Capítulo 26

4.8K 352 7
                                    

El grito horrorizado que brotó de mis labios fue casi incontenible, y tan fuerte que se escuchó irreconocible en mis propios oídos.

Cerré la puerta de golpe y me aparté, pegándome a la pared en el rincón más alejado con las manos cubriéndome parte de la cara y con los ojos clavados en esa jodida entrada al baño.

¡¿Por qué estaba eso ahí?!

El grito, pese a provenir del segundo piso y ser retenido además por las paredes de mi habitación, pareció ser lo suficientemente fuerte como para alcanzar los oídos sensibles de alguien más, pues la puerta de mi habitación se abrió de golpe apenas unos minutos después, y Eliud no tardó en entrar en mi campo de visión.

-¿Qué demonios...?

Ni siquiera le presté atención a su expresión de asco, ni mucho menos a lo que decía cuando empecé a gritarle.

-¡Saca esa cosa de ahí! ¡Sácalo!

Mi dedo señaló de manera frenética el baño mientras mis gritos histéricos no dejaban de escucharse. Mi cuerpo entero tembló cuando ví a Luka y Adam acercarse a la puerta, y pese a que no tenía ningún sentido, sentí que empezaba a faltarme el aire. Escuché a alguien maldecir entre dientes, y casi de inmediato Eliud vino conmigo, obligándome a caminar hasta salir de la habitación.

La horrible imagen que acababa de ver siguió torturándome incluso después de eso, y apenas fui consciente de lo que hacía.

-Bleer... Bleer, mírame.

Cerré los ojos con fuerza y cubrí mi rostro con mis manos, pensando una y otra vez en lo sucedido...

-Bleer, por favor.

Y sus ojos... Sus ojos me estaban mirando. ¿Por qué me miraba? ¿Y por qué estaba en el baño de mi habitación? ¡Yo no le hice nada, joder! No tenía porqué pasarme eso.

-Hermosa, mírame, por favor.

Su tacto cálido acunó mi rostro y me obligó a levantar un poco la cabeza. Solo entonces mis ojos volvieron a abrirse y lo ví a él ahí, acuclillado frente a mí, mirándome con los ojos inyectados de angustia y preocupación.

-¿E-Era...?

La imagen de su cuerpo se aferró con más fuerza a las paredes de mi mente, impidiéndome terminar la pregunta. Recordé la perfecta imagen de su cuerpo con partes quemadas, cortaduras profundas, y decapitado... Decapitado, con su cabeza justo ahí, y sus ojos abiertos, mirándome...

Sacudí la cabeza en una negativa frenética y volví a cubrir mi rostro con mis manos, ahogando un sonido lastimero que brotó de mis labios. Mi estómago dió un vuelco, y estuve segura que iba a vomitar, pero no pasó. Sentí lo brazos de Eliud envolverme con fuerza en algún momento dentro de los minutos siguientes, y el contacto lo único que provocó fue que mi miedo saliera a flote y me sintiera desprotegida de repente. Mis ojos se llenaron de lágrimas que intenté contener, y mi garganta se cerró con un nudo, por lo que no volví a pronunciar palabra.

-No sé quién fue el responsable, pero te juro que lo haré pagar por esto. Nadie va a lastimarte, hermosa. Te lo prometo.

Sus palabras me dieron calma, aunque no la suficiente para borrar aquello que me torturaba y asqueaba en ese momento. Aún así, Eliud no se apartó de mi lado; trató de calmarme susurrando palabras de consuelo cerca de mi oído, y se quedó conmigo hasta que caí presa del sueño entre sus brazos.

~•~

Durante la noche, mientras yo dormía profundamente -aún no entendía porqué-, en la mansión se había desatado el caos.

Reina VampíricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora