como acercaba sus labios a los míos. Pude sentir el leve roce de ellos hasta que…
-¡Victoria!-escuche gritar a Jeremy en el pasillo.
El chico se detuvo en seco. Abrí mis ojos rápidamente, mientras sentía como el quitaba sus manos de mi rostro y se alejaba de mí. Hizo un extraño sonido con su lengua, como una queja, y dirigió su mirada directamente al pasillo con sus manos en sus bolsillos.
![](https://img.wattpad.com/cover/8768988-288-k545025.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Be my valentine.
RomanceElla es una solitaria chica, aficionada al ballet, sin amigos y sin nadie en quien confiar. Su vida da un giro cuando aparece el genio pianista y bailarin, Ian Anderson, que la hara experimientar cosas que nunca antes.