4. Niall no es normal

1.4K 65 11
                                    

— ¡Mamá!

— ¿Phoenix?

— ¡Ya estamos en casa! ¡Tengo una sorpresa!

Se oyeron los pasos presurosos de la madre corriendo por el pasillo. Su acalorado rostro asomó por el marco de la puerta del recibidor.

— ¿Le ha pasado algo a nuestro Niall? —preguntó con la mano en la zona del corazón mientras respiraba sofocada.

Phoenix resopló.

— ¿Nuestro Niall? No, desgraciadamente no le ha pasado nada. Sigue aquí, tan idiota como siempre —añadió señalando al rubio, que, demasiado ocupado con la vista fija en el nuevo miembro de la casa, no tenía oídos para nada más—. ¡He recogido a un perrito!

— ¡Eso es fantástico! ¡Hacía tiempo que no teníamos animales en casa, ya era hora! —gritó la madre.

Niall sonrió ligeramente y, acercándose a Phoenix, le susurró al oído:

— Ah, ¿no? ¿Y tú hermano qué es?

— ¡Cállate, tú aquí no tienes ni voz ni voto! —exclamó al tiempo que le propinaba un codazo.

— Phoenix, no le hables así a nuestro invitado —le reprochó la señora Tomlinson, que ahora acariciaba las orejas del perro—. Bueno, tendremos que buscarle un nombre.

Niall alzó una mano deseoso de dar su opinión.

— ¿Pulga? ¿Apestoso? —preguntó sonriente.

— Oh, no, Niall cariño... —Se llevó un dedo al mentón en actitud pensativa—. Podríamos llamarle...

— ¡Hostia, qué es eso! —gritó Louis, que a causa del alboroto había acudido al lugar de reunión familiar.

«Estúpido, mira que no saber lo que es un perro...», pensó el irlandés, con la vista fija en las rastas del recién llegado.

— Lo he encontrado en el bosque —explicó Phoenix orgullosa. 

— ... revolcándose en un charco de barro —añadió Niall.

— ¡Joder! Pues para ser de la calle... está bastante limpio, ¿no? —repuso el hermano mientras achuchaba al animal.

Niall se acercó de nuevo a Phoenix, inclinándose ligeramente.

— Dime que eso ha sido una ironía o me muero.

Phoenix le ignoró. Todos dejaron de lado al estudiante de intercambio para centrarse en el nuevo miembro de la familia.

— ¡Ya sé cómo vamos a llamarle! —Louis alzó las manos, feliz—. ¡Whisky!

— ¿Y por qué no Ballantines, Ponche o JB? —preguntó Niall intentando no reír—. También son muy bonitos —añadió con inocencia.

Phoenix le dirigió una mirada de reproche, repiqueteando con el pie en el suelo, de brazos cruzados.

— Me recuerdas a mi abuela —objetó él tras evaluarla—. Aunque, creo recordar, ella tenía la piel más tersa. A los ochenta —añadió.

— ¡Cierra la boca! Tú no tienes derecho a opinar en este asunto.

— Phoenix, cielo, deja que él también participe —la regañó su madre mientras acariciaba al perro, que estaba en los brazos de Louis—. Ahora es parte de la familia.

Niall sonrió triunfal.

— Eso, ahora somos familia, Phoenix. —Y le dio un codazo, con una sonrisilla traviesa surcando sus labios.

Besos debajo del muérdago. N.H.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora