Capítulo XXIV

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Intento no reír, en verdad que lo intento, pero ver como James mira al pobre gato me arrebata una carcajada y él lo aparta dándole un tirón a la manta.

—No le hagas eso, no tiene la culpa de que no te gusten los animales.

—Justo por eso lo hago.

Pongo los ojos en blanco y me mira cuando tomo al pequeño gato entre mis brazos.

—¿Y tú de donde has salido, bonito?

—De la calle.

—Eres muy bonito —le digo con mimo al gato e ignoro a James que se queja.

Me siento en el otro sillón. Él me mira airado mientras beso la cabeza del gato. Amo los animales.

—Mabell, te puede morder y te pega vete a saber que enfermedad.

—Deja de quejarte —replico y enfurruñado murmura cosas que no escucho.

Bueno, ayer después de que pasara lo de mi mano llegamos a la casa y solo nos la pasamos acostados en la cama. Obligue a James a comer chayotes, si, soy mala. Me llamo bruja por eso y yo lo llame Ricky Ricon cuando intento negociar de forma demasiado civilizada para no darle de comer.

—Mabell...

—Oh, cállate.

Miro al pequeño gato, tiene unos ojos oscuros y me derrito al ver lo bonito que es.

—Mira pero que cosas más hermosa...

De reojo veo como James resopla y mejor se pone a dormir. Como todo un viejo amargado. Yo por mientras me pongo a jugar con el pequeño gato, termina siendo gata y le pongo Frida. Quiera o no me la quedaré. Le hecho varias miradas a James en todo momento.

Esta quito, relajado, sigue pálido y enfurruñado con la manta a mitad del pecho.

No sé que hubiera hecho sin él, sus palabras taladran en mi cabeza y me siento mal por pensar en la muerte. Fui egoísta al pensar eso, debería de ser valiente y fuerte como él. Muchas veces estuve a nada de mandar a la mierda todo y acabar con mi dolor, pero la esperanza de que volvería me mantenía en pie. James a pasado por mucho, yo ni la mitad de su dolor lo he tenido, pero ¿como es posible que un niño haya podido con todo eso? A los siete años perdió a todos, sus tíos le dieron la espalda y prácticamente lo dejaron a su suerte, ahora James es alguien reconocido. Me daría risa ver las caras de las personas que no creyeron en él, restregarles en la cara el maravilloso hombre que es y todo su éxito. James es todo para mi y me llena por completo escucharlo decir que yo soy su mundo entero. Lo amo con locura y no es un secreto.

James me da todo lo que quiero, nada material y eso si yo no se lo pido, y yo le doy el amor incondicional que no le dieron por años. Nunca cambiaría mi pasado o el de él, sé que hubo mucho dolor y sufrimiento en su pasado, pero ¿que hubiera pasado a no ser de que sus padres no murieran? ¿O que Stella no muriera? Creo que nunca lo hubiera conocido, nunca nos hubiéramos topado aquel agosto al chocar... No cambiaría nada, el dolor nos llevó hasta aquí y ahora solo pienso en el futuro, un futuro que viviré con él a lo máximo.



...

Ya he limpiado la cocina, preparado la bañera, alimente a Frida, cambie las sabanas y James sigue dormido. Demonios, hasta ronca. Pero no lo culpo, debe de estar cansado y eso me recuerda que debe de tomar sus medicamentos. No sé que tiene que ver eso con lo otro.

—James...

Me acerco más y lo muevo un poco. Lo único que consigo es que tire de mi y que caiga sobre su pecho. Niego divertida y comienzo a llenar su cara de besos. James gruñe y enrosca sus brazos en mi cintura.

JAMES (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora