-Entonces, ¿a dónde quieres ir?-le pregunto, tras un momento de silencio.
Ciara y yo estamos sentados en mi moto. Después de estar un rato consolándola mientras ella lloraba y lloraba sin parar, consideré volver y darle un buen puñetazo a Sean, pero decidí que no sería lo mejor en aquel momento para Ci. Aún así, me he prometido a mí mismo que de el lunes no pasa.
-Me da igual-dice ella, y se encoge de hombros, haciendo que mi chaqueta se resbale un poco. Vuelve a colocársela y me mira interrogante.
Pienso y pienso durante un momento. Yo soy un tío. Los tíos no tenemos sitios a los que vamos siempre a tomar café y helado como las chicas, ni nos consolamos con fiestas de pijamas, básicamente porque si llevara ahora a Ciara a mi casa, más de uno pensaría cosas sucias, entre ellos mi madre y la propia Ciara.
Claro que no. Los tíos solucionamos los problemas con...
-¿Tienes hambre?-le pregunto, dándome la vuelta.-Porque el otro día vi un McDonald cerca de aquí, podemos ir si quieres.
La cara de la rubia es un poema. Probablemente es la primera vez que le preguntan si le apetece ahogar sus penas en hamburguesas y helados, pero la veo sonreír y me doy mentalmente una palmada en el hombro.
-Vale-asiente, y sonríe, y a mí se me ilumina la cara.
-Pues agárrate fuerte-le digo, y sonrío al ver que me rodea con sus brazos y se pega a mí. Giro un momento la cabeza para mirarla, y veo que tiene apoyada su cabeza en mi espalda, con sus ojos cerrados. Está preciosa.
Ciara abre los ojos y me mira interrogante.
-¿No tienes pensado arrancar?-pregunta, y yo vuelvo a la realidad.
-Em...sí, sí, claro-digo, y me apresuro en poner la moto en marcha.
Durante el trayecto, no paro de descentrarme, y le presto más atención a los brazos que me rodean que a la carretera. Noto que Ciara levanta la cabeza y grita, al igual que antes, y yo río. En el instituto nunca la he visto liberarse tanto, y estoy seguro de que no soy el único.
Pero cuando bajamos y le abro la puerta del McDonald, no parece libre, si no frágil y tímida, perdida en mi chaqueta que le queda enorme. Paso tras ella y le pregunto:
-¿Qué va a querer usted, señorita?
-Una hamburguesa doble con queso y patatas fritas, Coca Cola y un helado de menta y chocolate, por favor-dice muy seria, y yo no puedo evitar reírme.-¿Qué pasa?
-Nada, sólo que me encantan las chicas que comen un montón-le digo.-Ahora vengo.
Me sitúo en el final de la cola, y saco el móvil. Tengo algunas llamadas perdidas, una de Hailey, que estaba en el baile, y tres de Rugge. Les contesto por WhatsApp, y les informo que estamos bien, y que dentro de un rato llevaré a Ciara de vuelta a casa. Entonces noto una mirada en mí y alzo la cabeza, pero ha debido ser una falsa alarma, porque Ciara está doblando y desdoblando una servilleta.
Yo sonrío. Se ve muy concentrada, igual que en clase; con el ceño levemente fruncido y unos cuantos rizos rubios cayendo sobre su frente. Se los aparta y los coloca detrás de su oreja, ignorando su tan elaborado peinado. No parece la misma de siempre. Lo de Sean le ha afectado, pero era inevitable. Sólo espero que no sufra más, porque antes, al verla llorar, se me ha partido el corazón. No quiero que sufra.
En ese momento, Ci levanta la vista y me mira. Yo desvío mis ojos hacia el mostrador y, por suerte para mí, el hombre que iba delante de mí recoge sus bolsas y se aparta, dándome así espacio para llegar a la barra.
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Keep her safe (Nick Robinson)
Fanfiction"Nunca terminas de asumir que no puedes mantener a todo el mundo a salvo, ¿no, Nick?" "Con mantenerte a ti es más que suficiente".