Enséñame a Sonreír

~Capitulo 23~

*Narra German*

Han pasado cuatro días desde que Lenay está en el hospital, ella despertó hace tres días y ha estado trabajando con la psicóloga durante este tiempo.
Hannah va todos los días a visitarla para llevarle la tarea pero ella no sabe la verdad de porque está Lenay internada.
Yo también he venido todos los días después del colegio pero me quedo más tiempo para hacerle compañía ya que prácticamente está sola todo el día porque su tía trabaja.

Llegué al hospital y la veo a Lauren hablando con una médica pero yo sigo de largo y me dirijo a la habitación de Lenay.

Lenay: Hola! Viniste -dijo sonriendo y extendiéndome sus brazos para darme un abrazo- tengo buenas noticias -dijo cuando se separó-

Germán: Ah si? Y puedo saber cuáles son?

Lenay: Mañana me puedo ir a mi casa

Germán: Encerio? Eso es genial -la besé-

Lenay: Si, y ya acorde con la psicologa de que nos veamos día por medio en su consultorio.

Germán: Esto es algo que hay que festejar -ella asintió con una sonrisa-

*Narra Lenay*

Recién llego a mi casa, se siente bien volver. Durante estos días la psicóloga me hizo entrar en razón sobre algunas cosas pero todavía no logro callar esa voz en mi cabeza ni puedo evitar sentirme mal por la noche. En realidad solo me ayudó a superar la bulimia.

Estaba yéndome a bañar cuando recibo un mensaje de German.

"Paso por ti a las 19, es una sorpresa te quiero."

Como ya eran las 15 me fui a bañar y me acosté a dormir hasta las 18 ya que hoy me había despertado temprano porque tenía que hacer los últimos estudios para ver si estaba bien para irme.
Me levante y me cambie, me puse un jean, una remera blanca y arriba una chaqueta estilo militar, con los zapatos que una vez me regalo German. Luego el pasó a buscarme.

Lenay: Puedo saber a dónde vamos?

Germán: Ya te dije que es un secreto -dijo riendo-

Llegamos a un edificio alto, el me comentó que su hermano acababa de mudarse a este con la novia, y subimos hasta la azotea donde habían unas luces y un sillón con una mesa ratona.

German: Esperame acá ya vengo -me dijo mientras yo me sentaba en el sillón-

Yo estaba alucinando con el lugar, no era la gran cosa pero se veían las luces de la ciudad y lo que más me llamó la atención es que Germán se haya tomado el tiempo y la dedicación para hacer esto para nosotros.
Su voz me saco de mis pensamientos.

German: Lele traje la comida -él llegaba con una canasta de picnic y dos copas, cosas que dejo en la mesa y se sentó alado mío-

Lenay: Cómo me dijiste? -dije riendo-

German: Lele, ni siquiera lo pensé, fue instinto -el rió también-

Lenay: Me gusta que me digas así -le di un beso corto pero con amor- Gracias -le dije cuando me separé-

German: Te amo -me dijo por primera vez mirándome a los ojos-

Lenay: Yo tambien German -le sonreí-

German: Comemos tengo hambre -dijo luego de besarme-

Comimos ahí arriba las empanadas que nos había preparado la madre de Germán, la pasamos muy bien, reímos durante toda la cena, ambos estábamos felices de tenernos el uno al otro.
Estábamos abrazados en el sillón mirando el cielo y yo me acerqué y lo bese. Un beso tranquilo que luego se convirtió en un beso lujurioso.
Me senté arriba de él rodeando su cadera con mis piernas mientras nos seguíamos besando. Él pasaba sus manos por mi espalda de una forma suave mientras se separaba de mi boca para besar mi cuello. Pero luego me alejé.

Germán: Estas bien? -me volví a sentar alado suyo-

Lenay: German, yo nunca hice esto -dije mirando el piso mientras trataba de no llorar-

German solo se acercó y me abrazó.

German: Está bien, no tienes de qué preocuparte hermosa. Lo haremos cuando estés preparada -me dijo con ternura-

Lenay: En algún momento sucederá, y se que este es el momento perfecto pero tengo miedo.

German: Confías es mi?

Lenay: Por supuesto -le dedique una sonrisa-

German: No te haré daño.

Lenay: Lo se

Comencé a reír al darme cuenta lo tonta que parecía en esa situación entonces me abalancé sobre el y lo empecé a besar el me saco la remera y me acostó en el sillón, luego delicadamente empezó a besar mi estómago, vale la pena aclarar que estoy comenzando a comer bien y ahora sí se puede decir que tengo uno.

(...)
Estabamos acostados en el sillón tapados con una manta que el trajo de su casa mientras que mirábamos el cielo, German jugaba con mi pelo y yo hacía circulos con mi dedo en su pecho.

Lenay: German?

German: Si?

Lenay: Gracias -hice una pausa- desde que llegaste a mi vida me cambiaste la vida.

German: Para bien o para mal?

Lenay: Que te parece? Para bien tonto
-reímos-

Luego de un rato nos quedamos dormidos.

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Sin comentarios.

Muchos besos👉🏻 Julia