Spencer caminó ágilmente atravesando el parqueadero, con la esperanza de llegar a casa antes de que el reloj marcara las cinco. Afortunadamente, el trabajo había estado más ligero que nunca, y sintió que tal vez, si se apresuraba un poco más, tendría tiempo para pasar por un café en la popular cafetería de Barry. Los últimos días se la había pasado corriendo de aquí para allá y sentía que le hacía falta energía, pues después de terminar su horario laboral salía con sus padres la mayor parte del tiempo, sin embargo, aunque ellos ya habían regresado a Nueva York el día anterior y la despedida fue dura, aún no dejaba de correr.
—¡Adiós, Spencer, que tengas buena tarde!
La castaña se giró inmediatamente para divisar a Alice, una simpática y guapa rubia que se encargaba de maquillar a los actores principales. Le sonrió y se despidió igualmente con un ademán.
Continuó su camino, no sin antes percatarse de que a unos metros a su derecha se encontraba Logan teniendo una animada charla con el director. Así que, como estuvo acostumbrada a hacerlo, buscó evitarlo a toda costa acelerando el paso cada vez más mientras se amarraba el cabello en una coleta alta. El fuerte calor de aquella tarde comenzaba a agobiarla demasiado.
—¡Bu!— la repentina aparición de Dave a su lado casi provocó que diera un pequeño salto.
Después de hacer una mueca de fastidio lo empujó levemente, en forma de protesta.
—Un día de estos vas a terminar matándome, Franco, hablo en serio.
Dave le obsequió una divertida sonrisa mientras le despeinaba el cabello.
—Mas bien cuéntame por qué vas tan aprisa— le dijo caminando de para atrás, sin dejar de mirarla e ignorando por completo el hecho de que Spencer le dedicó un gesto asesino por arruinar su peinado —¿intentas escapar de alguien?
La muchacha negó con la cabeza.
—Entonces tienes planes— Dave arqueó las cejas, pero sus palabras habían sonado como afirmación y no como pregunta —. Si, definitivamente son planes.
—¿Cuando te volviste tan intuitivo?
—Normalmente tardas horas en salir del set, creo que es más que obvio que algo te motiva a moverte rápido.
Spencer se aferró más a las tiras de su mochila cayendo en cuenta de que tenía razón. La mayor parte del tiempo se distraía demasiado con cosas sin mucha importancia y se retrasaba en su salida, pero nunca pensó que fuera un aspecto tan importante de su comportamiento como para que Dave lo notara.
—Bueno, me atrapaste. Sí tengo planes.
—Es una lástima— farfulló el muchacho, metiéndose las manos en los bolsillos —. Esta noche voy a invitar a algunos amigos a casa, veremos el partido y habrá mucha comida, pensé que te gustaría ir.
Ella lo miró con el ceño fruncido, preguntándose si estaba hablando en serio. Sin embargo, después de un rato de estarlo reflexionando, le causó risa.
—Aunque la idea de unirme a la tarde de chicos suene tentativa y me muera por comer como una cerda mientras le grito a los jugadores del televisor...— Spencer suspiró, dándole una palmadita en el hombro —, no debes olvidar nunca, Dave, que no poseo un aparato reproductor masculino.
—¡Oh, vamos!— exclamó riendo —anímate, será divertido.
—No tengo pene, amigo. No será divertido para mí.
La muchacha aceleró aún más el paso, percatándose de que Dave estaba causando que bajara el ritmo de la caminata. Aún así, el chico corrió un poco para alcanzarla, no estaba dispuesto a dejarla ir tan fácil, definitivamente.
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Hollywood Adventure » Dave Franco
FanfictionDicen que en Hollywood las oportunidades llueven solo si eres lo suficientemente bueno en lo que haces, y eso es lo que Spencer Reynolds ha creído toda su vida. A sus veintidós años y recién graduada de la academia de actuación y bellas artes de Nue...