Capítulo XXI

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—Y un cuerno.

—Jessie...

—¡Jessie, nada!

¿Donde demonios estoy? O peor ¿Por qué mi hermano y mi casi hermana se gruñen como perros rabiosos?

—Al diablo, Renee. Déjame en paz y vete con ella, dejaste todo claro —escupe Jessie y muevo mis dedos acalambrados.

—¿De que demonios hablas, mujer? ¡Estas loca! —grita mi hermano y yo ahora muevo los dedos de mis pies.

Tengo el cuerpo completamente entumido.

—¡¿Loca?! ¡A mi no me vuelves a llamar loca, sarnoso! —brama ella.

Intento abrir los ojos para parar esta discusión estúpida entre ellos. Apenas es viernes, se cumplirán tres semanas de lo de James el lunes y lo último que recuerdo es a Ame chillando que James no estaba muerto y Daniel diciendo que encontraron un cuerpo cerca del río. Mi estomago se revuelve e intento abrir los ojos una vez más.

—¡Calla! ¿Me dirás de que mierda hablas?

—Cuidado, doctor, no querrá que el hospital se entere que debajo de ese encanto suyo esta un hombre...

—Te callas o te callo —gruñe furioso.

—Inténtalo, pedazo de bestia...

Wow, esta enojada.

—...y la que te pondrá cinta en la boca seré yo.

—No me tientes a utilizar métodos poco humanos...—sisea Renee y esta vez si que abro los ojos.

—Oh, que miedo ¡pobre de mi! El gran doctor Renee esta perdiendo los papeles por una ¿Como me llamo tu adorada Karina? ¡Ah, si! ME LLAMO PUTA —chilla furiosa y mi hermano se le acerca.

Vamos, me siento mareada pero con este espectáculo es algo que no se ve todos los días. Renee furioso y Jessie a nada de clavarle el bolígrafo en un ojo. Nunca en mi vida le levante la voz a mis padres, abuelos o Renee de esta forma. Ni siquiera cuando estaba furiosa le retaba con la mirada, como lo hace Jessie, porque sé de ante mano que con Renee nos bonito tratar en sus momentos de furia.

Por alguna razón, verlos a ellos me recuerda a mi con cierta persona en el momento en el que mi hermano arrincona a Jessie contra la puerta y le gruñe como un completo animal para luego besarla.

Pero como esperaba, el encanto dura poco, Jessie lo aparta de un empujón y lanzando una mirada en mi dirección comprendo todo lo que dice con solo verme. Jessie sale de la habitación cerrando la puerta y en el fondo sé que la hubiera azotado, pero no lo hizo por más que obvias razones. Miro a mi hermano y lo fulmino, con lo poco que escuche comprendo todo. Renee siente mi mirada y se gira más que agitado.

—Ni se te ocurra decir que no fue nada, los escuche —le digo destilando mi molestia.

No me puedo enojar, tengo tantas sube y bajas en mi salud desde que James se fue. Así que enojarme no ayudaría en mucho.

—No te incumbe nada mi vida personal —sisea molesto y abro los ojos con sorpresa. Ese no es mi hermano—. Tienes baja la presión, de allí tu desmayo.

Dicho eso sale de la habitación dando un puertazo. Pero ¿que le pasa? Quería un abrazo suyo, pero lo que recibí fue una mirada turbia y oscura.

Me hago pequeña en la camilla y miro con dolor el anillo de mi dedo anular. Lo extraño muchísimo, Matilda y los Barrow han ayudado algo en mi desastrosa vida, además de tener a Jessie durmiendo conmigo y a Renee dándome ánimos para no dejarme caer. Aunque ahora que lo veo, las cosas no van bien... Mi hermano y Jessie están en guerra, una lucha que sé qué acabará mal. Peor que hace un rato.

JAMES (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora