Capítulo XXVIII

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—¡¿Para quien trabajas?!

—Nunca te diré, perra.

Escupe más sangre y allí va de nuevo a volar otro golpe.

—Joder, recuerdame nunca meterme con Ame —susurra Jessie a mi lado y vuelve a hablar por teléfono—. Tu hermano quiere hablar contigo.

Miro mi brazo y hago una mueca. 

La sangre a empapado por completo la venda improvisada. Tomo el teléfono que me tiende Jessie.

—¿Hola?

Ven inmediatamente al hospital —sentencia y cuelga.

Resoplo cansada y le doy el teléfono de nuevo.

—¡Habla!

—¡Primero muerto! —vocifera el hombre.

Ame lanza un gruñido poco común y le da un golpe en la cara que lo deja inconsciente. Hace casi diez minutos llamamos a la policía, en esos minutos Ame ató al hombre en una silla y lo ha golpeado para que hable. Yo solo me quedé sentada en el taburete viéndola, no la reconozco en esta faceta y la verdad es que no pienso detenerla.

—Hay que ir al hospital —comunica Jessie y suspiro—. ¿Te quedarás?

Ame asiente y toma la escopeta.

—Me quedaré, tengo que decir lo que sucedió, llamar a Daniel y de paso calmar a James.

¡Diablos! 

Llevo mi mano a mi brazo y Jessie la aparta de un manotazo. Gimoteo. Quiero rascarme, pero es imposible hacerlo sin provocar que sangre más.

—Mejor ve al hospital, Mabell —me habla con suavidad y descarga el arma—. Debes de decirle a Jessie.

—¿Decirme que?

—Te explico de camino, hay que buscar a Matt —tomo su mano y miro una ultima vez a Ame.

Ella me guiña y suspiro.

Este día no podría mejorar más.

Vamos al elevador y dejo que Jessie oprima el botón. ¿Donde esta Matt? Mi teléfono murió, además de que lo perdí en el camino por la resbaladilla y sigo en un estado de shock. Le disparé a una persona...¡Le di un tiro a una jodida persona, fueron dos malditos disparos!

—¿Me dirás que pasa?

—Es...

—Muñeca, puedes confiar en mi —la miro y muerdo mi labio—. Siempre estaré para ti ¿ok? 

—Estoy embarazada.

Las puertas del elevador se abren y salgo rápidamente. Jessie no me sigue y solo me detengo para ver que sigue dentro del elevador. Diablos ¿por qué no dice nada? Miro en todas direcciones buscando a Matt, pero solo está el todo terreno y viendo mejor encuentro el auto de la rubia a unos cinco metros. Me vuelvo a girar y me cruzo de brazos. Necesito un calmante, anestesia, un té o escuchar la voz de James para tranquilizarme.

—Di algo —le pido y muerdo mi lengua.

Jessie suelta un grito y en tan solo dos segundos me tiene atrapada en un abrazo estrangulador. Dios...

—Jessie... Necesito aire —golpeo su trasero y me suelta.

Tomo aire y ella me sonríe a no más poder. Pone sus manos sobre mis hombros y no sé que hacer o decir al ver lagrimas en sus ojos.

—¿Por qué lloras?

—No te lo he dicho...pero yo no puedo tener hijos y...

—Espera ¿qué?

JAMES (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora