Capitulo 25: ¿Otra vez tu?

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Ian

-Victoria, necesitas levantar un poco más tu pierna.- hablo la Señorita Jones, parando la música con el control del reproductor de música.

Ya era la tercera vez que detenía la música en esta clase. Victoria, desde los inicios de las clases privadas que tomábamos con la Señorita Jones para el festival navideño, ella no ponía absolutamente nada de su parte. Se le veía distraída, apagada y más nerviosa que nunca, aunque eso tiene justificación. Pero, lo más frustraste de todo esto, era que se negaba completamente a cooperar con la coreografía.

-Si…lo siento, Señorita Jones.-decía la chica, quitándose el sudor de la frente.

-Es la tercera vez que paro la música en lo que lleva de la clase, me puedes decir ¿qué es lo que te sucede, Victoria?-pregunto con notorio enojo en la voz.

-No sé, Señorita Jones pero, por favor, perdóneme, no volverá a ocurrir.- se disculpaba, mientras caminaba de un lado para el otro.

-Espero que no vuelva a ocurrir. Gracias a tu falta de concentración, no hemos avanzado lo que yo esperaba.-dijo la anciana mujer mirándonos fijamente, provocando que Victoria se para en seco.- Posiciones.-acabo mientras se giraba en dirección al reproductor de música.

La pelinegra se fue a una esquina del salón y yo me dirigí a la otra, como habíamos quedado hasta ahora. Ella estaba con la cabeza gacha, avergonzada por el hecho de que la profesora llamara su atención, yo lo sabía ya que no había parado de observarla en todo lo que llevaba de la clase. En sus mejillas se presentó un color rojizo, eso tenía que ver con que me había atrapado observándola. Solté una pequeña risita y una sonrisa de medio lado se plantó en mi rostro.

-Comiencen.-soltó fríamente la Señorita Jones, mientras que, con el control en mano, daba inicio a la música.

La pequeña entraba, con una mirada curiosa y delicados pasos, cuando la música comenzaba de forma tranquila y dulce como una canción de cuna. Poco después, la canción aumento de intensidad, pero seguía teniendo ese suave toque; la chica dio cuatro giros para avanzar por la pista hasta quedar en el centro. Tomo impulso con sus piernas y, como si fuera un resorte, dio un salto dando unos cuantos giros en el aire, haciéndola quedar en una pose bastante elegante que la hacía verse más linda de lo que ya era: uno de sus brazos hacia arriba, señalando el cielo, y el otro con delicadeza posaba recto a un lado de su costado, dándome la señal que tenía que entrar. Entre, dando largos pasos; con cuida do me coloque detrás de ella y, con tranquilidad, tome sus manos. La sentí tensarse al instante, pero no le preste atención si no que empecé a danzar y ella pareció salir de su shock. Dimos unos cuantos pasos largos, luego ella se giró para quedar frente a mí.

-Hola, pequeña.-articule con mis labios mientras aparecía una sonrisa en mi rostro.

Enseguida, la pequeña se sonrojo en cuanto nuestros ojos hicieron contacto, lo que provoco que se tropezara pero inmediatamente se recuperó. Respiro profundamente y evito mirarme en todo lo que bailamos frente a frente. Me separe de ella un poco, con una de mis manos toma la de ella y la otra la puse en mi espalda. Levante la suya, permitiéndole que diera unos cuantos giros. Cuando la chica estaba a punto de dar el último giro, sus piernas se enredaron provocando que ella estuviera a punto de caer al suelo; por fortuna, alcance a tomarla de su cintura antes de diera de lleno en el suelo.

-Deberías tener más cuidado.- le susurre cuando la puse en pie de nuevo.

-Gracias…-susurro en respuesta.

La pequeña, comenzó a caminar, de nueva cuenta, de un lado para otro sin prestar atención a la música. Nerviosa, se cepillaba el cabello y se pasaba su mano por su rostro repetidas veces. Poco tiempo después, tomo posición para continuar bailando pero en ese tiempo la música se detuvo. Ante nosotros, apareció la profesora con los brazos cruzados y una expresión de pesimista en el rostro.

Be my valentine.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora