XIII

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James me mira, sé que lo hace. Yo estoy cubriendo mi rostro con ambas manos, muerta de vergüenza y miedo. No me avergüenza lo que siento por él, es real y más que sincero, el problema es que desde un principio aclaro que no quería amor y aquí vengo yo a decirle esto en medio de un orgasmo. Estoy segura que tanto Renee como Jessie me darían de cachetadas.

Siento que se aleja y de inmediato me levanto. Lo busco con la mirada, pero no esta y eso es como un golpe. Un golpe duro y demoledor que destroza mi pobre y patético corazón. Tomo su camisa, porque vete a saber tú donde termino mi ropa, me la pongo y salgo del camarote, subiendo las escaleras. El frío de la noche golpea la piel desnuda de mis piernas y me abrazo a mi misma mientras mis ojos deparan en el hombre desnudo que me hace temblar con solo escuchar su voz. James observa la ciudad en todo su esplendor y me cuesta algo de trabajo apartar los ojos de su trasero.

-Se que me estas viendo el culo.

Muerdo mi labio y camino hasta su lado. De nuevo me siento pequeña junto a su imponente cuerpo y altura. Es todo un Dios griego.

-James, yo...

-Para.

Cierro la boca y se gira hacia mi. Veo como parece cansado, frustrado, muchas emociones y ninguna es de alegría o enojo.

-Mabell, acabas de decir que me quieres...¿Te das cuenta la magnitud de su significado? -pregunta con suavidad y busca algo en mi rostro.

Trago saliva y abro la boca para responde, de nuevo me calla.

-Me gustas...y me importas mucho, en verdad -murmura y camina hasta un asiento. Lo sigo-. Me aterra lo que puedo llegar a sentir...

Sus palabras duelen, son como una daga que intenta atravesar mi pobre corazón.

-Yo... Debo de contarte algo -tira de mi mano y hace que me siente-. Mi infancia no fue fácil, antes de la muerte de mis padres mi hermana mayor se...suicidó frente a mi y en vez de pedir ayuda me quede en el mismo lugar.

Escucharlo de su boca me provoca escalofríos y la peor parte es que sus ojos me miran fijamente. Sin decir nada se aleja de mi, apoya su cabeza en mis piernas y acaricia mi rodilla. No sé que hacer en verdad, yo creí que me echaría o me mandaría a volar porque se supone que no habría amor y yo me enamore.

-Mi madre...me echo la culpa. En mi familia no nos decíamos te quiero, mis hermanas me lo demostraban -susurra y me estremezco al sentir sus labios. Me cuesta escuchar esto, nunca creí que llegaría el día en el que me contara esto-. Mis padres no nos daban muchas muestras de afecto, mamá siempre estaba preocupada por la imagen de mis hermanas y por la educación, de eso mis horas pegado al piano y al violín.

-James, no tienes porque hacer esto, en verdad -acaricio su cabello y trazo círculos en su cadera, niega.

-Déjame continuar. Es necesario que lo sepas.

Me quedo en silencio esperando, pero algo me dice qué esto va más allá de su niñez. Sinceramente no sé a qué viene esto de hablarme de su pasado, un pasado que le duele y sin embargo me lo cuenta. Le quiero, pero no quiero que recuerde eso solo porque crea necesario decírmelo.

-El día del incendio...pocos minutos después de que papá se fuera -susurra y se aferra a mi pierna, sigo trazando círculos-. Entraron a la casa, mi hermanas y mamá estábamos allí. Daphne se había quitado la vida días antes... Esos dos días nunca los olvidaré.

Recuerdo eso. De todas las veces que he leído la información de su vida recordar que la mayor de las Gilbert se haya suicidado me causa nostalgia. Era joven, a los diecisiete años se suicidó y lo hizo enfrente de James.

JAMES (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora