Dicen que en la vida ocurren cosas inexplicables. El hecho de que él se hubiese enamorado de Phoenixformaba parte de la lista. No había modo alguno de entender cómo había terminado inmerso en una situación tan descabellada. Cuando llegó a Estados Unidos jamás lo habría imaginado.
Y ahora la necesitaba. Los seres humanos se aferran con fuerza y facilidad a otras personas. Cuesta mucho más olvidarlas que quererlas. Niall tenía una idea clara que palpitaba en su mente: no deseaba olvidar a Phoenix. Por mucho que todo le indicase que era lo que debía hacer. Él se marcharía en unos días y estarían separados, no podrían verse durante largas temporadas, y hasta la fecha Phoenixle odiaba. Había descubierto que él no era un príncipe azul, a diferencia de Niall, que acababa de descubrir que ella sí era su princesa.
La observó desde lejos. Estaba sentada sobre la fina hierba del claro del bosque, apoyada sobre el tronco de un árbol. Reía. Cuando reía estaba guapa, porque sus facciones se suavizaban. Niall siempre sentía ganas de acariciar sus rosadas mejillas... Se sobresaltó cuando Zayn le dio una brusca palmada en la espalda.
— No te desanimes, brother. El plan sigue en pie —le dijo, sonriéndole.
Niall le devolvió la sonrisa, agradecido. Empezaba a entender que existían ciertas personas que a veces hacían favores sin esperar recibir nada a cambio. Le extrañaba esa actitud, pero con el paso del tiempo había ido asimilándola.
Las horas se le antojaban lentas y misteriosamente densas, como si el tiempo se hubiese materializado en un enorme pastel de chocolate tan empalagoso que era imposible de comer. Phoenixno parecía reparar en su actitud y danzaba alegremente de un lado a otro, seguida de cerca por su hermano (y guardaespaldas temporal).
— ¿Por qué demonios me persigues, Louis? ¡Largo! —le gritó. Empezaba a molestarse.
Louis se encogió de hombros.
— Eres mi hermana... Me gusta estar... contigo.
— ¡Vamos!, pero ¿qué te ocurre? Estás muy raro, en serio. —Se cruzó de brazos y le inspeccionó de los pies a la cabeza como si con ello fuese a descubrir el secreto que guardaba—. Desaparece, no pienso repetírtelo.
Louis ignoró todas sus súplicas y continuó pegado a ella como un buen mejillón. Estaba cumpliendo una misión. Niall quiso aplaudirle, pero hubiese sido algo poco discreto. Liam parecía contento tras saber que ellos estaban peleados y pasaba el rato contándole su aburrida vida a una paciente Phoenix.
— Tómatelo con calma —le aconsejó Gorth, cuando pasó por su lado y advirtió que Niall comenzaba a desesperarse.
El irlandés asintió, no muy convencido. Liam tenía complejo de pulpo y arrastraba sus tentáculos hasta terminar tocando siempre a Phoenix. A Niall le importaba poco que Liam solo le rozase el hombro o la agarrase de la cintura, sencillamente no quería que tocase ni un solo pelo de su cabeza. Respiró hondo. Quizá el submarino de marihuana que habían montado en la tienda horas atrás le había dejado tonto de por vida. Esperaba que las secuelas fuesen reparables.
Finalmente, decidió acercarse hasta donde Phoenixse encontraba. Y se quedó allí, muy quieto, escuchando a Liam y mirando a Louis de reojo.
— ... Lo que intento decir es que está demostrado que un niño que crece con falta de afecto siempre tendrá problemas. Ningún psicólogo puede reparar el pasado de las personas; las vivencias dejan huellas que no pueden ser borradas. Sería fantástico que la ciencia avanzara lo suficiente como para hacer que los humanos olvidasen partes desagradables de sus vidas, todos seríamos mucho más felices.
Niall parpadeó confundido y miró fijamente a Liam. Este permanecía serio y sereno. El irlandés estalló en una sonora carcajada y le señaló con el dedo índice.
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Besos debajo del muérdago. N.H.
Fiksi Penggemar«Un muerdago es una buena excusa para un beso» Fanfic de Niall Horan