Capítulo 3

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-¡Vas tarde, Nick!-exclama mi madre sin parar.

 Esto es un auténtico desastre. Ella colocando cacharros a toda prisa, mi padre ajustándose la corbata a través del reflejo de la nevera, Dusty ladrando sin parar porque quiere comer bacon, Val manchándose de chocolate las medias y Jack tan tranquilo con el Iphone.

 Ah, y por supuesto, yo, comiendo cereales de pie.

-Ya lo sé, mamá-digo con la boca llena. Trago con dificultad y vuelvo a hablar:-¿Por qué no...?

-De eso nada-me dice mi madre. Se agacha con cuidado y empieza a limpiar el suelo manchado de chocolate.

-¡Pero mamá, si voy en moto seguro que me da tiempo de llegar!-exclamo, desesperado.-Mis presentaciones empiezan antes que las de Jack; si voy con el coche, no me dará tiempo.

-Tu padre va a salir ahora. Cariño, no te importa llevar a Nick al instituto, ¿verdad?-se vuelve hacia mi padre, mientras lanza su mirada más dulce.

-Denise, tengo que llegar hoy pronto, es mi primer día-dice él, cogiendo el maletín de una repisa.

 Bien hecho, papá.

 Pero mi madre no cede y cambia la dulzura de su mirada por firmeza.

-El suyo también-dice con un tono que no admite réplica.

 Genial. Teniendo una moto en el garaje, me tiene que llevar mi padre. Realmente genial, sí, pienso, mientras saco a Dusty al patio.

-Para que no armes jaleo, campeón-le digo, mientras lo acaricio.-Ya hay suficiente por hoy, ¿sabes?

-¡Vamos, Nick!-me grita mi padre desde el asiento del conductor, y se toca nervioso el reloj que lleva en la muñeca izquierda.

 Me levanto y abro la cancela de la puerta, pero me detengo cuando noto algo húmedo en mi tobillo. Al volverme, Dusty gimotea y me entran ganas de meterlo en la mochila y llevarlo conmigo. Así al menos conocería a alguien.

-No, chavalín, esta vez no puedes venir-niego con la cabeza, y Dusty gimotea aún más fuerte, demostrando que lo ha entendido. Salgo y cierro rápidamente para que no se escape detrás de mí, y después corro hacia el coche.

-¿Por qué tardas tanto?-me pregunta mi padre cuando me monto.-Abróchate el cinturón-dice, y a continuación empieza a toquetearse el pelo. Tiene algunas entradas, pero para su edad definitivamente no está mal.

-No entiendo por qué estás nervioso, papá. Vas a clavar ese primer día-digo mientras lo obedezco. Él saca el coche del garaje.

-Sí, ojalá fuera tan fácil-exclama.-Nunca he estado en una radio tan importante, ¿y si no lo hago bien?

-Pues comenta algo sobre los Mets y deja que entren en debate ellos solos-digo.

 Mi padre se ríe, y yo me doy un high five mental.

-Tienes razón-me dice, y yo sonrío.-Y tú, ¿cómo vas?

-Pues bien-me encojo de hombros.

La verdad es que no estoy nervioso. He ido cambiando tantas escuelas e institutos en mi vida, que empezar uno más me da exactamente igual. Cuando eres actor desde muy pequeño y tienes que cambiar de ciudad frecuentemente, aprendes a no ponerte nervioso.

 Pero eso es precisamente lo que quiero evitar este año; no quiero ser el nuevo que se irá dentro de pronto. Quiero estar aquí todo el año, quiero tener amigos y quiero estar a gusto, ¿es mucho pedir?

-Nick, ¿estás bien?-me llama mi padre, y yo me despierto enseguida.

 Miro por la ventana y, al ver un enorme edificio rodeado de un aparcamiento petado a coches caros y autobuses, comprendo que he llegado ya.

Keep her safe (Nick Robinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora